Editorial Alaire

Un martillo y un recuerdo.

Se llamaba Blas y era amigo de mi abuelo.
Siempre que podía pasaba por mi casa
cuando bajaba de la suya,
casi colgada del cordal de Urbiés.

Un día, con seis o siete años,
me preguntó que a qué jugaba.
Le dije que a mineros. (En el huerto de casa
tenía montado todo un complejo industrial
a mi medida):

La mina horadada en tierra,
su bocamina hecha con palos de laurel,
las vías (caminitos sin raíles, las vagonetas eran
tres latas de sardinas); la escombrera,
el plano inclinado (más o menos)
y en el valle un lavadero junto al río imaginado.

De Blas recuerdo que era amigo de mi abuelo
(ya lo dije, verdad?), que debía ser un buen paisano
y que me regaló un martillo pequeño, de cabeza cuadrada, sin orejas.

¡Qué buen regalo!
Con él ya podía fabricar un tren minero con las tres latas,
un clavo y unos trocitos de alambre para enganchar las vagonetas.

¡Qué buen regalo!
Ya podía jugar a ser un picador allá en la mina,
a ser entibador o maquinista, a enganchar los vagones,
tirar el desecho a la escombrera, con alguna piedra buena
de vez en cuando, para que las mujeres pudieran
recogerlas y atizar la lumbre en el invierno.

¡Que buen regalo!
De Blas ya no recuerdo ni su cara, si llevaba boina o no
o si hablaba con acento de Castilla, como el abuelo.
Sólo sé, aquí dentro, que era un buen paisano
y que me dio un martillo de cabeza cuadrada, sin orejas…
que aún conservo.

Víctor F. Mallada

Wow, cuanto alegria replica un corazon agradecido! Es un regalo que sigue dando. Tu poema me ha regalado muy buenas memorias. Un gran placer leerte Victor.
Abrazos,
ERA

Cuánta sencillez en las palabras y qué profunda majestad en el mensaje.
Una buena industria de minero y otra sensacional industria placentera de poeta.

Un abrazo y un aplauso.

Guillermo

Cómo me gustan este tipo de poemas en los que se cuentan historias y se entiende lo que se dice sin estrujar el cerebro. Te veo en una forma inmejorable, estimado amigo y maestro.
Un abrazo.
J. Manuel

Hola Víctor.
Recuerdos infantiles, plasmados con sencillez y belleza en unos versos que se leen de maravilla.
Me encantó la propuesta. Un abrazo, amigo mío. Fue muy grato conocerte en persona.
Mario.

Ser agradecido es de bien nacido y tu lo has hecho para ser gratitud. Un poema dulce que se lee con agrado
Abrazos
Pilar

Que bien te sale contar y cantar las cosas que ves, que sabes, que recuerdas. Ese martillo es como un badajo que golpea, sonoro e inevitable, la campana de la memoria.¡Y vaya si le saca buen sonido! Una gozada tu poema.
Un abrazo.
Pepa

Esta forma tuya de contar las cosas tan cotidianas, tan entrañables, tan de andar por casa, es de agredecer, estimado Víctor, yo que vivo vinculada a la minería desde que nací, qué puedo decirte, más que me ha emocionado y te he imaginado con pantalones cortos y la nariz tiznada de carbón, ilusionado con ese gran regalo que aún perdura en tu ser y estar. Que una vez más me ha encantado y lo he disfrutado de manera especial.



Un abrazo.

E. R. Aristy escribió:Wow, cuanto alegria replica un corazon agradecido! Es un regalo que sigue dando. Tu poema me ha regalado muy buenas memorias. Un gran placer leerte Victor.
Abrazos,
ERA

Gracias, ERA
El placer es mio por saber que te has entretenido un ratito en estos recuerdos.

Víctor

Guillermo Cuesta escribió:Cuánta sencillez en las palabras y qué profunda majestad en el mensaje.
Una buena industria de minero y otra sensacional industria placentera de poeta.

Un abrazo y un aplauso.

Guillermo

Gracias, Guillermo.
De la mina salía de todo y no todo siempre bueno... de la poesía... depende del poeta y sus lectores.
Me alegra saber que te has parado un ratico en estas letras.
Víctor

José Manuel Sáiz escribió:Cómo me gustan este tipo de poemas en los que se cuentan historias y se entiende lo que se dice sin estrujar el cerebro. Te veo en una forma inmejorable, estimado amigo y maestro.
Un abrazo.
J. Manuel

Hola, José Manuel
Te estaré siempre agradecido, por abrirme las puertas de tu sabiduría y de tu verbo.
Víctor

¡Que buen regalo el de Blas!. Victor, mira cuántas cosas aún sigue generando ese pequeño martillo. Por ejemplo, este poema entrañable, sincero y tan puramente simple. Como comenta José Manuel, yo también elijo estos poemas que no necesitan mas que lo exactamente preciso para llegar al corazón del lector.
La emoción me hace sentir vivo, siempre.
Un fuerte abrazo, minero.
Abel.

Abel Sal escribió:¡Que buen regalo el de Blas!. Victor, mira cuántas cosas aún sigue generando ese pequeño martillo. Por ejemplo, este poema entrañable, sincero y tan puramente simple. Como comenta José Manuel, yo también elijo estos poemas que no necesitan mas que lo exactamente preciso para llegar al corazón del lector.
La emoción me hace sentir vivo, siempre.
Un fuerte abrazo, minero.
Abel.

También son un buen regalo tus palabras, Abel.
El minero era mi padre, yo sólo entré en alguna ocasión muy contada, en mis años de estudiante y siempre con categoría de ayudante-aprendiz, pero se lo que es la mina por dentro.
Me ha llegado al alma tu última palabra antes de la firma.
Víctor

Mario Martínez escribió:Hola Víctor.
Recuerdos infantiles, plasmados con sencillez y belleza en unos versos que se leen de maravilla.
Me encantó la propuesta. Un abrazo, amigo mío. Fue muy grato conocerte en persona.
Mario.

También me alegro yo de haberte conocido en el Café Gijón, Mario.
Gracias por tu apoyo.

Víctor

Pilar Morte escribió:Ser agradecido es de bien nacido y tu lo has hecho para ser gratitud. Un poema dulce que se lee con agrado
Abrazos
Pilar

Gracias, Pilar, por decírmelo.
La dulzura también está en los ojos de quien lo lee.
Un abrazo,

Víctor