Editorial Alaire

En mi carne viví tu carne viva
en su apacible claustro retenido
y aunque te tuve atenta a mi latido
hoy mi razón de tu razón me priva.

Ya me dirás en qué morada esquiva
podré, madre, olvidarme de tu olvido,
a qué oscura oquedad y sin sentido
te replegó tu nave a la deriva.

No existe territorio en mi amargura
en que extender mi llanto ni venero
donde desalojar mi desventura.

En el albor del despertar primero
viví tu voz de lúcida ternura
y en la orfandad de tu silencio muero.



A mi madre, enferma de Alzheimer, ya en Dios

Excepcional soneto, Vicente.

Te dejo un abrazo
Ana

Me ha gustado el soneto, aunque me ha trasmitido una gran tristeza.
Un abrazo.
Pepa

Maravilloso soneto. Me gustó pasar por estos versos.
Abrazos
Pilar

Hola Vicente.
Hermoso, triste y como siempre profundo y bien hilvanado soneto, amigo mío.
Yo no tengo muy claro si soy un discípulo aventajado en esto del soneto, pero sí que tu destreza es francamente insuperable. Un abrazo, compañero.
Mario.

Buen soneto con un tema duro y difícil de superar.
Salud

Vicente Fernández-Cortés escribió:En mi carne viví tu carne viva
en su apacible claustro retenido
y aunque te tuve atenta a mi latido
hoy mi razón de tu razón me priva.

Ya me dirás en qué morada esquiva
podré, madre, olvidarme de tu olvido,
a qué oscura oquedad y sin sentido
te replegó tu nave a la deriva.

No existe territorio en mi amargura
en que extender mi llanto ni venero
donde desalojar mi desventura.

En el albor del despertar primero
viví tu voz de lúcida ternura
y en la orfandad de tu silencio muero.



A mi madre, enferma de Alzheimer, ya en Dios

Hermoso y conmovedor poema, Vicente. Magnifico empleo de sentidas imagenes.

Un abrazo,
ERA

Vivente, te apludo efusivamente con el placer técnico y sentimental que me ha dado la lectura de tu soneto introspectivo.

Un abrazo

Guillermo

Me ha gustado tu soneto Vicente
y comprendo muy bien el sentir que expresas.

abrazos


lázaro.

Mira Vicente, yo no digo nada, sólo paso y te dejo un inmenso abrazo.

Un disfrute leer este soneto dedicado al ser que nos da la vida. Has dejado versos hermosos desde el principio hasta el final. Un saludo.

Un placer regresar a este gran poema. Un abrazo.