Editorial Alaire

Amontono en la tarde rayos de sol
cuando invades mi piel con tus contornos.

Ah, qué marea dulcísima me envuelve
como si un arroyo me abrazase los tobillos,
vienes a despertar trovas en la fronda de mis labios
y mi vientre anhela el a-mar ardiente de tu boca.

¿Qué tiempo es éste que no pasa,
en qué lugar de tu espalda me he detenido?

Ah, sólo tú, aplacas este apagón de estrellas,
y haces que mi voz sobreviva en la escarcha.

Será que me riegas con tu amor distraído
para brotarme esqueje -flor del mimo-
con tu llovizna plácida,
tus besos son de pronto un lago inmenso
donde mi orilla se rinde a tu ternura, extasiada.

Amontono en la tarde rayos de sol
para hacerme tálamo de suspiros
en la noche serena de tu pelo.

*

Esqueje fructífero y apasionado. Un beso. Pepe Junco

Un poema de amor precioso. El lenguaje sentido y sencillo encierra una pasión y emoción intensa. Excelentes versos amiga, un verdadero placer leerte.
Un abrazo.
J. Manuel

Bellísimo poema de amor que he disfrutado, Isabel. Un placer de lectura.


Abrazos.

Tus poemas de amor hacen revivir el sentimiento escondido. Gracias por el regalo del tuyo en estos versos tan hermosos que me encantan.
Abrazos
Pilar

Cuánto lirismo y amor en tu poema. Tu corazón rezuma savia del sentir y consentir de la poesía

un abrazo

Guillermo

Exquisito poema que arranca con la invocación Ah, qué marea dulcísima... Precioso, Isable. Con un abrazo y la enhorabuena.
Salud

Ahhhh, que palabra mujer, que palabra.

Un gusto enorme leerte en esta tarde Isabel.

Mi abrazo a tu orilla

Ah, sólo tú, aplacas este apagón de estrellas,
y haces que mi voz sobreviva en la escarcha.

Simplemente precioso.

Un abrazo y mi total admiración.

Bellísimo poema de amor. Me encantó leerlo. Abrazos.

Precioso el poema y el sentimiento que tan bellamente expresas y viertes en el. Un placer de lectura.
Un abrazo.
Pepa

Isabel Moncayo escribió:

Amontono en la tarde rayos de sol
cuando invades mi piel con tus contornos.

Ah, qué marea dulcísima me envuelve
como si un arroyo me abrazase los tobillos,
vienes a despertar trovas en la fronda de mis labios
y mi vientre anhela el a-mar ardiente de tu boca.

¿Qué tiempo es éste que no pasa,
en qué lugar de tu espalda me he detenido?

Ah, sólo tú, aplacas este apagón de estrellas,
y haces que mi voz sobreviva en la escarcha.

Será que me riegas con tu amor distraído
para brotarme esqueje -flor del mimo-
con tu llovizna plácida,
tus besos son de pronto un lago inmenso
donde mi orilla se rinde a tu ternura, extasiada.

Amontono en la tarde rayos de sol
para hacerme tálamo de suspiros
en la noche serena de tu pelo.

*

Isabel, cada poema tuyo es una dulce declaración de amor, imposible recortar porque cada estrofa es una maravilla.
Felicidades y un beso.

tus besos son de pronto un lago inmenso
donde mi orilla se rinde a tu ternura

Qué preciosidad de verso y de poema. Enhorabuena, Isabel.

Víctor

Isabel toda una sentida y apasionada declración de amor parece llegar de tus versos que disfruté leyendo

saludos

rafael

jose junco escribió:Esqueje fructífero y apasionado. Un beso. Pepe Junco

Gracias por tu paso, Pepe, y dejar huella de él. Un abrazo.