Editorial Alaire

javierdicenzo80 escribió:miguel hermosos versos muy melancólicos
javier

Guillermo Cuesta escribió:Cuando se echa de menos lo que quieres cómo fluyen las palabras para dar al sentimiento un mucho de poesía y condolencia.
Magnífico poema
Un abrazo

Guillermo

Ricardo Serna G escribió:Miguel Alcantud,

Magnífico poema, te felicito

Un abrazo fuerte

Guillermo Cuesta escribió:Cuando se echa de menos lo que quieres cómo fluyen las palabras para dar al sentimiento un mucho de poesía y condolencia.
Magnífico poema
Un abrazo

Guillermo

Pilar Morte escribió:Siempre el amor sanando las heridas del tiempo. Cuánta hermosura y delicadeza hay en tus versos. Es un placer esta mañana
Abrazos
Pilar

Miguel Alcantud escribió:Me acercaré despacio
a tu palabra herida,
intentaré sanarte con el ungüento
lánguido del devenir inquieto
de mi alma de niño ilusionado,
y te creeré,
en el surco agrietado de tu lamento.

Te envolveré con las flores púrpuras
de la memoria y llorarás al fin
en las orillas rotas de mi palabra,
y te sentirás mejor
dormido en la calma del corazón amigo.

Me ocuparé de ti, de tu grito,
del sueño imposible y del infierno sangre
que te desborda,
de tus manos vacías
y tus almas esparcidas entre las horas
rotas de los recuerdos,
de tus ojos claros
y de tu huerto yermo,
de tus lágrimas ahogadas en los mares
al sur de tu miedo itinerante.

Y tejeré una piel para vestir tu herida,
profunda como tu hueco
interminable…

Y volverán los soles a tu casa
a vestir tus mañanas de domingo como siempre,
como si nunca nada hubiera sucedido,
como si tu estuvieras, y yo,
jamás hubiera anochecido en tu palabra.

E. R. Aristy escribió:

Miguel Alcantud escribió:Me acercaré despacio
a tu palabra herida,
intentaré sanarte con el ungüento
lánguido del devenir inquieto
de mi alma de niño ilusionado,
y te creeré,
en el surco agrietado de tu lamento.

Te envolveré con las flores púrpuras
de la memoria y llorarás al fin
en las orillas rotas de mi palabra,
y te sentirás mejor
dormido en la calma del corazón amigo.

Me ocuparé de ti, de tu grito,
del sueño imposible y del infierno sangre
que te desborda,
de tus manos vacías
y tus almas esparcidas entre las horas
rotas de los recuerdos,
de tus ojos claros
y de tu huerto yermo,
de tus lágrimas ahogadas en los mares
al sur de tu miedo itinerante.

Y tejeré una piel para vestir tu herida,
profunda como tu hueco
interminable…

Y volverán los soles a tu casa
a vestir tus mañanas de domingo como siempre,
como si nunca nada hubiera sucedido,
como si tu estuvieras, y yo,
jamás hubiera anochecido en tu palabra.

Miguel, Miguel, Miguel que joya de magnificencia empatica has confeccionado! Uno de los poemas que considero trasmiten en cada imagen una belleza extrordinaria. Un verdadero poema de amor! Los poemas romanticos tienen su formulismo gastado, tu poema cura todo eso y mas; representa a los amantes en su imperfeccion y padecer, y son la belleza personificada de la humanidad y la humanizacion.

Me has maravillado con tu talento y sensibilidad.

Un abrazo,
ERA

Miguel Alcantud escribió:Me acercaré despacio
a tu palabra herida,
intentaré sanarte con el ungüento
lánguido del devenir inquieto
de mi alma de niño ilusionado,
y te creeré,
en el surco agrietado de tu lamento.

Te envolveré con las flores púrpuras
de la memoria y llorarás al fin
en las orillas rotas de mi palabra,
y te sentirás mejor
dormido en la calma del corazón amigo.

Me ocuparé de ti, de tu grito,
del sueño imposible y del infierno sangre
que te desborda,
de tus manos vacías
y tus almas esparcidas entre las horas
rotas de los recuerdos,
de tus ojos claros
y de tu huerto yermo,
de tus lágrimas ahogadas en los mares
al sur de tu miedo itinerante.

Y tejeré una piel para vestir tu herida,
profunda como tu hueco
interminable…

Y volverán los soles a tu casa
a vestir tus mañanas de domingo como siempre,
como si nunca nada hubiera sucedido,
como si tu estuvieras, y yo,
jamás hubiera anochecido en tu palabra.

lazaro Habana escribió:

Miguel Alcantud escribió:Me acercaré despacio
a tu palabra herida,
intentaré sanarte con el ungüento
lánguido del devenir inquieto
de mi alma de niño ilusionado,
y te creeré,
en el surco agrietado de tu lamento.

Te envolveré con las flores púrpuras
de la memoria y llorarás al fin
en las orillas rotas de mi palabra,
y te sentirás mejor
dormido en la calma del corazón amigo.

Me ocuparé de ti, de tu grito,
del sueño imposible y del infierno sangre
que te desborda,
de tus manos vacías
y tus almas esparcidas entre las horas
rotas de los recuerdos,
de tus ojos claros
y de tu huerto yermo,
de tus lágrimas ahogadas en los mares
al sur de tu miedo itinerante.

Y tejeré una piel para vestir tu herida,
profunda como tu hueco
interminable…

Y volverán los soles a tu casa
a vestir tus mañanas de domingo como siempre,
como si nunca nada hubiera sucedido,
como si tu estuvieras, y yo,
jamás hubiera anochecido en tu palabra.

Extraordinario ! De una entrega incalculable. Así ha de hablarse
al amor, sin temor. Mostrando lo bello que se lleva dentro de uno.
Muy buen poema Miguel


abrazos


lázaro