VICENTE ALEIXANDRE, UN NOBEL CASI OLVIDADO.

Aquí tendrán cabida discusiones y todo tipo de estudios sobre temas relacionados con el ámbito literario: técnica, oficio, valores poéticos, etc.
Juan Vicedo
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Registrado: Vie, 16 Oct 2009 13:07

VICENTE ALEIXANDRE, UN NOBEL CASI OLVIDADO.

Mensaje sin leer por Juan Vicedo »

PRIMERA PARTE.
Definitivamente, podemos afirmar que Aleixandre fue un poeta y premio nobel con poca suerte. Desde su muerte casi nadie ha escrito una palabra sobre su obra, olvidándonos así de un poeta malagueño excepcional, que llevó con una dignidad extraordinaria su casi eterna vida de enfermo ("Tengo una mala salud de hierro", solía decir.)
Nacido como Lorca el año del Desastre (1898), Vicente Aleixandre pudo sobrevivirlo largos y fecundos años, para lograr su obra y dirigir y orientar desde su casa de Wellinntonia a todo una pléyade de jóvenes poetas de posguerra. Y aunque parezca extraño: un famoso diario de la cadena del franquismo lo declaraba el poeta más famoso y popular.
A Vicente Aleixandre, Nobel de 1977, hay que situarlo en la plaza, allí donde se cruzan las más diversas pasiones y lenguajes. Él, que no pudo vivir en el ágora, que no pudo disfrutar del aire fecundo de los chopos en libertad, se planteó su poesía como una acto de comunicación con los otros. ("Escribo para el que no me lee".) Quiso bajar y descender para buscar la esencia cósmica, la pasión del amor, la fuerza del paraíso. Su latido, íntima pulsación malagueña en tierras de Castilla, quiso situarse junto al enamorado, junto a la mujer que abre las puertas de la aurora. En la plaza sabía ver la individualidad de cada uno pese a que era mucho más fácil cerrar los ojos y ver solo confusión y turba.

Un mundo abierto, cientos de páginas abiertas al mundo, para que el hombre que fue niño pueda rememorar su infancia, aquella que no vivió porque sus ojos aún se lo impedían, porque su lenguaje tenía las carencias propias de la edad, porque la prisa del niño todo lo corre velozmente. Luego, muy tarde, cuando la infancia es sombra, el hombre se asusta de lo que dejó de vivir plenamente, cuando ya el agua del río ha arrinconado mares, ha puesto al padre en el olvido del que jamás se vuelve. Solo la ciudad emerge engalanda de flores y jardines, de la mano maternal que los cuidó en los días marinos. Ciudad honda, que nos hace y nos marca para siempre y queda reflejada en SOMBRA DEL PARAÍSO.

ESPADAS COMO LABIOS, o labios como espadas que hieren, que dejan sangre y dolor en el instante del beso. "Frontera de los besos serán mañana", escribía Miguel Hernández, en el poema dedicado a su hijo. Pero los amantes de Aleixandre se querían en un lecho navío, se querían de noche o en la playa, que creciendo con el día, que va alumbrándose con su sol eterno, testido de tanta pasión enamorada. Frente a esa exaltación de la vida, otros dos elementos capitales de este libro: la desnudez del amor, la desnudez de la muerte.

SEGUNDA PARTE.
Descubrir a Vicente Aleixandre, leer a Vicente Aleixandre es descubrirnos y es leernos. No nos hacemos sino con la reflexión y con el sentimiento de cuanto somos. Hay que pararse. Hay que dejar por un momento los negocios urbanos, las preocupaciones que nacen en la gran ciudad, las polémicas que surgen en los parlamentos. Y así hay que fijarse en los cuerpos luminosos y amantes que somos. Ya no podemos vivir lejos de una tarde propicia al encuentro, que nos dice en su crepúsculo el hambre de hacernos vida y que por eso entrega sus brillos en las plumas del águila imperial.

Sólo con el diálogo se llega al conocimiento. Y dialogan los ancianos enamorados, ahora que todavía se poseen el uno al otro, frente a frente. Y permanecen inmóviles y fijos en la más antigua de sus residencias, pero presentes en su maor de hoy, en el amor septuagenario que hoy los rodea. Pasados ya los tiempos de la rosa y la azucena, estos nuevos amantes de DIÁLOGOS DEL CONOCIMIENTO no se asombran de la llegada de la tarde íntima, que cierra luces, que apaga valses y en el olvido pone el tacto más profundo de la piel.

