REFULGENTE EMOCIÓN

[Juan Cruz Bordoy]

REFULGENTE EMOCIÓN

(30/3/2012)

Cuando resplandece la mirada
del febril sol sobre esa cálida mañana,
despierta el gorrión con su acongojado trino
la tímida planta de rosas.
Pareciera el relampagueante mirar de Apolo,
fundir de luz aquel terciopelo.
El ha ido a buscar la belleza
de sus sonrojadas y amorosas mejillas,
las cuales brillan con el lúdico rocío
adormecido sobre el dorado lecho.
Espera el titilante lucero
a que las delicadas estrellas,
inclinen su pacífico trono de rubíes
hacia la tenue melancolía celeste.
Quien pregone albricias,
será quien más alegrías tenga.
Y más que cuidado,
ha de ofrecer un verde corazón
que a esas tempranas calles
de ilusiones llenará.
Clarece esta trémula canción
la atronadora severidad que vence al día,
y llora la noche en su platinado manto de sueño.
Como un trivial vencejo,
sobre la ahora magna cadencia del fuego.
Al pensar estos estivales crepúsculos de ocre
encuentro que la blanquecina luna
observa inolvidables momentos.
Que son nada menos, refulgente emoción.
La cual viaja en el sentir
de mis pobres versos arruinados,
por el lastimoso invierno de penas.
Y quien aun, no ha podido arrasar este: ¡Mi mundo!

Juan Cruz Bordoy

[Isabel Moncayo]

Juan Cruz, no me parecen tus versos arruinados, al menos estos rebosan de imágenes grandiosas. y deseo que en ese tu mundo los inviernos de penas no sean realidad.


Te mando un abrazo

[Guillermo Cumar.]

Un poema muy bien escrito Amigo Juan. Detecto algo exagerada la utilización de tanto calificativo. Muchas veces es más lírico el realismo del sustantivo limpio.

Tus poemas están dotados de un ritmo magnífico, amigo.

Es un placer recorrer tus poemas.

Un abrazo

Guillermo

[Pilar Morte]

Este poema se acerca más a los que en un principio enviabas con esa frescura y candidez propia de los años y que era adorable ya que utilizabas el vocabulario sencillo y de acuerdo a tu edad.
Me lo ha recordado y lo he disfrutado
Abrazos
Pilar

[lazaro Habana]

REFULGENTE EMOCIÓN

(30/3/2012)

Cuando resplandece la mirada
del febril sol sobre esa cálida mañana,
despierta el gorrión con su acongojado trino
la tímida planta de rosas.
Pareciera el relampagueante mirar de Apolo,
fundir de luz aquel terciopelo.
El ha ido a buscar la belleza
de sus sonrojadas y amorosas mejillas,
las cuales brillan con el lúdico rocío
adormecido sobre el dorado lecho.
Espera el titilante lucero
a que las delicadas estrellas,
inclinen su pacífico trono de rubíes
hacia la tenue melancolía celeste.
Quien pregone albricias,
será quien más alegrías tenga.
Y más que cuidado,
ha de ofrecer un verde corazón
que a esas tempranas calles
de ilusiones llenará.
Clarece esta trémula canción
la atronadora severidad que vence al día,
y llora la noche en su platinado manto de sueño.
Como un trivial vencejo,
sobre la ahora magna cadencia del fuego.
Al pensar estos estivales crepúsculos de ocre
encuentro que la blanquecina luna
observa inolvidables momentos.
Que son nada menos, refulgente emoción.
La cual viaja en el sentir
de mis pobres versos arruinados,
por el lastimoso invierno de penas.
Y quien aun, no ha podido arrasar este: ¡Mi mundo!

Juan Cruz Bordoy

Con depurado y claro sentir,
que muestra el alma como limpio cristal..

Muy bueno Juan

abrazos

lázaro.

[Juan Cruz Bordoy]

Muchas gracias Isabel por tu comentario.

[Juan Cruz Bordoy]

Estoy de acuerdo contigo, Guillermo. Quizá uno pueda comunicarse mejor a través de la prosa. Pero la poesía es una expresión libre. Y es lo que mis versos, deshilachados de tanto adjetivo, suelen decir. Gracias por estar aquí y dar tu opinión.
Un abrazo y un beso,
Juan Cruz.

[Juan Cruz Bordoy]

Me alegro te haya agradado Pilar.
Un abrazo y un beso,
Juan Cruz.

[Juan Cruz Bordoy]

Eres muy amable Lázaro en tu comentario.
Saludos,
Juan Cruz.

[E. R. Aristy]

REFULGENTE EMOCIÓN

(30/3/2012)

Cuando resplandece la mirada
del febril sol sobre esa cálida mañana,
despierta el gorrión con su acongojado trino
la tímida planta de rosas.
Pareciera el relampagueante mirar de Apolo,
fundir de luz aquel terciopelo.
El ha ido a buscar la belleza
de sus sonrojadas y amorosas mejillas,
las cuales brillan con el lúdico rocío
adormecido sobre el dorado lecho.
Espera el titilante lucero
a que las delicadas estrellas,
inclinen su pacífico trono de rubíes
hacia la tenue melancolía celeste.
Quien pregone albricias,
será quien más alegrías tenga.
Y más que cuidado,
ha de ofrecer un verde corazón
que a esas tempranas calles
de ilusiones llenará.
Clarece esta trémula canción
la atronadora severidad que vence al día,
y llora la noche en su platinado manto de sueño.
Como un trivial vencejo,
sobre la ahora magna cadencia del fuego.
Al pensar estos estivales crepúsculos de ocre
encuentro que la blanquecina luna
observa inolvidables momentos.
Que son nada menos, refulgente emoción.
La cual viaja en el sentir
de mis pobres versos arruinados,
por el lastimoso invierno de penas.
Y quien aun, no ha podido arrasar este: ¡Mi mundo!

Juan Cruz Bordoy

Magnifico poema, Juan!

Abrazos,
ERA