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CEMENTERIOS

Publicado: Lun, 31 Oct 2011 20:05
por José Manuel Sáiz
Este poema ha sido modificado

re: CEMENTERIOS

Publicado: Lun, 31 Oct 2011 20:11
por Mario Martínez
Hola José Manuel.
Certero y real, como siempre, amigo mío.
El cementerio de mi pueblo, bien cuidado y con una capa de césped que le aporta frescura, al menos de día, no inspira miedo. Recuerdo una mañana temprano en la que estuve tomando unas fotos y estaba yo sólo en el camposanto, lo único que me inspiraba era una profunda paz.
De noche, ya sería distinto, quizá.
Me ha gustado la forma de enfocar el poema. Un abrazo.
Mario.

Publicado: Mar, 01 Nov 2011 2:02
por Josefa A. Sánchez
Recuerdo que cando niños íbamos todos los años, por los Santos, a visitar la tumba de mi abuela, a la que no conocí. Nunca me ha dado miedo, ni siquiera las misteriosas criptas de los panteones familiares. Lo que si me inspira siempre es una profunda tristeza, y más el hecho de que cada vez son más los los difuntos a que le debo visita. Me ha gustado el poema desde tu siempre original perspectiva.
Un abrazo.
Pepa

re: CEMENTERIOS

Publicado: Mar, 01 Nov 2011 8:59
por Pilar Morte
Siempre la realidad desde tu certera y original visión. Esta vez nos recuerdas el cementerio y su trascendencia. Un gusto siempre visitar tus hermosos versos.
Abrazos
Pilar

Publicado: Mar, 01 Nov 2011 12:08
por Guillermo Cumar.
Amigo José Manuel, magnífico análisis de esa losa que esconde la imaginación
y abre la mirada a lo natural. Para morir sólo es necesario estar vivo.
¿El cementerio es otra dimensión de la misma vida?

Un abrazo

Guillermo

Re: CEMENTERIOS

Publicado: Mar, 01 Nov 2011 14:32
por lazaro Habana
José Manuel Sáiz escribió:CEMENTERIOS


Me pregunto por qué la vida en los cementerios
adquiere la aparente condición de otra realidad.
¿Es por ese mortal presentimiento que nos revela
que allí seremos más en lo futuro? Lágrimas y oraciones
se sedimentan sobre la piedra de los panteones
mostrando que quizá no seamos polvo
ni herencia de esta tierra.

¿Nadie se ha dado cuenta que los niños
no sonríen, ni juegan nunca en los cementerios?
Se aferran a las madres como duendes desorientados.
¿Y los pájaros?, nos observan allí de otra manera
(quizá parezca extraño cómo nos miran a través
de sus pupilas negras). Mientras tanto, desde lo alto,
la furia del ciprés se alza
intentando escapar a su designio.

Los cementerios son espacios
donde el tiempo adquiere otra cadencia (o nos invade
o se inhibe) y la herrumbre de la forja sobre las cruces
oscurece como una sombra la luz de las conciencias.

Saldemos de una vez la deuda
que encumbra a los cipreses,
hagamos sonreír a los niños en los cementerios,
miremos a los pájaros a sus pupilas negras e ignoren,
si es posible, el lamento herrumbroso de las forjas.
Verán entonces cómo fluye la vida en lo común
y el tiempo se hace como siempre
erróneamente humano.

Nieguen al cementerio su mortal trascendencia
y verán al ciprés liberarse, al fin, de su designio.
Mansamente.



--oOo--
Al filo del detalle José, eso es precisamente interpretar la vida, la función del poeta:
escudriñar siempre y tu lo haces maravillosamente bien.


abrazos de amigo


lázaro