Editorial Alaire

Todos los niños que duermen en ti aman la sed.
Es cierto, allí aprendimos la canción de las hojas,
la cuchilla intacta que roza mi piel, el espejo desnudo
de las águilas. Nada que no fuera la premura del eco
o el atardecer de una gárgola en la memoria. ¿No es
acaso la invencible cruz el corazón del dolor o los
juegos en el patio ya anochecidos de senectud y ungüento?
Era fácil recitar la sincronía de un capitulo, en las noches
ciegas los labios maquillaban su corazón de hembra,
en mítines azules o corazas de frío o arcabuces de
inusitado frenesí. ¿Y qué silabario de puertas nos transformó?
¿en qué rodilla los almanaques, la prehistoria de un rostro,
los libros de cubierta blanca, la duda en un tranvía
que no tiene destino? Había un orden de televisores y niebla,
tan parecido al adiós de un viernes. Y dentro la palabra
que fascina al cristal, los micrófonos en llamas como
un sueño que se aleja o no. Y robinsones en las duchas
compartidas que ambicionan caderas de plata
mientras las paredes vigilan el vuelo de los pájaros,
su testuz de nácar. Nadie llora cuando la raíz es tormenta,
en clases de sándalo, en verbos sin quietud, en sonoras
gemas que resuenan como un cadáver rojo. Hay un farol
en tu mejilla o cóndores que agitan tus manos, siempre
el corazón regresa a la arcaica linterna del horror,
porque el tiempo es un titán de greñas y azul,
que nos devora despacio, muy despacio.

Me llevo el cero perdiéndome gustoso entre tus versos Ramón.

Un abrazo.

Ramón Carballal escribió:Todos los niños que duermen en ti aman la sed.
Es cierto, allí aprendimos la canción de las hojas,
la cuchilla intacta que roza mi piel, el espejo desnudo
de las águilas. Nada que no fuera la premura del eco
o el atardecer de una gárgola en la memoria. ¿No es
acaso la invencible cruz el corazón del dolor o los
juegos en el patio ya anochecidos de senectud y ungüento?
Era fácil recitar la sincronía de un capitulo, en las noches
ciegas los labios maquillaban su corazón de hembra,
en mítines azules o corazas de frío o arcabuces de
inusitado frenesí. ¿Y qué silabario de puertas nos transformó?
¿en qué rodilla los almanaques, la prehistoria de un rostro,
los libros de cubierta blanca, la duda en un tranvía
que no tiene destino? Había un orden de televisores y niebla,
tan parecido al adiós de un viernes. Y dentro la palabra
que fascina al cristal, los micrófonos en llamas como
un sueño que se aleja o no. Y robinsones en las duchas
compartidas que ambicionan caderas de plata
mientras las paredes vigilan el vuelo de los pájaros,
su testuz de nácar. Nadie llora cuando la raíz es tormenta,
en clases de sándalo, en verbos sin quietud, en sonoras
gemas que resuenan como un cadáver rojo. Hay un farol
en tu mejilla o cóndores que agitan tus manos, siempre
el corazón regresa a la arcaica linterna del horror,
porque el tiempo es un titán de greñas y azul,
que nos devora despacio, muy despacio.

Què serìa de nosotros sin la sed, sin esa avidez que nos señala la ausencia, porque funcionamos en base a opuestos, y casi siempre anhelamos lo que ya no tenemos, o lo que nunca tuvimos.
Mientras tanto, pasa la vida y el tiempo lentamente, nos marca su paso en la piel y el alma.
La palabra 'arcabuz' me resulta particularmente preciosa al oìdo, y su alcance dentro del poema es tan letal como el propio del arma.
Un placer de lectura Ramòn, coincido con Israel. Un abrazo, Luna.-

Me ha gustado tu narrativa poètica, ha sido un placer leerte

un saludo

Josè Manuel Acosta.

Que bueno es poder beber de tu palabra Ramón. Todo poesía.

