PALABRAS SIN IMPORTANCIA.
Publicado: Mié, 08 Jun 2011 1:02
Ver como la gente tiene más de lo que necesita,
tiene lujos, tiene Internet y un buen tiempo de ocio
para escribir cosas de ficción y sin arrancarle conocimiento
a cada cosa, sólo como un deporte para jugar.
Gente que entra y que sale de la vida, que hace fotosíntesis,
y biología con las vocales, gente que cuelga anécdotas
en los percheros, que hace adivinaza con Moctezuma,
taxidermia con los cadáveres de los poemas.
Gente que conquistan largos periodos de serenatas,
que confunden el asombro y la sorpresa con el mito.
El compromiso de Play Station con los niños que les
enseña a matar de mentira. Los niños de esta generación
que aprenden a jugar con la guerra, mientras todavía
aparecen bombas enterradas en muchas ciudades de Alemania,
como un hecho simple, “cotidiano” de inolvidable juego
de muerte, cuando el hombre mataba a los niños de verdad
y se entretenía en la Segunda Guerra Mundial con una manera
perturbable y diaria.
Y ver a tantos que salen y que entran con miradas contemplativas
y con tanta soledad común, y apenas con palabras de intervenciones
de verdadera importancia.
Si no fuera por el numero “Phi” ese “numero de Dios” aparecido
en casi todas las ciencias que se hacen con símbolos, con palabras,
con las únicas “posibilidades icónicas de un arte de resistencia”,
sería muy difícil entender, la pequeña importancia que tienen y
que no tienen las cosas y que pronuncia la poesía.
6/3/11
O. Llombart.
tiene lujos, tiene Internet y un buen tiempo de ocio
para escribir cosas de ficción y sin arrancarle conocimiento
a cada cosa, sólo como un deporte para jugar.
Gente que entra y que sale de la vida, que hace fotosíntesis,
y biología con las vocales, gente que cuelga anécdotas
en los percheros, que hace adivinaza con Moctezuma,
taxidermia con los cadáveres de los poemas.
Gente que conquistan largos periodos de serenatas,
que confunden el asombro y la sorpresa con el mito.
El compromiso de Play Station con los niños que les
enseña a matar de mentira. Los niños de esta generación
que aprenden a jugar con la guerra, mientras todavía
aparecen bombas enterradas en muchas ciudades de Alemania,
como un hecho simple, “cotidiano” de inolvidable juego
de muerte, cuando el hombre mataba a los niños de verdad
y se entretenía en la Segunda Guerra Mundial con una manera
perturbable y diaria.
Y ver a tantos que salen y que entran con miradas contemplativas
y con tanta soledad común, y apenas con palabras de intervenciones
de verdadera importancia.
Si no fuera por el numero “Phi” ese “numero de Dios” aparecido
en casi todas las ciencias que se hacen con símbolos, con palabras,
con las únicas “posibilidades icónicas de un arte de resistencia”,
sería muy difícil entender, la pequeña importancia que tienen y
que no tienen las cosas y que pronuncia la poesía.
6/3/11
O. Llombart.