Editorial Alaire

Despierta al mínimo roce
y se queda danzando
sobre mi cabeza.
Esa danza de sierpe
me azota y me cansa.
Comienzan los recuerdos
y los zapatos ajenos
quieren estar entre mis pasos.
Vienen a mi memoria los caídos,
con ellos,
todas las injusticias, las balas,
el llanto de sus dolientes, sus rostros,
la historia desde el alfa,
hasta el hoy y para siempre.
No me pidas que sonría,
cuando es la lluvia de mi alma
que cae y cae, sin prisa y sin pausa.
No me toques esa tecla,
desafina mi canción
y se confunde mi risa con el llanto.
¡Calla!
déjame creer que nada me importa.
Déjame seguir soñando…



Antonieta Valentina
2012

Me ha arrastrado la melancolía de estos versos que desgranas con infinita dulzura. Un gusto abrir esta delicia.
Un abrazo.
Pepa

Así es cuando llega, nos inunda y nos lleva lejos del sueño. Tú gritas para sobrevivirle en estos versos hermosos. Un placer
Abrazos
Pilar

Preciosos versos Antonietta.

Un abrazo

Llega con cierta melancolía el mensaje de tu poema Antonietta. Me gustó.


saludos

rafael

Josefa A. Sánchez escribió:Me ha arrastrado la melancolía de estos versos que desgranas con infinita dulzura. Un gusto abrir esta delicia.
Un abrazo.
Pepa

Pepa, un abrazo inmenso y gracias por tu lectura.

Antonietta Valentina escribió:Despierta al mínimo roce
y se queda danzando
sobre mi cabeza.
Esa danza de sierpe
me azota y me cansa.
Comienzan los recuerdos
y los zapatos ajenos
quieren estar entre mis pasos.
Vienen a mi memoria los caídos,
con ellos,
todas las injusticias, las balas,
el llanto de sus dolientes, sus rostros,
la historia desde el alfa,
hasta el hoy y para siempre.
No me pidas que sonría,
cuando es la lluvia de mi alma
que cae y cae, sin prisa y sin pausa.
No me toques esa tecla,
desafina mi canción
y se confunde mi risa con el llanto.
¡Calla!
déjame creer que nada me importa.
Déjame seguir soñando…



Antonieta Valentina
2012

Se desprende una dulce rebeldía,
la que comprende y aparenta indiferencia.
Muy sentido Antonietta

abrazos

lázaro

Antonietta Valentina escribió:Despierta al mínimo roce
y se queda danzando
sobre mi cabeza.
Esa danza de sierpe
me azota y me cansa.
Comienzan los recuerdos
y los zapatos ajenos
quieren estar entre mis pasos.
Vienen a mi memoria los caídos,
con ellos,
todas las injusticias, las balas,
el llanto de sus dolientes, sus rostros,
la historia desde el alfa,
hasta el hoy y para siempre.
No me pidas que sonría,
cuando es la lluvia de mi alma
que cae y cae, sin prisa y sin pausa.
No me toques esa tecla,
desafina mi canción
y se confunde mi risa con el llanto.
¡Calla!
déjame creer que nada me importa.
Déjame seguir soñando…



Antonieta Valentina
2012

Un gusto enorme recorrer tus versos compatriota.
Un abrazo
angel

Buen poema, Antonietta. Me ha encantado leerlo. Un abrazo.

Pilar, tarde pero segura, algún día llega uno. Agradecida de tu comentario, he casi que dejado, he casi que abandonado todo en mi lucha diaria y mis quehaceres, pero hoy volví, a ver si me quedo. Un abrazo inmenso, lleno de toda la luz que quieras.

Hermoso y comprometido poema, Antonietta, sigo viendo impactante leer cualquier día la portada de un periódico. Quizás lleves razón y algunos soñemos porque aunque nos importa somos conscientes de nuestra impotencia, pero conozco a demasiada gente que, aunque diga lo contrario, estoy convencido de que no les importa.

Un saludo.

Despierto soñar en que irrumpe la realidad y, paradójicamente, la consciencia se anestesia... no es de cuerdos andar por el mundo sin rebelarse ante la sinrazón de causas y motivos que hacen de la dignidad humana un comercio de noticias...

Un placer pasar por tus líneas...

Con afecto te abrazo...

Juan Marcos

Despierta al mínimo roce
y se queda danzando
sobre mi cabeza.
Esa danza de sierpe
me azota y me cansa.
Comienzan los recuerdos
y los zapatos ajenos
quieren estar entre mis pasos.
Vienen a mi memoria los caídos,
con ellos,
todas las injusticias, las balas,
el llanto de sus dolientes, sus rostros,
la historia desde el alfa,
hasta el hoy y para siempre.
No me pidas que sonría,
cuando es la lluvia de mi alma
que cae y cae, sin prisa y sin pausa.
No me toques esa tecla,
desafina mi canción
y se confunde mi risa con el llanto.
¡Calla!
déjame creer que nada me importa.
Déjame seguir soñando…
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Hermoso trabajo, amiga Antonietta, que, aunque escrito tiempo atrás, al activarlo, nos permite volver a tenerte entre nosotros; siempre es grato que vuelvan los amigos con los que empezamos en esto de la poesía, hace ya bastantes años.
Y sí, a veces es mejor soñar una realidad que vivirla. Y sí, melancolía porque todo pasa y hasta el olvido nos parece leve. Melancolía porque el amor arrasa la premura de las faltas y los días.
Ha siido un placer leerte. Felicidades.
Un cordial abrazo.

Agradecida Israel, un gran abrazo.

Rafael Valdemar:
Llegó, seguramente con la intensidad con que fue escrito. Me alegro que así sea. Un gran abrazo, gracias y disculpa mi tardanza.