BREACH, Capítulo siete
Publicado: Lun, 02 Abr 2012 3:22
BREACH
porE. R. Aristy
CRISTALES
Capítulo siete
“la luz aún está
en el punto quieto del mundo que gira.”
Con paso recio empujaban la camilla. Las compuertas de la sala VEGA se activaron momentáneamente dejando ver la escena de una hilera de cabezas sumergidas en frascos y refrigeradores de dilución adiabática. Los científicos sufren de una división crítica: la memoria. Algunos aducen que en el cerebro se almacena el elixir del alma.
Casi sesenta años desde el cruce de la frontera en la campaña de la preservación post mortem, el número de miembros seguía siendo un círculo pequeño de celebridades, y continuaba ser una farsa para quienes a diario entierran a sus muertos.
El concepto del organismo cibernético no era nada nuevo en la historia del Arte y la Mitología. A pesar de que en el pasado se ventilaran historietas de horror y de ciencia ficción, la creación de un monstruo o de una criatura en un laboratorio, por diseño, o en forma accidental, producía en el hombre una maquiavélica satisfacción.
Ser el acertijo de la quimera: mitad humano, mitad sueño, en ninguna forma debería extrañarnos. De cierto es un concepto de entrañable catarsis, y completamente viable. Con el tiempo algunos libros de ciencia ficción se le adelantaron a la ciencia y ha quedado comprobada su magia.
No obstante, cuando años atrás se dio a publicar la fábula de Dolly, el primer clon legalizado en la historia de la manipulación del ADN, se abrió a la vez el panteón de los dioses de antaño. De tal descabellada propuesta salieron los mil demonios de la controversia ética, moral, y antropológica, en la que por fuerza inevitable se ve sujeto el hombre sin fronteras.
Se escribieron libros de ciencia ficción y de crítica filosófica. Se promulgaron nuevas leyes las cuales hasta la actualidad se procuran perfeccionar. Realmente, serias batallas surrealistas se baten hoy por hoy en los tribunales por la potestad de embriones concebidos in vitro para seleccionar unos cuantos y destruir la mayoría como material biológico sobrante.
A mano izquierda de la monumental rueda que sostiene la escultura del Vitrubio -extraordinaria interpretación del gran Rowan Gilliespie- la cámara SPICA recibió en su helado interior al cadáver sin reclamar de Fulana de tal B20100.
porE. R. Aristy
CRISTALES
Capítulo siete
“la luz aún está
en el punto quieto del mundo que gira.”
Con paso recio empujaban la camilla. Las compuertas de la sala VEGA se activaron momentáneamente dejando ver la escena de una hilera de cabezas sumergidas en frascos y refrigeradores de dilución adiabática. Los científicos sufren de una división crítica: la memoria. Algunos aducen que en el cerebro se almacena el elixir del alma.
Casi sesenta años desde el cruce de la frontera en la campaña de la preservación post mortem, el número de miembros seguía siendo un círculo pequeño de celebridades, y continuaba ser una farsa para quienes a diario entierran a sus muertos.
El concepto del organismo cibernético no era nada nuevo en la historia del Arte y la Mitología. A pesar de que en el pasado se ventilaran historietas de horror y de ciencia ficción, la creación de un monstruo o de una criatura en un laboratorio, por diseño, o en forma accidental, producía en el hombre una maquiavélica satisfacción.
Ser el acertijo de la quimera: mitad humano, mitad sueño, en ninguna forma debería extrañarnos. De cierto es un concepto de entrañable catarsis, y completamente viable. Con el tiempo algunos libros de ciencia ficción se le adelantaron a la ciencia y ha quedado comprobada su magia.
No obstante, cuando años atrás se dio a publicar la fábula de Dolly, el primer clon legalizado en la historia de la manipulación del ADN, se abrió a la vez el panteón de los dioses de antaño. De tal descabellada propuesta salieron los mil demonios de la controversia ética, moral, y antropológica, en la que por fuerza inevitable se ve sujeto el hombre sin fronteras.
Se escribieron libros de ciencia ficción y de crítica filosófica. Se promulgaron nuevas leyes las cuales hasta la actualidad se procuran perfeccionar. Realmente, serias batallas surrealistas se baten hoy por hoy en los tribunales por la potestad de embriones concebidos in vitro para seleccionar unos cuantos y destruir la mayoría como material biológico sobrante.
A mano izquierda de la monumental rueda que sostiene la escultura del Vitrubio -extraordinaria interpretación del gran Rowan Gilliespie- la cámara SPICA recibió en su helado interior al cadáver sin reclamar de Fulana de tal B20100.