Editorial Alaire

Guillermo Cuesta escribió:Tan oscura como la noche
y tan cobarde comoel miedo
a trasluz de la angustia el mar te mira.
Te acorrala contra el confuso aplomo
y el incesante engreimiento
de la alucinación.

Aprisionada contra el vértigo
un llanto huracanado te rodea
y das por hecho,acaso,
que el consenso capaz de unirte
se acerca impenitente con su fuerza
hasta el final de la exasperación.
Las olas y su espuma inconsistente
trasportan elabismo
hasta el misterio obsceno
de la indecisión.
Conociendo de antemano
las represalias dela cobardía
quieres recuperarun alma nueva
antes de que la aurora se despierte
y deje al descubierto
alguna mala idea
y la vergüenza insatisfecha
de una forzada calma sin deseo.

Pilar Morte escribió:Siempre es maravilloso ser consciente de la oscuridad y de aquello que aprisiona para después salir de todo reconfortado. Un placer seguir tus versos hermosos
Abrazos
Pilar

J. J. M. Ferreiro escribió:Un poema de mucha fuerza imaginativa, amigo Guillermo. El arrepentimiento, sublimado en la duda de los nuevos caminos a seguir, hacen del yo poético ese ser lleno de contradicciones: la realidad más evidente de cuantas nos condicionan.


Un abrazo.

Guillermo Cuesta escribió:Tan oscuro como la noche
y tan cobarde como el miedo
a trasluz de su fuerza el mar te mira.
Te acorrala contra el confuso aplomo
y el incesante engreimiento
de la alucinación.

Aprisionado contra el vértigo
un llanto huracanado te rodea
y das por hecho, acaso,
que el consenso capaz de unirte
se acerca impenitente con su fuerza
hasta el final de la exasperación.
Las olas y su espuma inconsistente
trasportan el abismo
hasta el misterio obsceno
de la indecisión.
Conociendo de antemano
las represalias de la cobardía
quieres recuperar un alma nueva
antes de que la aurora se despierte
y deje al descubierto
alguna mala idea
y la vergüenza insatisfecha
de una forzada calma sin deseo.

Arturo Juárez Muñoz escribió:Querido Guillermo:
¡Estupendo tema! En ocasiones me admira la Poesía con su vastedad inagotable, siempre engendrando nuevas facetas,, nuevos horizontes, nuevos retos.
El juicio interno de los actos es y debiera ser una actitud constante ante la vida. Sin embargo, algunas veces por cobardía, otras por incapacidad humana, el castigo que nos imponemos corre el riesgo de ser más duro que el propio motivo de reflexión.

¡Vaya momento liminar en el hombre: Su juicio-su propio veredicto!
Un abrazo:
Arturo

ROBERTO LÓPEZ escribió:Muy buen poema, Guillermo, con poderosas imágenes marinas que envuelven abismos, tal vez los abismos del alma. He disfrutado con su lectural. Abrazos.