Editorial Alaire

Los pájaros de la memoria

Hay mañanas,
en las que los pájaros que te cruzan la mirada
se llevan en su vuelo tu sonrisa.
Entre lágrimas, tu voz de arena
rescata del desierto una plegaria
que nunca acabas y son tus dedos de alambre
los que tejen los recuerdos.

Regresas niña jugando en la escalera,
y aprietas en tu pecho esa vieja muñeca
que solo ves tú. Pero al salir del trance,
lloras con desconsuelo rogándonos
que no soltemos tu mano porque
te sientes perdida.

No te rindas, luchadora.
La garra que amenaza con llevarse tu memoria,
es fuerte, pero no invencible.

Mar, justo ahora estaba mirando un reportaje sobre el Alzeimer, imprpesioante el conjunto con tu poema.

Sin palabras.

Un abrazo, Mar.

Es un tema duro y triste. Me admira el ánimo con que lo tratas, Mar. Con un abrazo.
Salud

MarRevuelta escribió:Los pájaros de la memoria

Hay mañanas,
en las que los pájaros que te cruzan la mirada
se llevan en su vuelo tu sonrisa.
Entre lágrimas, tu voz de arena
rescata del desierto una plegaria
que nunca acabas y son tus dedos de alambre
los que tejen los recuerdos.

Regresas niña jugando en la escalera,
y aprietas en tu pecho esa vieja muñeca
que solo ves tú. Pero al salir del trance,
lloras con desconsuelo rogándonos
que no soltemos tu mano porque
te sientes perdida.

No te rindas, luchadora.
La garra que amenaza con llevarse tu memoria,
es fuerte, pero no invencible.

Que bonito Mar, todo lo que cuentas, como lo cuentas y la ternura que sale de dentro, de quien sabe de dolor y de pena... mucho más de olvido.

Un abrazo amiga mía, me ha encantado leerte.

Un animoso poema, para sobrellevar las dificultades
que nunca faltan. Te felicito y te saludo, amiga

Un abrazo

Guillermo

MarRevuelta escribió:Los pájaros de la memoria

Hay mañanas,
en las que los pájaros que te cruzan la mirada
se llevan en su vuelo tu sonrisa.
Entre lágrimas, tu voz de arena
rescata del desierto una plegaria
que nunca acabas y son tus dedos de alambre
los que tejen los recuerdos.

Regresas niña jugando en la escalera,
y aprietas en tu pecho esa vieja muñeca
que solo ves tú. Pero al salir del trance,
lloras con desconsuelo rogándonos
que no soltemos tu mano porque
te sientes perdida.

No te rindas, luchadora.
La garra que amenaza con llevarse tu memoria,
es fuerte, pero no invencible.

Tu poema es muy bello y culmina con una alentadora verdad. Atribuimos demasiado a la memoria, pero la memoria tambien se va, la personalidad que somos se ve comprometida al grado que creamos que somos unicamente eso. En mi familia se han dado tres casos con el padecimiento de Alzheimer. La esencia de nuestra personalidad es inalterable.

"es fuerte, pero no invencible".

Un fuerte abrazo,
ERA

Tu poema es bello, Mar, un gusto leerte.
Saludos cordiales.

Un tema que nos toca a todos por alguno de sus largos brazos, Mar, y que tú has tocado con mucha sensibilidad, un placer y un abrazo.

Mar, me encanta tu sisncera aportación. Un gusto leerte.