Editorial Alaire

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Cuando invertía mi tiempo
en levantar murallas,
contrafuertes, almenas y rastrillos.
En cavar fosos hondos
clavar afiladas estacas en los bordes,
y apilar barricadas insalvables;
no podía sospechar,
ni por asomo,
que tocaras tan bien la trompeta.




Pepa

Eres genial, Pepa, y me has hecho sonreir. Siempre es un placer asomarse a tu ventana
Abrazos
Pilar

Josefa A. Sánchez escribió:.

Cuando invertía mi tiempo
en levantar murallas,
contrafuertes, almenas y rastrillos.
En cavar fosos hondos
clavar afiladas estacas en los bordes,
y apilar barricadas insalvables;
no podía sospechar,
ni por asomo,
que tocaras tan bien la trompeta.

Pepa

Cortito y al grano, Pepa.
Precioso. Desde el título hasta el desmoronamiento final.
Un placer.
Víctor

Llegaste hasta la trompeta de Jericó con los oídos muy abiertos
y es resto de tus esfuerzos ya cansados y al final muy satisfechos.

Un abrazo

Guillermo
[img]http://www.justa.com.mx/wp-content/uplo ... 0(450×249)[/img]jerico-2.jpg- alt=-jerico-2.jpg (450×249)jerico-2.jpg- alt=-jerico-2.jpg (450×249)

Josefa, me han encantado tus versos son una delicia.
Un saludo.

Josefa A. Sánchez escribió:.





Cuando invertía mi tiempo
en levantar murallas,
contrafuertes, almenas y rastrillos.
En cavar fosos hondos
clavar afiladas estacas en los bordes,
y apilar barricadas insalvables;
no podía sospechar,
ni por asomo,
que tocaras tan bien la trompeta.




Pepa

Muestras tu maestría en tus versos, hay un mensaje
muy sublime en ellos.
Abrazos Josefa


lázaro.

Gracias, Pilar, por esa sonrisa y por estar.
Un abrazo.
Pepa

Gracias, Victor, por tu siempre amable comentario. Cortito, porque así de rápido fue el derribo. Cosas de saber tocar. Je.
Un abrazo.
Pepa

Hasta el Apocalipsis trompetero tiene su lado irónico. Aun en su brevedad, el poema va más allá de la referencia bíblica. A veces nos afanamos en construir defensas del corazón, para que después llegue un ángel del cielo tocando la trompeta y las derribe de un plumazo.

Me gustó mucho.

Genial!!, amiga Josefa,... es que ese final es genial desde cualquier punto de vista; tantas defensas, tanta negativa, tanta imposible accesibilidad, ... y de repente "esa trometa" que rompe todos los obstáculo.


maravilloso!!!

Biquiños.

Gracias, Pilar, por venir a inaugurar con tus amables palabras estos humildes versos.
Un abrazo.
Pepa

Muy Bueno, Josefa. Le pondremos todo tipo de depensa al corazón, pero al fina siempre habrá algo que nos desarme. Un abrazo. Soledad

Hola Josefa.
A mí también me has arrancado una sonrisa, pero debes recordar una cosa. Las murallas de Jericó no se derrumbaron por el sonido hermoso de una trompeta, sino más bien por su ruido ensordecedor. Algo a favor de "tu Jericó". Abrazos.
Mario.

Un gusto leerte, Josefa, es precioso tu Jericó.
Saludos.

¡ ay Pepa, qué ternura de poema !!!

Abrazos, muchos