POEMA AL TRONCO MARINO
Publicado: Vie, 14 Mar 2008 6:03
POEMA AL TRONCO MARINO.
Soy vacío en el trance de tu seno,
soy vacío, y sólo eso,
maravilla descendiendo del espejo rotario,
soy vacío y sal de mar sobre tu mar.
Hay espacios sueltos por donde la rienda cae.
Hija del vacío; donde mi cal arde
se encuentran las entrañas de los ciegos,
al paso, cae de las paredes mis gemidos trémulos,
en esas huellas de carnaval, en ese tartamudo paso
esconden mis navegantes la transparencia erógena.
He palpado el escondite de las perversas, y en la arista
ha bailado mi hondura.
Crema sobre crema
y a las fragancias, farsas: jaula de lengua.
No hay más que seguir el tronco para alcanzar el detalle,
el sangrado nieto de los minutos donde los damascos maduran,
por los que te toco como desliz terreno, la razón está tatuada a nuestros cuerpos,
desde la "z" en tropa de polvo temblante bajando hasta la "a"
de aire
de Alba, dorada centaura del trigo, acunada en mis senos,
y en dos o tres minutos profesores, el temporal revienta en sigilo
y acaban los broches de las piernas por intimidar a los peces
que han salido del hombre que llevas vientre adentro.
Hermosa García.
Bogotá, Colombia 20 de septiembre del 2006.
Soy vacío en el trance de tu seno,
soy vacío, y sólo eso,
maravilla descendiendo del espejo rotario,
soy vacío y sal de mar sobre tu mar.
Hay espacios sueltos por donde la rienda cae.
Hija del vacío; donde mi cal arde
se encuentran las entrañas de los ciegos,
al paso, cae de las paredes mis gemidos trémulos,
en esas huellas de carnaval, en ese tartamudo paso
esconden mis navegantes la transparencia erógena.
He palpado el escondite de las perversas, y en la arista
ha bailado mi hondura.
Crema sobre crema
y a las fragancias, farsas: jaula de lengua.
No hay más que seguir el tronco para alcanzar el detalle,
el sangrado nieto de los minutos donde los damascos maduran,
por los que te toco como desliz terreno, la razón está tatuada a nuestros cuerpos,
desde la "z" en tropa de polvo temblante bajando hasta la "a"
de aire
de Alba, dorada centaura del trigo, acunada en mis senos,
y en dos o tres minutos profesores, el temporal revienta en sigilo
y acaban los broches de las piernas por intimidar a los peces
que han salido del hombre que llevas vientre adentro.
Hermosa García.
Bogotá, Colombia 20 de septiembre del 2006.