Editorial Alaire

Concha Verónica Vidal escribió:
Vengo
de la cumbre del deseo,
donde el hombre tiene nombre
y no hay velos
que sofoquen balbuceos de mujer.

Donde no hay luchas de sexos
y la Piaff canta en otoños
un "Padam", así.
en francés.

Donde hay niños que aún se asombran
si el ciempiés baila descalzo,
no hay "consolas" ni " aiphones",
y se juega al pilla-pilla
con las olas del revés.

Donde existe la hora bruja
y la noche,
trae en los hombros cien enanos de colores
que darán lustre a las flores
para cuando nazca Sol.

Soy,
una simple cuentacuentos
pretendiendo lo aún posible,
si nos damos al amor.


(¿Y por qué no va a ser posible, digo yo, si estamos en un junio alicantino, que huele a pólvora y a fiesta, si se avecina la noche mágica, si somos poetas, si... si... si todo eso? Lo pienso hoy, dieciséis de este junio, repito, plenito de sol-salitre)

Concha Verónica Vidal escribió:Vengo
de la cumbre del deseo,
donde el hombre tiene nombre
y no hay velos
que sofoquen balbuceos de mujer.

Donde no hay luchas de sexos
y la Piaff canta en otoños
un "Padam", así.
en francés.

Donde hay niños que aún se asombran
si el ciempiés baila descalzo,
no hay "consolas" ni " aiphones",
y se juega al pilla-pilla
con las olas del revés.

Donde existe la hora bruja
y la noche,
trae en los hombros cien enanos de colores
que darán lustre a las flores
para cuando nazca Sol.

Soy,
una simple cuentacuentos
pretendiendo lo aún posible,
si nos damos al amor.


(¿Y por qué no va a ser posible, digo yo, si estamos en un junio alicantino, que huele a pólvora y a fiesta, si se avecina la noche mágica, si somos poetas, si... si... si todo eso? Lo pienso hoy, dieciséis de este junio, repito, plenito de sol-salitre)

Concha Verónica Vidal escribió:Vengo
de la cumbre del deseo,
donde el hombre tiene nombre
y no hay velos
que sofoquen balbuceos de mujer.

Donde no hay luchas de sexos
y la Piaff canta en otoños
un "Padam", así.
en francés.

Donde hay niños que aún se asombran
si el ciempiés baila descalzo,
no hay "consolas" ni " aiphones",
y se juega al pilla-pilla
con las olas del revés.

Donde existe la hora bruja
y la noche,
trae en los hombros cien enanos de colores
que darán lustre a las flores
para cuando nazca Sol.

Soy,
una simple cuentacuentos
pretendiendo lo aún posible,
si nos damos al amor.


(¿Y por qué no va a ser posible, digo yo, si estamos en un junio alicantino, que huele a pólvora y a fiesta, si se avecina la noche mágica, si somos poetas, si... si... si todo eso? Lo pienso hoy, dieciséis de este junio, repito, plenito de sol-salitre)

Marisa Peral escribió:

Concha Verónica Vidal escribió:
Vengo
de la cumbre del deseo,
donde el hombre tiene nombre
y no hay velos
que sofoquen balbuceos de mujer.

Donde no hay luchas de sexos
y la Piaff canta en otoños
un "Padam", así.
en francés.

Donde hay niños que aún se asombran
si el ciempiés baila descalzo,
no hay "consolas" ni " aiphones",
y se juega al pilla-pilla
con las olas del revés.

Donde existe la hora bruja
y la noche,
trae en los hombros cien enanos de colores
que darán lustre a las flores
para cuando nazca Sol.

Soy,
una simple cuentacuentos
pretendiendo lo aún posible,
si nos damos al amor.


(¿Y por qué no va a ser posible, digo yo, si estamos en un junio alicantino, que huele a pólvora y a fiesta, si se avecina la noche mágica, si somos poetas, si... si... si todo eso? Lo pienso hoy, dieciséis de este junio, repito, plenito de sol-salitre)

Precioso, Concha, una canción que se lee con fluidez y con mucha musicalidad. Me ha encantado.
¡Feliz San Juan! aunque aún quede una semanita para esa mágica noche de solsticio
Abrazos.

Israel Liñán escribió:Eres una gran cuentacuentos Concha, de simple na de na. Como siempre es un acierto leerte.

Qué envidia me da cuando salen en las noticias las hogueras en la playa en San Juán, y la gente festejando... Aquí en la meseta no tenemos playita...

Un abrazo.

Concha Verónica Vidal escribió:Vengo
de la cumbre del deseo,
donde el hombre tiene nombre
y no hay velos
que sofoquen balbuceos de mujer.

Donde no hay luchas de sexos
y la Piaff canta en otoños
un "Padam", así.
en francés.

Donde hay niños que aún se asombran
si el ciempiés baila descalzo,
no hay "consolas" ni " aiphones",
y se juega al pilla-pilla
con las olas del revés.

Donde existe la hora bruja
y la noche,
trae en los hombros cien enanos de colores
que darán lustre a las flores
para cuando nazca Sol.

Soy,
una simple cuentacuentos
pretendiendo lo aún posible,
si nos damos al amor.


(¿Y por qué no va a ser posible, digo yo, si estamos en un junio alicantino, que huele a pólvora y a fiesta, si se avecina la noche mágica, si somos poetas, si... si... si todo eso? Lo pienso hoy, dieciséis de este junio, repito, plenito de sol-salitre)