Editorial Alaire

Just Gafar escribió:No es culpa tuya que a mí me haya crecido
de repente este querer.
Es de tanto mirarte. Es del pastoreo de tus ojos,
de recoger las semillas que se caen cada tarde de tus labios,
que a mí me ha sobrevenido esta turbiedad de pájaro,;
este monologo de lluvia que repito sólo para mí,
nombrándote como se nombra el cielo ,
o como se nombra el susurro del agua bajo el agua.
No es culpa tuya que cuando caminamos juntos,
tú lleves la mirada errante, perdida
en esos grises campos de los antiguos amores;
mientras que yo vaya remendando, arando las nubes,
tejiendo estas sencillas palabras de amor
que habrán de ser para nadie.

Just Gafar escribió:No es culpa tuya que a mí me haya crecido
de repente este querer.
Es de tanto mirarte. Es del pastoreo de tus ojos,
de recoger las semillas que se caen cada tarde de tus labios,
que a mí me ha sobrevenido esta turbiedad de pájaro,;
este monologo de lluvia que repito sólo para mí,
nombrándote como se nombra el cielo ,
o como se nombra el susurro del agua bajo el agua.
No es culpa tuya que cuando caminamos juntos,
tú lleves la mirada errante, perdida
en esos grises campos de los antiguos amores;
mientras que yo vaya remendando, arando las nubes,
tejiendo estas sencillas palabras de amor
que habrán de ser para nadie.

Guillermo Cuesta escribió:Satisfación poética encuentro en este monólogo de amor del que deberás sentirte culpable si no puede convertirse en realidad. Igual que el movimiento se demuestra andando, el amor y el verso se desarrollan amando.

Un abrazo

Guillermo