Editorial Alaire

Ahora que yaces transformado,
del ímpetu bravío en insondable calma
y vuelto a la heredad mezclas la noche con el barro,
ebrio de la sustancia de los sueños,
harto de ser humano,
tornaste al seno de la madre generosa,
al óvulo macizo,
al acto consumado,
pero ya no eres el hijo de la tierra,
si no la tierra misma,
y vuelto a la raíz viertes esporas
y en toda tu extensión cosechan musgo los albores,
mientras pastan en tu sien los caracoles
y orbita el polvo huérfano en tus cuencas,
vienes naciendo nuevamente hacia la aurora.

En la oquedad que te precede no hay angustia,
ni consabidas oraciones,
solo la tierra sedienta de tu sangre
y la muda indiferencia de las flores.

Creo que es la primera vez que te leo y tu presentación viene de la mano de un poema hermoso. Será un placer compartir poesía contigo. Sé bienvenido
Abrazos
Pilar

Viniste con ímpetu bravío y nos dejaste savia de buena poesía.
Nos veremos (leeremos) si somos y seguimos en la flamma de
este foro.

Un abrazo

Guillermo

Yo tampoco recuerdo haberte leído, y también quedo satisfecho de la lectura de este poderoso poema. Enhorabuena y un cordial saludo.

Un poema bien escrito y con un mensaje(esa vuelta a la naturaleza)que suscribo. Bienvenido y un saludo cordial.

Bienvenido, amigo Américo, es un placer tenerte entre nosotros, esperemos que Alaire sea de tu gusto.
Te agradeceremos que nos envíes al correo privado del foro, un apellido con el que completar tu nombre de usuario (para interactuar son necesarios nombre y apellido). Con las gracias por adelantado.
Un cordial saludo.

Pilar Morte escribió:Creo que es la primera vez que te leo y tu presentación viene de la mano de un poema hermoso. Será un placer compartir poesía contigo. Sé bienvenido
Abrazos
Pilar

Agradecido de tu comentario Pilar, es un placer Leer tu poesía. Saludos

Un gusto leer poemas tan bellos como el presente. Mi felicitación.

Americo escribió:Ahora que yaces transformado,
del ímpetu bravío en insondable calma
y vuelto a la heredad mezclas la noche con el barro,
ebrio de la sustancia de los sueños,
harto de ser humano,
tornaste al seno de la madre generosa,
al óvulo macizo,
al acto consumado,
pero ya no eres el hijo de la tierra,
si no la tierra misma,
y vuelto a la raíz viertes esporas
y en toda tu extensión cosechan musgo los albores,
mientras pastan en tu sien los caracoles
y orbita el polvo huérfano en tus cuencas,
vienes naciendo nuevamente hacia la aurora.

En la oquedad que te precede no hay angustia,
ni consabidas oraciones,
solo la tierra sedienta de tu sangre
y la muda indiferencia de las flores.

Americo, nos entregas aqui un poema de alta calidad, extraordinarias metaforas habilmente construidas. A esas cuencas la traspasa la luz perenne de la aurora pero si la naturaleza parece ser indiferente al sufrimiento humano,no el hombre es indeferente a todo cuanto hay sobre la Tierra, y de la cual es el gran protagonista. Tu discurso poetico posee una dimension espiritual que lo proyecta hacia una elocuencia emocional superior. Quedo admirada. Te felicito!

Abrazos,
ERA

Bellas metáforas de una gran potencia las que ofreces en este extraordinario poema. Gracias por compartir. Creo que ya te he leiío antes, pero no obstante bienvenido de nuevo y que la estancia te sea propicia.
Un abrazo.
Pepa

Bienvenido, amigo Américo, es un placer tenerte entre nosotros, esperemos que Alaire sea de tu gusto.
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Hemos pasado tus poemas a la Sala de Espera, en tanto nos envías un apellido.
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