Editorial Alaire

Para pecar la sangre de las impiadosas luces


A Mi ciudad San pedro que me ama y me odia


Al norte por donde va la muerte asesina
al sur de esta ciudad acechando vampiros,
es que mi alma resquebraja las lapidas.
Aquí
allá en el mundo totalitario
en mi ciudad
con el amparo de los guerreros.
Sin el amor
odiando las laminas de injusticia
ahogo la poesía latente
con mi sangre de poeta.
España me espera con todos sus muertos
y mas allá
de un territorio físico
ante el dedo que juzga
ante mi Argentina de juegos litigiosos,
con el filo de la espada
jugando a la rayuela
entre el cielo y el infierno.
Contra el destino de sectas paganas
yo poeta en este lugar
dictamino
que todas las mascaras van a mi puerta,
la sombra del universo total
con mis heridas
latiendo las venas del dolor.
Por eso levanto mis manos
señalo una estrella
veo a esos seres perfectos
venir a mi
cuando un rayo cruel totalitario
funde mi rostro en los rostros
para pecar la sangre de las impiadosas luces.


JAVIER DICENZO

Me agrada ser el que le quite el cero a este interesante poema.
Tiene algunos versos para enmarcar.

Un abrazo.

javierdicenzo80 escribió:Para pecar la sangre de las impiadosas luces


A Mi ciudad San pedro que me ama y me odia


Al norte por donde va la muerte asesina
al sur de esta ciudad acechando vampiros,
es que mi alma resquebraja las lapidas.
Aquí
allá en el mundo totalitario
en mi ciudad
con el amparo de los guerreros.
Sin el amor
odiando las laminas de injusticia
ahogo la poesía latente
con mi sangre de poeta.
España me espera con todos sus muertos
y mas allá
de un territorio físico
ante el dedo que juzga
ante mi Argentina de juegos litigiosos,
con el filo de la espada
jugando a la rayuela
entre el cielo y el infierno.
Contra el destino de sectas paganas
yo poeta en este lugar
dictamino
que todas las mascaras van a mi puerta,
la sombra del universo total
con mis heridas
latiendo las venas del dolor.
Por eso levanto mis manos
señalo una estrella
veo a esos seres perfectos
venir a mi
cuando un rayo cruel totalitario
funde mi rostro en los rostros
para pecar la sangre de las impiadosas luces.


JAVIER DICENZO

Acabo de leer otro poema doloroso escrito por Lazaro, ambos me han conmovido. Abstracta por determinar cambiarle el nombre y restar asi su poder y el tuyo, Javier por enfrentar una lucha contra el dolor absurdo. Encantada en leerte,
ERA

Israel gracias por tu bello comentario

Me parece un poema muy conseguido, Javier. Sigues creciendo como poeta y creo que somos varios los que nos congratulamos de ello. Enhorabuena y un abrazo.

Veo este poema más pegado a la tierra, a lo que te circunda, y eso le viene muy bien a tu poesía, en mi opinión, porque sin perder tu pasión y tu gran imaginación, lo haces más accesible para el lector.

Un estupendo poema, Javier.

Abrazos.

Israel gracias

Siempre tienes versos meritorios, pero este poema tiene, además, un mensaje claro, por eso lo aprecio más. Un placer
Abrazos
Pilar

Se percibe cierto dolor en este poema que llega con mensaje directo y claro. Me gustó Javier.

saludos

rafael

Un poema que se lee con encontradas sensaciones. Mejoras día a día.
Un abrazo.
Pepa

Que tengas una Felices Navidades y que el nuevo año te traiga lo mejor.

Aristi gracias por tu apreciación

Hermoso poema, amigo Javier, en el que muestras una ciudad entre dos percepciones que parecen antagónicas pero que quizá formen parte de cualquier relación de amor. Amas tu ciudad y ella seguramente te ama, pero siempre existen pequeños roces...
Feliz Navidad y próspero Año Nuevo, compañero.
Un cordial abrazo.

Ramón gracias por tu comentario

Gracias Juan ustedes son los responsables de mi calidad literaria

Pilar gracias por tu comentario