Blasón
Publicado: Jue, 13 Mar 2008 15:02
Blasón
I
“Hace algo no tan malo con tu vida, y no me jodas más.”
¿Quieren saber como es mi vida?,
mi vida es un lugar donde mirando hacia atrás
no hay nada,
donde mirando hacia delante tampoco.
Mi vida es una completa farsa, mi alma es un carozo seco de durazno
envuelto en capas y capas de algo extraño. Mi vida es un lugar
sin corazón. Mi vida es un papel estúpido o un ordenador
donde anotar pedazos de mi sangre o lo que sea que tenga
por que la gente que me quiso y que me querrá
ya se hartó. Mi vida es un estúpido
ombligo que no puedo dejar de mirar, y que quedan sólo estos temblores
de cuerpo presente por no poder hablar. Este entumecimiento, este
sinsentido, esta piedra fría en lugar de corazón. Mi vida es
todo lo que nunca quise, toda la promesa
que nunca puedo cumplir, toda mi vida y adolescencia,
mi vida es algo que no quiero, que no quiero que me domine
y por la que siempre caigo a sus pies. Este dolor tan profundo
que no siento, estas lágrimas que no están,
este cuarto oscuro y sólo y atemporal,
este cigarrillo consumiéndose en mi boca, deshaciéndose
lentamente,
sin nadie alrededor, y el dolor del otro…De la persona
que dejo de engañarse y comprendió…Y ahora
tiemblo y tiemblo por no poder hablar, y escribo
y es estúpido, quiero llorar no quiero escribir,
pero no puedo, los caballos y los soldados
han abandonado el erial junto al agua de los arroyos,
pues, seamos sinceros, nunca hubo nada fértil en mi. ¡Qué
me importa escribir! cuando yo quiero otra cosa, no se dan
cuenta…
es lo único que no me puede abandonar, son mis cadenas,
y NADA MAS, no voy a seguir alimentando pensamientos blandos
de lejanas condolencias, no quiero a nadie, y mucho menos la lástima ajena.
Pero quiero algo que no puedo, quiero cambiar, y no se puede,
hay que aceptarlo, las murallas, talanqueras, barracas y
terraplenes, no los quiero, pero ya ven…
como siempre,
puede ser que se abrotoñen en primavera, que cambien fugazmente de color en invierno,
no las quiero (¡estúpido féretro!),
pero acá están, tan subsistentes e impenetrables
y ni mi ciencia, ni el papel en blanco, ni los métodos del amor
las irán a derrumbar.
II
Traje de frac
En lugar del amor ahora sólo queda un pasaje de vuelta.
El mismo que saqué aquel día en la terminal, cuando al conocerte,
lo doble y guardé minuciosamente en mi delusorio traje de frac. Ese billete Inválido,
pero a pesar de todo yo, Juan Pablo Matute, te amé, aunque
no lo sepa hacer. Y vos me conoces…, sos, en todo caso,
la única persona que me conoce más que yo, y tenes intuición…
y un futuro asolado lleno de banastas de flores golmajas
lejos de mi, de alguien que si en todo caso te amó,
eso no se llama amor.
Estoy convencido que siempre hablo de mí, yo yo yo,
es ingrato y paradójico, no sufro, (completamente abjurado), por
el perfume que se ha disuelto y perdido, sufro
por no poder sufrir. Y así nunca nada cambia nada, jamás.
Es injusto, estoy seguro, pero tío ¿a quien se le pude reclamar
si no es a mí?
III
El abrazo partido
Nunca más voy a encontrarme con tu abrazo, y aunque poco recuerde,
se que me hacía bien.
Jamás cuando, volverán a anidar tus cabellos de bálsamo en mi pecho,
y ya no se escaparán sonrisas en la noche del cuarto, ni el sonido
liviano de un exhalo completo escabulléndose desde el patio aherrojado.
Es algo raro, y te lo agradezco, aunque poco te puedo pedir,
pero me hiciste sentir, sí, a mí, liviano y entero, feliz y real.
Poco te retribuí, en mi rapsodia y con mis defensas, pero vos veías
algo en mí que nunca llegaré a ver. Quizás me debas algunas
sonrisas, algunas palabras, algunos abrazos luego partidos,
pero yo te debo volver a creer, aunque desde acá,
desde este recinto tan avaro y fabril.
IV
Una ciudad sin gente
Si me mente se inmolará, por su bien y la de los demás, la felicidad sería algo más.
Si el color despertará de su bóveda verde y sellada, y encontrará el mismo color
en la realidad de un sentimiento no perecedero…, no me quiero acostar.
No quiero, y todo tiende a despertar igual. Corridas de toros rojos
y refulgentes por las callejuelas de una ciudad siempre en ruinas. Una
atmósfera purpúrea y heroinómana. La hiedra y los yerbajos
tomando por asalto, poco a poco, una ciudad que se deja atacar.
La gente no existe en este mundo, en esta visión,
la gente nunca existió.
Si la carne fuese más blanda y maleable ya te hubiera mostrado mi corazón,
no te hubiera dejado haberlo intuido perforando con dulces besos
el arnés, te lo hubiera dado, yo sé que lo has querido
y que lo hubieses podido atesorar. Hamacadas en el talud
de la montaña esmeralda el ejercito de mayuetas escarlata
avanza, siempre al frente, contra todo cíclope y esperanza,
bajan
___bajan
______bajan
________bajan
__________bajan
_____________bajan
___________________________________y se lanzan olvidándolo todo hacia el abismo que desciende sibilino.
Me encantaría poder y tener las fuerzas necesarias para pedirte otra oportunidad,
pero se que no la merezco, y aunque esto no sea de importancia,
no quiero volver a fallarte. y no, no es verdad, nunca te quise lastimar.
