Editorial Alaire

Por los pasillos
del pabellón oscuro
sólo se ven planchas de acero.

Las puertas se han cerrado
y ya nadie consigue
salir a los umbrales del subsueño.

En el espacio tiempo
hay un mundo muy frío,
hermético en sus signos de silencio.

Los seres solitarios
van buscando salida
hacia esos paraísos de la niebla
donde poder sentir que son humanos.

La burocracia extrema
persigue soterrar el alma pura
entre los expedientes de los noes.

Un laberinto de papeles
se empeña en demostrar que ellos no existen,

pero respiran en las cuevas de cerezos
donde un árbol del zen
contempla el devenir de la galaxia.


Ana Muela Sopeña

Ana, siempre Ana:
Si al dar clic logro ser el primero en comentar tan excelso poema, me sentiré afortunado de coincidir contigo en este espacio circunstancial de la vida.

En anteriores comentarios me he manifestado en favor de una poesía más contemporánea, que rasgue los velos prohibidos o restringidos de la visión tradicional.
Asimismo, he insistido en tu estilo poético como glorioso, trascendente, galáctico. Sin embargo, en esta manifestación tan vigente, llena de sensibilidad y profundo análisis de uno de los problemas de las sociedades modernas, me sumo al fenómeno que está adquiriendo sello de patético: El hombre dirigiendo al hombre hacia un caos existencial.

Evidentemente no es mi intención divagar en el punto, pero considero que has apuntado hacia un valle de expresión necesario, indispensable, urgente de ser abordado con energía, revisión y análisis de los factores que ponen al mundo de cabeza.

Ya los analistas financieros y su parafernalia nos han colocado en una perspectiva desastrosa. Los modelos económicos van fracasando uno tras otro. La democracia está más prostituida que nunca.

Es entonces que celebro este poema que es puntal, toral, y que ofrece una perspectiva promisoria.

Si en un momento los lectores de mis humildes palabras piensan que estoy mal enfocado, les digo que para mí, Ana es una mujer que probablemente nos falte leer con más atención la inconmensurable intención de sus ideas.

Con infinito respeto y cariño a una mujer universal:
Arturo

Querido Arturo:

Gracias por este comentario tan extenso que me brindas.



Únicamente podemos mirar al interior y a una realidad más espiritual cuando lo financiero, lo político, lo social son campos absolutamente caóticos que nos dejan sin esperanza.

El árbol del cerezo es el árbol de la sabiduría en la tradición zen. He ahí cómo he querido colocar dos realidades antagónicas una después de otra...

La burocracia que tanto nos aliena
y la sabiduría de las filosofías ancestrales cuyo objetivo es la iluminación...

Un abrazo
Ana

Por los pasillos
del pabellón oscuro
sólo se ven planchas de acero.

Las puertas se han cerrado
y ya nadie consigue
salir a los umbrales del subsueño.



La poesía siempre ha sido un lugar para cambiar las cosas, y me da gusto leer algo pensado de otra manera y con un lenguaje en contra de la "Mediocracy", su sentido que refleja la circunstancia de su entorno, con su referencia urbana y contestataria deja un margen a la epifanía personal donde se acumula el verdadero inventario de vida y de poesía. De paso destaco el buen análisis crítico de Arturo Juarez, con el que coincido plenamente.

Un beso, amiga. Fue un gusto leerte.


O. Llombart.
Nimaos.

Da mucho de sí el universo para pensar, para imaginar, para sentir-
A ese gran universo pertenencen los seres solitarios y todas las burocracias
que los humanos quisieron convertir en laberinto.

Disfruté con tu poema, ana

Un abrazo

Guillermo

totalmente metaforico los muros y las carceles del alma

Ana Muela Sopeña escribió:Por los pasillos
del pabellón oscuro
sólo se ven planchas de acero.

Las puertas se han cerrado
y ya nadie consigue
salir a los umbrales del subsueño.

En el espacio tiempo
hay un mundo muy frío,
hermético en sus signos de silencio.

Los seres solitarios
van buscando salida
hacia esos paraísos de la niebla
donde poder sentir que son humanos.

La burocracia extrema
persigue soterrar el alma pura
entre los expedientes de los noes.

Un laberinto de papeles
se empeña en demostrar que ellos no existen,

pero respiran en las cuevas de cerezos
donde un árbol del zen
contempla el devenir de la galaxia.


Ana Muela Sopeña

Resalto la belleza de estos versos Ana. La soledad es necesaria hasta cierto tiempo, luego uno m ismo marcha, hacia otros y recupera la humana noción de pueblo.


abrazos


lázaro

ANA MUELA: Excelentes tus versos, cargados de una sensibilidad más moderna. Y los versos últimos nos acercan a la paz que hemos ido perdiendo. Un abrazo.

Poco más me queda por decirte que lo que dijeron las palabras compañeras, un poema reflexivo y profundo. Un placer leerte
Abrazos
Pilar

Me ha gustado tu poema, Ana, es hermoso y hace reflexionar sobre cosas importantes.
Saludos.

Un gusto de lectura, poeta. Es agradable encontrar letras que se aventuran a temas nuevas, con una sensibilidad que involucra al hombre como ser en sociedad y los sentimientos y frustraciones que ésto le genera...También es agradable encontrar comentaristas como mis compañeros que buscan en el decir poético, algo más allá del decir inmediato, es decir, que entienden la poesía como un mundo pequeño, pero de gran densidad. Te felicito poeta. Mis abrazos de amigo.

Mi admiración y aplausos Ana por esta y toda tu obra...
Abrazos

-angel-

Hermoso e interesante trabajo de Ana.

Un poema de fantasía, precioso, Ana.

Un fuerte abrazo.

A ese devenir que todos vamos nos ofrece una espera desconocida y firme.
Qué bien demuestra tu poema con la metáfora en ristre que hay poesía detrás
de la poesía y mucha y larga vida posando y reposando en la lejana sumisión de los
espacios ya que el tiempo no reconoce sus principios ni sus fines.

un abrazo