Editorial Alaire

*


déjame decirlo así






Me gusta soñar que sueño

sobre el tálamo pequeño

de mi mar,

y ver como pasa el mundo,

mirando el sueño errabundo

navegar.


Sueño con ser pecadora,

quisiera arrancar la aurora

de la luz,

con mis pupilas de rachas

volver como las muchachas

con la cruz.


Ser quemada como incienso,

fragrante en el lecho inmenso

del amor,

delirio de Magdalena,

crucificada en la arena

con dolor.


Ganas de hacer un soneto

sobre el tronco de un abeto

de marfil,

y ver mi piel de quimeras,

confundida entre las ceras

de su abril.


Mas como el agua te quiero,

eres el sueño acequiero

de mis ríos.

No importa que entrado en años,

conduzcas con tus regaños

sueños míos.





Lourdes Spin
Paris, 10 mars 2008

Precioso poema, querida amiga Lourdes.
Es notable esa capacidad que tienes para trabajar el verso medido y rimado, en esta ocasión octosílabos pareados con un tetrasílabo quebrado.
Bueno, de acuerdo, puedes decirlo así, yo te dejo, jajajaja.
En fin, ha sido un placer, colega.
Recibe un fuerte abrazo.

Precioso poema, de verdad, Lourdes. También me gustaría a mí que me dejarán decirlo así, pero creo que te llevas la exclusividad. Me tendré que conformarme con soñarlo mientras te leo y releo.

Un beso que te llegue al corazón

Ana V.

pues qué buena forma de decirlo, se precipitan hermosos momentos a lo largo del poema

un abrazo

Lourdes, una maravilla este poema de pie quebrado. Muy bien estructurado y de lectura ágil. Te felicito.

Un beso

Lourdes Spin,
Ritmo, melodía y belleza
están presente... te felicito, linda amiga

Un abrazo fuerte

un gusto estas letras que te permites y nosotros
te agradecemos por compartirlas

un fuerte abrazo

.

Como la cosa va de ''formas de decir'' y eso, querida amigota, te paso tres esbozos que, si Dios quiere y el duende (de los versos, claro) lo sustenta (nunca viene mal una ayudita, jajaa), serán tres poemas, en cuanto los haya terminado y pasado por el tamiz varias veces.
Historias, como siempre, de seres humanos, unas veces hablo de sus debilidades, otras hago un repaso de su vida y las más de las veces hablo de la propia relación humana, más allá del amor entendido como una relación de pareja al uso. En mis poemas le hablo a una persona, seguramente una mujer ( la creo el animal más perfecto y hermoso que existe), y, desde luego, trato de hablarle desde el lado intelectual del cariño. Es algo así como una relación de la carne pensativa que rescata cualquier momento, cualquier instante de la vida y lo hace sensualidad inteligente, con sencillez; todo es arrolladora calma, debordado el ciclo
del peregrinaje interior, las miradas, todo quema, el aire es una llama.
Como es obvio, todo es producto de la imaginación, los poetas, de esa, tenemos mucha.

Tengo miedo de ser el resumen del ansia
cuando tiembla el futuro y el instante devora,
cuando llega a la mente el niño y el silencio
y el aire es una piedra,
una obsesiva densidad que zurra
y asfixia la memoria.

Tengo cenizas de fiebre traicionera
sobre la carne tibia,
desértica, quemada y lastimosa,
similitudes tengo con el ascua silente,
fugada de la hoguera
donde siguen ardiendo mis derrotas.


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En un incierto lugar
del país de los remiendos,
dos erráticas fortunas, dos migajas de pan duro,
supervivientes del tiempo,
mitigan las inclemencias,
escalfando sentimientos.
Son panes aminorados, de panadero menor
y pasta fina de hambruna, en el horno del invierno.

Se conocieron ajados en un rincón del bolsillo,
seguramente el izquierdo,
y con el paso al revés
de cuanto habían supuesto.

No me queda más aliño
que la camisa que llevo,
era de blanco azucena, pardo de alondra apurada,
con listas de rojo y negro,
negro de azar ignorado
rojo que hierve en la sangre, rojo que grita al silencio.
Así le hablaba la hembra, cabello de plata ahíta,
al macho de pelo simple, muy poco y amarillento.




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Quisiera hilar collares con todas mis rarezas,
kilómetros informes de ensoñación y duda,
si aguja de mujer
y de evasión
en el cariño,
hilo de sentimiento
de placer y derrota, en la búsqueda ambigua
del sueño transitivo.

Quisiera hilar collares con todos mis pecados,
anuncio del error
de un virus, sin ambages,
informe y diligente
perseverando,
afín a la inconsciencia de los pobres,
en un estilo de vivir atroz,
de ignoracia primaria y osadía funesta,
recalcitrantes.

Quisiera hilar collares con todas mis ausencias,
sombría condición
de una mente salvaje.
Del lirio furibundo
al jardín de la pena,
retazos de un amor
a media asta
donde sentí
casi siempre mitades.

Quisiera hilar collares
de azucena y colgarlos.
Lo malo es que no encuentro los cuellos...


En fin, como ves, están inacabados. En cuanto pueda los terminaré.
Ha sido un placer.
TE MANDO UN FUERTE ABRAZO.

Cada vez estoy más alejado, en lo que se refiere a gustos personales, de los versos rimados, Lourdes, pero no puedo dejar de valorar positivamente la dificultad de la composición que nos has ofrecido.

Gracias y un cordial saludo.

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octosílabos pareados con un tetrasílabo

No sabîa lo que hacîa. Es decir, me he guiado por un poema parecido que he leîdo a un poeta cubano que me gusta mucho, muchîsimo. Sé que son octosîlabos y un remate con versos de cuatro sîlabas; tû dices tetrasîlabos? POR QUé?


Un beso amigote


Spin

Tetrasílabo= verso de cuatro sílabas. Como todos los versos lleva el acento obligatorio en la penúltima sílaba, independientemente de los demás acentos.
Un abrazo.

Medido, quebrado y sublime!!

Las imágenes se asemejan a corceles apasionados y limpios que cantan y tocan la frente de la poesía!

Felicitaciones muchas!

Hallie

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Gracias , Ana, por acompañarme en este sueño. Siempre es un placer recibirte. Te mando un beso


Spin

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Gracias, Mîa, por acompañarme en este sueño para hacerlo realidad. Un fuerte abrazo, poeta, de

Spin