Editorial Alaire

Era fresca la mañanas,
como flor recién cortada,
y brisa recién llegada,
lejos sonaban campanas,

domingo que despertaba,
entre cantos de gorriones,
que saltaban los balcones,
fue mañana enamorada,


de dolor gritos de amor,
Nacía ya un nuevo día,
mi cuerpo flor ya se abría,
ríos rojos al temblor,

una luz llegaba al mundo,
piel de la mañana nueva,,
perfume que viento lleva
olor de vientre profundo,

que vio el amanecer,
en mis ojos despertar,
de la vida florecer.,

Más que la perfección y la métrica, me gusta hallar el alma del poema y su sentir, y en éste caso,
el poema lleva alma que es el fruto bendito del vientre.

Un placer pasar por aquí. Saludos.

Siempre hay un amanecer de esperanza en el amor que llega a la vida como un recién nacido.

Juan Marcos