"La poesía apenas da para merendar" parece que dijo en cierta ocasión nuestro poeta y no andaba desencaminado. De la poesía, sobre todo si es poesía lírica, no se vive: se vive algo mejor del teatro, de la novela o el ensayo de éxito. Por eso Lorca vive hoy y es recordado hoy no solo por su trágico asesinato, sino por las figuras femeninas frustradas hondamente qque supo y quiso poner sobre la escena. No llegóa a ver representada LA CASA DE BERNARDA ALBA, ni la estupenda adaptación cinematográfica de BODAS DE SANGRE, pero vivió el acontecimiento de YERMA y el aura popular que se ganó con el ROMANCERO GITANO. M

Muchos poetas han tenido su centenario o sus conmemoraciones, pero otros, como Vicente Aleixandre han quedado postergados. Por mucho que saque usted a la calle HISTORIA DEL CORAZÓN nadie se molestará en preguntarle cuál es su tema y ya nadie recuerda la ayuda que prestó a quienes se iniciaban en el terreno de la poesía, como tampoco recuerdan que Aleixandre fue uno de los pocos que se preocuparon por la obra de Miguel Hernández, cuando el nombre de Miguel se había convertido en un tabú, perseguible de oficio por la fiscalía de nuestros antecesores.
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F. Enrique
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Se agradece, Juan, que nos traigas un tema que está lleno de interés y que refleja claramente la contradicción en la que se mueve la poesía. Yo creo que Vicente Aleixandre es un gran poeta, a pesar de haber sido premiado con el Nobel de Literatura, y su olvido solo viene a decirnos el poco aprecio que se tiene en nuestro país a la poesía. No es consecuencia de la veneración que se tenga a compañeros de su generación, la más asombrosa que haya existido, que, siendo poco justificable, podría darnos algún motivo para alegrarnos.

Si te soy sincero no es un poeta que me haya enganchado nunca, pero he encontrado poemas de él que me han parecido luminosos, y yo sé que a los poetas difícilmente se les puede juzgar por el conjunto de su obra, y aquel que sabe destilar la excelencia, aunque sea en un número determinado de versos, es digno de admiración. Volveré a leer a Aleixandre y seguramente me demostrará que estoy equivocado y que la consiguió en un buen número de poemas.

Un abrazo.
***
Toda verdad corre el riesgo de ser modificada por el tiempo.

cuando vivir era un pecado,
un cilicio sujeto a la ceniza posada en tu frente,
el estigma de un amor que nunca abandonó
las pulsaciones nerviosas de tu pecho
ni el bálsamo de luz que me turbaba en tu mirada.
(Playa de la Almadraba)
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F. Enrique
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Quizás era una deuda que contraje con mi anterior respuesta. Este poema de Vicente Aleixandre lo conozco desde hace mucho y está lleno de ternura, de encanto y de magia.

Un abrazo.

La hermanilla

Tenía la naricilla respingona, y era menuda.
¡Cómo le gustaba correr por la arena! Y se metía en el agua,
y nunca se asustaba.
Flotaba allí como si aquel hubiera sido siempre su natural elemento.
Como si las olas la hubieran acercado a la orilla,
trayéndola desde lejos, inocente en la espuma, con los ojos abiertos bajo la luz.
Rodaba luego con la onda sobre la arena y se reía, risa de niña en la risa del mar,
y se ponía de pie, mojada, pequeñísima,
como recién salida de las valvas de nácar,
y se adentraba en la tierra,
como un préstamo de las olas.
¿Te acuerdas?
Cuéntame lo que hay allí en el fondo del mar.
Dime, dime, yo le pedía.
No recordaba nada.
Y riendo se metía otra vez en el agua
y se tendía sumisamente sobre las olas.

Historia del corazón.
La mirada infantil. Madrid: Espasa-Calpe.
***
Toda verdad corre el riesgo de ser modificada por el tiempo.

cuando vivir era un pecado,
un cilicio sujeto a la ceniza posada en tu frente,
el estigma de un amor que nunca abandonó
las pulsaciones nerviosas de tu pecho
ni el bálsamo de luz que me turbaba en tu mirada.
(Playa de la Almadraba)
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