Editorial Alaire

Cuando el viento mece tu voz en la ventana
el susurro de tus manos me estremece
mi cuerpo gira, leve, transparente
buscando, en tus ojos, la palabra pronunciada.

Cuando el aire se confunde en las estrellas
cálido
y me abraza suavemente, mis dedos, como látigos
golpean el silencio derramado.

Cuando la muerte me sorprende, helada
sin tiempo de mirar su pupila negra
mi alma se derrite, confundida en el desierto.

Desaparezco, casi invisible
buscando el eterno sueño que tuvimos.

Mientras…
suena, a lo lejos, una melodía
notas difusas
tal vez esa estrella que cada noche
aparece en el paisaje.

El amor se hace poesía y se mezcla en el paisaje
para que la voz se haga susurro y y disfrute del silencio.

Un abrazo

Guillermo

Gracias Guillermo, por tu tiempo, por tus palabras, por todo, besos.

Un gusto leerte, Montse. Saludos cordiales.

Gracias Teresa por tus amables palabras, besos.

Un gusto deslizarse por estos paisajes de ternura e intimismo que se derraman en hermosos versos. Un placer pasar por tu ventana (dode se mece esa voz).
Un abrazo.
Pepa

El viento mece la voz y tú la derramas en hermosos versos. Un placer seguirlos
Abrazos
Pilar

Bello poema, lleno de amor y nostalgía.

Placer leerte en esta tarde.

Abrazos.

Muchas Gracias Pepa, me alegran tus palabras, besos!

Agrdezco tu comentario Pilar, muy amable, besos.

Gracias Just por compartir espacios, besos.