***RITOS DEL MIOCARDIO***
Publicado: Sab, 09 Jul 2011 22:07
RITOS DEL MIOCARDIO.
Quien iba a sospechar que la conciencia del poeta también fuera de fantasía. Lo dejaron hablar a él solo en un simposio de amor, pero ya tenían clasificados a los animales de la Barca de Noe. Luego llegó el diluvio y no pudo salvarse por su inocencia.
Por una verdad incontestable algunos falsifican la honestidad, con un acto de observación se convierten en objetos santificados, son limpios, puros y con bombillos navideños.
Ayer me comieron el cerebro en una bienal de caníbales convencidos,
por tolerancia y “amor” volví a dejar que desayunaran con las células grises que me sobraban.
Por falta de oxígeno y con golpe de sofoco, el amor entre la vida y la muerte, con un código “blue” lo llevaron a “intensive care”.
En el abrazo total no caben discusiones de campesinos.
Mi preocupación por el sujeto poético no parte de una preocupación vacía. Por eso para poder escapar del calificativo “poeta”, mato al verso conformista que tanto me prostituye.
Cuando pongo bombas temáticas debajo de algún poema, enseguida me acusan de “mataburro”.
De la boca pa’ fuera ningún animal tiene diente, ni tampoco es culpable por morder a su vecino.
Hay combustión y espíritu en la poesía el día que empiece a desguasarte la incertidumbre.
Un misionero se parece a un poeta por dos cosas: por el viaje al fin diario, y por la oración continua después de su “Padre Nuestro”, y la misión termina por acabarlo, sin despedirse de su poema.
Un poema para el Seguro Social de los animales, el Medicaid del planeta, y para el Premio Novel al anti-verso.
Que bueno que en tiempo de guerra la escritura domótica, tenga enredo de diversiones, flores para los muertos, tenga sombra para los viejos y leche condensada para las moscas rubias de los jardines.
Resulta que hallaron cannabis en la tumba de Pinochet y se ha perdido el respeto por los ojos malva de Elizabeth Taylor.
El fashion show, el "love color" y el happy hours, tres eventos que tienen su discoteca en la sobremesa de la palabra. El "Gran Prix" es su nuevo combustible alternativo cuyo gran teatro con imágenes perladas, tiene su aceptación en la insípida borrachera y risas de comentarios.
O. Llombart.
7/8/11
Quien iba a sospechar que la conciencia del poeta también fuera de fantasía. Lo dejaron hablar a él solo en un simposio de amor, pero ya tenían clasificados a los animales de la Barca de Noe. Luego llegó el diluvio y no pudo salvarse por su inocencia.
Por una verdad incontestable algunos falsifican la honestidad, con un acto de observación se convierten en objetos santificados, son limpios, puros y con bombillos navideños.
Ayer me comieron el cerebro en una bienal de caníbales convencidos,
por tolerancia y “amor” volví a dejar que desayunaran con las células grises que me sobraban.
Por falta de oxígeno y con golpe de sofoco, el amor entre la vida y la muerte, con un código “blue” lo llevaron a “intensive care”.
En el abrazo total no caben discusiones de campesinos.
Mi preocupación por el sujeto poético no parte de una preocupación vacía. Por eso para poder escapar del calificativo “poeta”, mato al verso conformista que tanto me prostituye.
Cuando pongo bombas temáticas debajo de algún poema, enseguida me acusan de “mataburro”.
De la boca pa’ fuera ningún animal tiene diente, ni tampoco es culpable por morder a su vecino.
Hay combustión y espíritu en la poesía el día que empiece a desguasarte la incertidumbre.
Un misionero se parece a un poeta por dos cosas: por el viaje al fin diario, y por la oración continua después de su “Padre Nuestro”, y la misión termina por acabarlo, sin despedirse de su poema.
Un poema para el Seguro Social de los animales, el Medicaid del planeta, y para el Premio Novel al anti-verso.
Que bueno que en tiempo de guerra la escritura domótica, tenga enredo de diversiones, flores para los muertos, tenga sombra para los viejos y leche condensada para las moscas rubias de los jardines.
Resulta que hallaron cannabis en la tumba de Pinochet y se ha perdido el respeto por los ojos malva de Elizabeth Taylor.
El fashion show, el "love color" y el happy hours, tres eventos que tienen su discoteca en la sobremesa de la palabra. El "Gran Prix" es su nuevo combustible alternativo cuyo gran teatro con imágenes perladas, tiene su aceptación en la insípida borrachera y risas de comentarios.
O. Llombart.
7/8/11