Editorial Alaire

Juan Cruz Bordoy escribió:

I

Oh… aura al despertar que renuevas la mañana
con almizclada esencia a poesía y a querubes,
que saltan de su riqueza infinita a tu Alambra de jardines.
Y renacen de una pasión incomprensible, a la vida.

II

El sol toca su candorosa lira de belleza pura.
Al escuchar su melodía un goloso picaflor,
se posa sobre el sereno y delicado cáliz de una margarita
a beber del prisionero néctar.

El orgulloso oro dice a las joviales náyades
palabras de ardientes llamas,
que poco a poco queman la ambición.
Como velas, al compás del blanquecino aire.

III

Juegan las ninfas en ese cielo risueño.
Sus leves brisas se dilatan en la estela de esperanza,
y vientos suaves que cubren las soñadoras flores
con sus vestidos melancólicos de gallarda bohemia.

Son crisoles tardíos que en la ronda en colores lúdicos del arco iris,
gozaron el estival con magníficos azulejos.
Quienes sus elegantes cantos guardaron en el cortex de un roble,
que coronaba las musas de rojos suspiros acongojados.

IV

Dominadas por gélidos noctámbulos y nocheriegos pensamientos,
que parecen amorados de la luna. Mil luces incrústanse en tu corazón,
como hogueras que se funden en tu serena sonrisa de estrellas
la fatiga olvidada en poesías, y líricos laúdes.

Cuando surcan mis sueños los mares,
los girasoles extrañan la alegórica llegada de la mañana.
Y tanto aman mirar el sol con sus dorados pétalos,
como acariciar las nubes del amanecer.

Juan Cruz Bordoy