Editorial Alaire

Desde mi propia condición humana

Desde mi propia condición humana,
las palabras no dichas son los tegumentos
de un fruto no deseado.
Así te dije desde el laberinto de mi falsedad
cuando construí el dosel de tu propia infortuna.

No soy el responsable del incesto que te muerde el pubis.
Jamás dije que adoptaras mis piernas como abrigo
en los momentos de sofoco en tu vientre.

Desde mi propia condición humana,
te exonero de culpas y vergüenza.
No existe mancha, cuando la carne grita,
no se crea impudicia, por lamer el sexo.

Desde mi propia condición humana,
puedes regresar de tu indolente espera.
Mi nictálope ojo, vive siempre asechando
tu cuerpo esplendoroso al despuntar el día.

Desde mi propia condición humana
te invitó a fornicar con las estrellas.
Por mucho cavilar, vivo el convencimiento
qué también ellas, son grandes pecadoras.

Has plasmado bien reproches, advertencias e invitaciones, un gusto leerlas.

jorge muñoz escribió:Desde mi propia condición humana

Desde mi propia condición humana,
las palabras no dichas son los tegumentos
de un fruto no deseado.
Así te dije desde el laberinto de mi falsedad
cuando construí el dosel de tu propia infortuna.

No soy el responsable del incesto que te muerde el pubis.
Jamás dije que adoptaras mis piernas como abrigo
en los momentos de sofoco en tu vientre.

Desde mi propia condición humana,
te exonero de culpas y vergüenza.
No existe mancha, cuando la carne grita,
no se crea impudicia, por lamer el sexo.

Desde mi propia condición humana,
puedes regresar de tu indolente espera.
Mi nictálope ojo, vive siempre asechando
tu cuerpo esplendoroso al despuntar el día.

Desde mi propia condición humana
te invitó a fornicar con las estrellas.
Por mucho cavilar, vivo el convencimiento
qué también ellas, son grandes pecadoras.

Un poema descarnado y bellisimo, Jorge.

Mi abrazo

Hola Jorge.
Me congratula leerte en un registro totalmente diferente al que acostumbraba a hacerlo tiempo ha, amigo mío. Ha sido grato volver a disfrutar tus letras. un abrazo.
Mario.

Simón Vera escribió:Has plasmado bien reproches, advertencias e invitaciones, un gusto leerlas.

Gracias Simón por compartir este poema. Un saludo cordial.

He disfrutado con este estilo directo, duro e impecable.
Salud

Jorge, ¡ míra que hace ya aós que nos conocemos ¿verdad?

Pues te sienta de maravilla este nuevo "look" con el que te has vestido, ya lo sabes.

Abrazos con olas incluídas.

Vicente Fernández-Cortés escribió:

jorge muñoz escribió:Desde mi propia condición humana

Desde mi propia condición humana,
las palabras no dichas son los tegumentos
de un fruto no deseado.
Así te dije desde el laberinto de mi falsedad
cuando construí el dosel de tu propia infortuna.

No soy el responsable del incesto que te muerde el pubis.
Jamás dije que adoptaras mis piernas como abrigo
en los momentos de sofoco en tu vientre.

Desde mi propia condición humana,
te exonero de culpas y vergüenza.
No existe mancha, cuando la carne grita,
no se crea impudicia, por lamer el sexo.

Desde mi propia condición humana,
puedes regresar de tu indolente espera.
Mi nictálope ojo, vive siempre asechando
tu cuerpo esplendoroso al despuntar el día.

Desde mi propia condición humana
te invitó a fornicar con las estrellas.
Por mucho cavilar, vivo el convencimiento
qué también ellas, son grandes pecadoras.

Un poema descarnado y bellisimo, Jorge.

Mi abrazo

Gracias Vicente por hacerme el honor de tu lectura. Abrazos

Mario Martínez escribió:Hola Jorge.
Me congratula leerte en un registro totalmente diferente al que acostumbraba a hacerlo tiempo ha, amigo mío. Ha sido grato volver a disfrutar tus letras. un abrazo.
Mario.

Mario. Gracias por hacerte presente en la lectura de este poema. Un abrazo.

Julio. Gracias por tu comentario. Un abrazo.

Mi amiga Concha. Gracias por visitar mi poema y dejarme tu bondad y simpatía. Un abrazo.

Te dejo la huella de mi comentario, Jorge, y mi felicitación por el poema.
Saludos.

Vicente Santisteban escribió:Te dejo la huella de mi comentario, Jorge, y mi felicitación por el poema.
Saludos.

Gracias Vicente por su paso por este poema. Un abrazo hasta Madrid.

Desde mi propia condición humana,
las palabras no dichas son los tegumentos
de un fruto no deseado.
Así te dije desde el laberinto de mi falsedad
cuando construí el dosel de tu propia infortuna.

No soy el responsable del incesto que te muerde el pubis.
Jamás dije que adoptaras mis piernas como abrigo
en los momentos de sofoco en tu vientre.

Desde mi propia condición humana,
te exonero de culpas y vergüenza.
No existe mancha (-)cuando la carne grita,
no se crea impudicia(-) por lamer el sexo.

Desde mi propia condición humana,
puedes regresar de tu indolente espera.
Mi nictálope ojo, vive siempre a(c)echando
tu cuerpo esplendoroso al despuntar el día.

Desde mi propia condición humana
te invitó a fornicar con las estrellas.
Por mucho cavilar, vivo el convencimiento
(de que) también ellas() son grandes pecadoras.
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Hermoso trabajo, amigo Jorge. Desde la anáfora que abre -un sáfico con un ritmo puntual-, el desarrollo metafórico me ha parecido procedente.
Ay, la carne es un material demasiado voluble, y bien que lo relatas en tus bellas estrofas.
Ha sido un placer leerte. Felicidades por el poema.
Un cordial abrazo.

Pd. Entre paréntesis algunas sugerencias.

Es un poema fuerte, sin concesiones que se lee con agrado. Un placer
Abrazos
Pilar