Editorial Alaire

No tengo tu inquietud, tu fortaleza,
y aunque creer así me gustaría,
nunca lo intentaré, la cobardía
es cruz que sacrifica mi entereza.

Admiro a mi pesar a quien no reza
jactándose de ser persona impía,
y a cambio sin rencores Dios le envía
los dones que no pide con presteza.

Y a mí que ando en el limbo inconsistente
de ser como ellos son o ser creyente,
tampoco me entusiasma tu fe ciega.

No sólo no te da, sino que a veces
te quita y generoso tú le ofreces
la pena que te causa dicha entrega.

Ahí mi afán no llega.
Mantengo mi valor crucificado,
y lo que el Cielo dé, bien sea hallado.



Mario.

Interesantísima y bella entrega, que regala una reflexión que toca a una inmensa mayoría de los que dicen creer y aun no creído y viceversa. La fe estimado poeta, seguirá siendo un salto a ciegas. La fe es un sentido extra que rompe con la función de los otros cinco de clavarnos al suelo. Un gran gusto de lectura, estimado poeta. Mis abrazos de amigo.

Hermoso poema, amigo Mario, donde tu estilo envolvente, cercano, amable y tan bello reflexiona sobre la fe. No sé, pero me parece que fe y cerebro humano casan mal, porque la mente cada día sabe más de sus funciones, entre las cuales está discernir las creencias. Si no se llega desde el discernimiento, se habrá llegado a un punto contra natura.
Ha sido un placer leerte.
Un cordial abrazo.

Interesante reflexión sobre el sentido de la fe. Un soneto muy personal que he disfrutado. Un abrazo.

La fe y la poesía no se llevan mal, la fe y la ciencia necesitan la razón y cuando la razón se pone en el camino la fe y la poesía son una encrucijada.

A pesar de todo es sano creer y gratificante. También es sano leer un buen soneto
al margen de las disquisiciones.

Un abrazo

guillermo

L
Tus versos son como mi pensamiento estos días y siempre. Un gusto pasar por tu buena poesía
Abrazos
Pilar

Mario Martínez escribió:No tengo tu inquietud, tu fortaleza,
y aunque creer así me gustaría,
nunca lo intentaré, la cobardía
es cruz que sacrifica mi entereza.

Admiro a mi pesar a quien no reza
jactándose de ser persona impía,
y a cambio sin rencores Dios le envía
los dones que no pide con presteza.

Y a mí que ando en el limbo inconsistente
de ser como ellos son o ser creyente,
tampoco me entusiasma tu fe ciega.

No sólo no te da, sino que a veces
te quita y generoso tú le ofreces
la pena que te causa dicha entrega.

Ahí mi afán no llega.
Mantengo mi valor crucificado,
y lo que el Cielo dé, bien sea hallado.

Mario.

Precioso soneto, Mario y muy apropiado, tanto el tema como la fecha escogida para darlo a conocer.
¿Reflexión de fe? Creo que no hay fe ciega. Cada uno cree o no cree con su conciencia y conocimientos. Ultimamente pienso que uno cree o no cree porque le da la gana, porque escoge una opción u otra en función de sus propias vivencias.
Gracias por atreverte con el tema.

Un abrazo, amigo.

Víctor

Mario, un gusto leer este bello soneto, es muy interesante el tema que planteas.
Saludos.

Gracias Gerardo, amigo mío.
Mi problema, es que tal vez si que crea, pero creo poco Me alegra que te haya gustado el soneto. Un abrazo.
Mario.

Mario Martínez escribió:No tengo tu inquietud, tu fortaleza,
y aunque creer así me gustaría,
nunca lo intentaré, la cobardía
es cruz que sacrifica mi entereza.

Admiro a mi pesar a quien no reza
jactándose de ser persona impía,
y a cambio sin rencores Dios le envía
los dones que no pide con presteza.

Y a mí que ando en el limbo inconsistente
de ser como ellos son o ser creyente,
tampoco me entusiasma tu fe ciega.

No sólo no te da, sino que a veces
te quita y generoso tú le ofreces
la pena que te causa dicha entrega.

Ahí mi afán no llega.
Mantengo mi valor crucificado,
y lo que el Cielo dé, bien sea hallado.



Mario.

Un tema para reflexionar pero aparte de su contenido gigante,
un bien estructurado soneto que leo con muchas ganas.
Ya sabes que pienso que eres un maestro en esto de la métrica
un aplauso y abrazo

lázaro.

Mario Martínez escribió:No tengo tu inquietud, tu fortaleza,
y aunque creer así me gustaría,
nunca lo intentaré, la cobardía
es cruz que sacrifica mi entereza.

Admiro a mi pesar a quien no reza
jactándose de ser persona impía,
y a cambio sin rencores Dios le envía
los dones que no pide con presteza.

Y a mí que ando en el limbo inconsistente
de ser como ellos son o ser creyente,
tampoco me entusiasma tu fe ciega.

No sólo no te da, sino que a veces
te quita y generoso tú le ofreces
la pena que te causa dicha entrega.

Ahí mi afán no llega.
Mantengo mi valor crucificado,
y lo que el Cielo dé, bien sea hallado.



Mario.

Preciosísimos versos Mario. Déjame decirte que yo creo en tí ciegamente.

Un abrazo y mi admiración.

Gracias Rafel, sabes que siempre es un placer y un honor recibir comentarios tuyos, siempre tan amables. Un abrazo, amigo mío.
Mario.

Un bello e interesante soneto, acertadas reflexiones, Mario. Saludos.

Un buen soneto, para leer y reflexionar, tanto si eres creyente como si no. Un placer venir.
Un abrazo.
Pepa

Reconozco que ya no siento necesidad alguna de contar con esa fe que alguna vez existió en mí, pero de entonces me ha quedado un interés inmenso por este tema que tú nos traes aquí envuelto en tu excelente técnica y calidad literaria. Un deleite de soneto.

Un fuerte abrazo.