I
“Hace algo no tan malo con tu vida, y no me jodas más.”
¿Quieren saber como es mi vida?,
mi vida es un lugar donde mirando hacia atrás
no hay nada,
donde mirando hacia delante tampoco.
Mi vida es una completa farsa, mi alma es un carozo seco de durazno
envuelto en capas y capas de algo extraño. Mi vida es un lugar
sin corazón. Mi vida es un papel estúpido o un ordenador
donde anotar pedazos de mi sangre o lo que sea que tenga
por que la gente que me quiso y que me querrá
ya se hartó. Mi vida es un estúpido
ombligo que no puedo dejar de mirar, y que quedan sólo estos temblores
de cuerpo presente por no poder hablar. Este entumecimiento, este
sinsentido, esta piedra fría en lugar de corazón. Mi vida es
todo lo que nunca quise, toda la promesa
que nunca puedo cumplir, toda mi vida y adolescencia,
mi vida es algo que no quiero, que no quiero que me domine
y por la que siempre caigo a sus pies. Este dolor tan profundo
que no siento, estas lágrimas que no están,
este cuarto oscuro y sólo y atemporal,
este cigarrillo consumiéndose en mi boca, deshaciéndose
lentamente,
sin nadie alrededor, y el dolor del otro…De la persona
que dejo de engañarse y comprendió…Y ahora
tiemblo y tiemblo por no poder hablar, y escribo
y es estúpido, quiero llorar no quiero escribir,
pero no puedo, los caballos y los soldados
han abandonado el erial junto al agua de los arroyos,
pues, seamos sinceros, nunca hubo nada fértil en mi. ¡Qué
me importa escribir! cuando yo quiero otra cosa, no se dan
cuenta…
es lo único que no me puede abandonar, son mis cadenas,
y NADA MAS, no voy a seguir alimentando pensamientos blandos
de lejanas condolencias, no quiero a nadie, y mucho menos la lástima ajena.
Pero quiero algo que no puedo, quiero cambiar, y no se puede,
hay que aceptarlo, las murallas, talanqueras, barracas y
terraplenes, no los quiero, pero ya ven…
como siempre,
puede ser que se abrotoñen en primavera, que cambien fugazmente de color en invierno,
no las quiero (¡estúpido féretro!),
pero acá están, tan subsistentes e impenetrables
y ni mi ciencia, ni el papel en blanco, ni los métodos del amor
las irán a derrumbar.
II
Traje de frac
En lugar del amor ahora sólo queda un pasaje de vuelta.
El mismo que saqué aquel día en la terminal, cuando al conocerte,
lo doble y guardé minuciosamente en mi delusorio traje de frac. Ese billete Inválido,
pero a pesar de todo yo, Juan Pablo Matute, te amé, aunque
no lo sepa hacer. Y vos me conoces…, sos, en todo caso,
la única persona que me conoce más que yo, y tenes intuición…
y un futuro asolado lleno de banastas de flores golmajas
lejos de mi, de alguien que si en todo caso te amó,
eso no se llama amor.
Estoy convencido que siempre hablo de mí, yo yo yo,
es ingrato y paradójico, no sufro, (completamente abjurado), por
el perfume que se ha disuelto y perdido, sufro
por no poder sufrir. Y así nunca nada cambia nada, jamás.
Es injusto, estoy seguro, pero tío ¿a quien se le pude reclamar
si no es a mí?
III
El abrazo partido
Nunca más voy a encontrarme con tu abrazo, y aunque poco recuerde,
se que me hacía bien.
Jamás cuando, volverán a anidar tus cabellos de bálsamo en mi pecho,
y ya no se escaparán sonrisas en la noche del cuarto, ni el sonido
liviano de un exhalo completo escabulléndose desde el patio aherrojado.
Es algo raro, y te lo agradezco, aunque poco te puedo pedir,
pero me hiciste sentir, sí, a mí, liviano y entero, feliz y real.
Poco te retribuí, en mi rapsodia y con mis defensas, pero vos veías
algo en mí que nunca llegaré a ver. Quizás me debas algunas
sonrisas, algunas palabras, algunos abrazos luego partidos,
pero yo te debo volver a creer, aunque desde acá,
desde este recinto tan avaro y fabril.
IV
Una ciudad sin gente
Si me mente se inmolará, por su bien y la de los demás, la felicidad sería algo más.
Si el color despertará de su bóveda verde y sellada, y encontrará el mismo color
en la realidad de un sentimiento no perecedero…, no me quiero acostar.
No quiero, y todo tiende a despertar igual. Corridas de toros rojos
y refulgentes por las callejuelas de una ciudad siempre en ruinas. Una
atmósfera purpúrea y heroinómana. La hiedra y los yerbajos
tomando por asalto, poco a poco, una ciudad que se deja atacar.
La gente no existe en este mundo, en esta visión,
la gente nunca existió.
Si la carne fuese más blanda y maleable ya te hubiera mostrado mi corazón,
no te hubiera dejado haberlo intuido perforando con dulces besos
el arnés, te lo hubiera dado, yo sé que lo has querido
y que lo hubieses podido atesorar. Hamacadas en el talud
de la montaña esmeralda el ejercito de mayuetas escarlata
avanza, siempre al frente, contra todo cíclope y esperanza,
bajan
___bajan
______bajan
________bajan
__________bajan
_____________bajan
___________________________________y se lanzan olvidándolo todo hacia el abismo que desciende sibilino.
Me encantaría poder y tener las fuerzas necesarias para pedirte otra oportunidad,
pero se que no la merezco, y aunque esto no sea de importancia,
no quiero volver a fallarte. y no, no es verdad, nunca te quise lastimar.