Editorial Alaire

Mientras toca, aleja a veces su mirada de la partitura
y entonces crees recoger desenfocado
los restos de sus ojos.

No hay enunciado posible
ni prueba de que esto sea verdadero.
-Es culpa mía creer en las probabilidades del amor.
Y sí, demasiado tiempo al lado de lo bello
hace que nos duela la percepción de las cosas:
los rincones, los huecos descritos como ventanas de luz
y las vidrieras de esta iglesia.

Es culpa mía ser corto de vista,
querer que me miren dedicándome un sonido
que casi seguro suena para todo un auditorio.

Yo pongo mis ojos en esta partitura
y reconozco que te mereces los aplausos
míos y los de todo el auditorio.

Un abrazo

Guillermo

Emilio Aparicio escribió:Mientras toca, aleja a veces su mirada de la partitura
y entonces crees recoger desenfocado
los restos de sus ojos.

No hay enunciado posible
ni prueba de que esto sea verdadero.
-Es culpa mía creer en las probabilidades del amor.
Y sí, demasiado tiempo al lado de lo bello
hace que nos duela la percepción de las cosas:
los rincones, los huecos descritos como ventanas de luz
y las vidrieras de esta iglesia.

Es culpa mía ser corto de vista,
querer que me miren dedicándome un sonido
que casi seguro suena para todo un auditorio.

Muy bien expresado esa intimidad.El complemento de nosotros mismos
por alguién que se ama.
Muy buena poesía


abrazos


lázaro

Si tú lo recoges, es para tí en ese momento en el que vibras en la música. Un gusto seguir tus versos
Abrazos
Pilar

Muy bueno, Emilio. Es un lujo de poema. Mi felicitación y un abrazo.

Un gusto leer tan bello poema. Felicitaciones, Emilio.

Guillermo Cuesta escribió:Yo pongo mis ojos en esta partitura
y reconozco que te mereces los aplausos
míos y los de todo el auditorio.

Un abrazo

Guillermo

Gracias Guillermo, por tu lectura. Un saludo

Creo que todos hemos querido recoger en algún momento de nuestras vidas, o en muchos, esa mirada, Emilio, tímidamente tu poema deja una enorme satisfacción al lector, me ha encantado.

Un cordial saludo