Galope (rev2).-
Publicado: Mié, 27 Feb 2008 13:47
Me muerden las señales. El galgo va con brío.
Al alba percibió, filo en los dientes,
el claro olor del Orco, que sobrevuela el cieno.
Los días van calando a tajo por la piel,
minutos por volar, y harán humo
ese febril tender hacia la suerte.
Por encima, la luna, bravo juez,
me mira con desdén, como a intocable.
La magna diosa, empero, ha de saber
que su luz tuve por único alimento.
Tal vez, antes de arder, goce la dicha
de cabalgar mi rojo corazón
por las sendas calladas de su círculo.
----rev 1----
La barra de color me va pintando
estos versos que tratan de la muerte.
Tomadlos en razón. Se agota el tiempo
de manos que borran del reloj
los barros de la esfera.
Es tiempo del envés, de retirada bronca;
los días se cuelan a tajo por la piel,
minutos por volar, y harán humo
ese febril tender hacia la suerte.
Me muerden las señales. El galgo va con brío.
Al alba percibió, filo en los dientes,
el claro olor del Orco, que sobrevuela el cieno.
Por encima la luna, bravo juez,
me mira con desdén, como a intocable.
La magna diosa, empero, ya conoce
que su luz tuve por único alimento.
Tal vez, antes de arder, goce la dicha
de cabalgar mi rojo corazón
por las sendas calladas de su círculo.
----------------original---------------
La barra de color me va pintando
estos versos que tratan de la muerte.
Tomadlos en razón. Se agota el tiempo
de manos que borran del reloj
los barros de la esfera.
Es tiempo del envés, de retirada bronca;
los días se cuelan a tajo por la piel,
minutos por volar, y harán humo
ese febril tender hacia la suerte.
Me muerden las señales. El galgo va con brío.
Al alba percibió, filo en los dientes,
el claro olor del Orco, que sobrevuela el cieno.
Por encima la luna, bravo juez,
me mira con desdén, como a intocable.
La magna diosa, empero, ha de saber
que su luz tuve por único alimento.
Tal vez, antes de arder, goce la dicha
de cabalgar mi rojo corazón
por la senda callada de su círculo.
-----------------------------
cambio: por la severas cañadas de su círculo.
Al alba percibió, filo en los dientes,
el claro olor del Orco, que sobrevuela el cieno.
Los días van calando a tajo por la piel,
minutos por volar, y harán humo
ese febril tender hacia la suerte.
Por encima, la luna, bravo juez,
me mira con desdén, como a intocable.
La magna diosa, empero, ha de saber
que su luz tuve por único alimento.
Tal vez, antes de arder, goce la dicha
de cabalgar mi rojo corazón
por las sendas calladas de su círculo.
----rev 1----
La barra de color me va pintando
estos versos que tratan de la muerte.
Tomadlos en razón. Se agota el tiempo
de manos que borran del reloj
los barros de la esfera.
Es tiempo del envés, de retirada bronca;
los días se cuelan a tajo por la piel,
minutos por volar, y harán humo
ese febril tender hacia la suerte.
Me muerden las señales. El galgo va con brío.
Al alba percibió, filo en los dientes,
el claro olor del Orco, que sobrevuela el cieno.
Por encima la luna, bravo juez,
me mira con desdén, como a intocable.
La magna diosa, empero, ya conoce
que su luz tuve por único alimento.
Tal vez, antes de arder, goce la dicha
de cabalgar mi rojo corazón
por las sendas calladas de su círculo.
----------------original---------------
La barra de color me va pintando
estos versos que tratan de la muerte.
Tomadlos en razón. Se agota el tiempo
de manos que borran del reloj
los barros de la esfera.
Es tiempo del envés, de retirada bronca;
los días se cuelan a tajo por la piel,
minutos por volar, y harán humo
ese febril tender hacia la suerte.
Me muerden las señales. El galgo va con brío.
Al alba percibió, filo en los dientes,
el claro olor del Orco, que sobrevuela el cieno.
Por encima la luna, bravo juez,
me mira con desdén, como a intocable.
La magna diosa, empero, ha de saber
que su luz tuve por único alimento.
Tal vez, antes de arder, goce la dicha
de cabalgar mi rojo corazón
por la senda callada de su círculo.
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cambio: por la severas cañadas de su círculo.