Mi abrazo y admiración en la distancia.

Es un gusto recrearsae en tus versos siempre tan imaginativos
Abrazos
Pilar

Unos versos llenos de fuerza y dolor, muy buenos. Un saludo, Carmina.

Siempre es grato pasar a tus poemas, con esa idiosincrasia metáfórica
que en pone en pie a la palabra para abril en canal sus significados.

Un abrazo

Guillermo

Israel Liñán escribió:Me llevo el cero perdiéndome gustoso entre tus versos Ramón.

Un abrazo.

Gracias, Israel, por quitarle el cero al poema. Un abrazo.

Luna de Nos escribió:

Ramón Carballal escribió:Todos los niños que duermen en ti aman la sed.
Es cierto, allí aprendimos la canción de las hojas,
la cuchilla intacta que roza mi piel, el espejo desnudo
de las águilas. Nada que no fuera la premura del eco
o el atardecer de una gárgola en la memoria. ¿No es
acaso la invencible cruz el corazón del dolor o los
juegos en el patio ya anochecidos de senectud y ungüento?
Era fácil recitar la sincronía de un capitulo, en las noches
ciegas los labios maquillaban su corazón de hembra,
en mítines azules o corazas de frío o arcabuces de
inusitado frenesí. ¿Y qué silabario de puertas nos transformó?
¿en qué rodilla los almanaques, la prehistoria de un rostro,
los libros de cubierta blanca, la duda en un tranvía
que no tiene destino? Había un orden de televisores y niebla,
tan parecido al adiós de un viernes. Y dentro la palabra
que fascina al cristal, los micrófonos en llamas como
un sueño que se aleja o no. Y robinsones en las duchas
compartidas que ambicionan caderas de plata
mientras las paredes vigilan el vuelo de los pájaros,
su testuz de nácar. Nadie llora cuando la raíz es tormenta,
en clases de sándalo, en verbos sin quietud, en sonoras
gemas que resuenan como un cadáver rojo. Hay un farol
en tu mejilla o cóndores que agitan tus manos, siempre
el corazón regresa a la arcaica linterna del horror,
porque el tiempo es un titán de greñas y azul,
que nos devora despacio, muy despacio.

Què serìa de nosotros sin la sed, sin esa avidez que nos señala la ausencia, porque funcionamos en base a opuestos, y casi siempre anhelamos lo que ya no tenemos, o lo que nunca tuvimos.
Mientras tanto, pasa la vida y el tiempo lentamente, nos marca su paso en la piel y el alma.
La palabra 'arcabuz' me resulta particularmente preciosa al oìdo, y su alcance dentro del poema es tan letal como el propio del arma.
Un placer de lectura Ramòn, coincido con Israel. Un abrazo, Luna.-

Gracias, luna, por el bonito comentario que me dejas. Un abrazo.

José Manuel Acosta escribió:Me ha gustado tu narrativa poètica, ha sido un placer leerte

un saludo

Josè Manuel Acosta.

Gracias, José Manuel, por leerme y comentar. Un saludo cordial.

Just Gafar escribió:Que bueno es poder beber de tu palabra Ramón. Todo poesía.

Mi abrazo y admiración en la distancia.

Gracias, Just, siempr es una alegría verte por mis hulmides poemas. Un abrazo.

Pilar Morte escribió:Es un gusto recrearsae en tus versos siempre tan imaginativos
Abrazos
Pilar

Gracias por tus palabras, Pilar. Un abrazo.

Carmina Martínez escribió:Unos versos llenos de fuerza y dolor, muy buenos. Un saludo, Carmina.

Gracias, Carmina, me alegra que te hayan gustado estos versos. Un abrazo.

Guillermo Cuesta escribió:Siempre es grato pasar a tus poemas, con esa idiosincrasia metáfórica
que en pone en pie a la palabra para abril en canal sus significados.

Un abrazo

Guillermo

Gracias, Guillermo, por dejarme tu comentario. Un abrazo.