Esa música...(Eclipse)
Publicado: Jue, 28 Abr 2011 23:09
Esa música que llega del mar, a veces,
es un adagio con su cadencia triste
que suena sobre arpegios de espuma.
Contra mi cuerpo las notas se concentran
y siento el filo de sal de sus cuchillos
que en la carne me dejan tatuada
la derrota que va dejando el tiempo
cuando ante el espejo se burla de nosotros;
porque , de lo que fuimos, permenece
sólo el vacío escribiendo su epitafio.
Por la vida transito llorando esta elegía,
con la fiebre insurrecta del recuerdo
que me lleva en busca de reliquias
de tantas luchas que amamos y perdimos.
De la última utopía nada consta,
ni del hombre que en mi vivió rebelde
porque nunca encuentra su coraje.
Ahora sólo queda de mis sueños escombros,
envejecida su rabia me asalta la nostalgia,
y este eclipse de oscurecidos nombres
sobre un tiempo de amnesia irreversible.
Nada le cuesta a mis ojos ser sollozo
porque llevan el luto ancestral de los suicidas,
esos que a todo o nada se juegan su futuro.
En mi alcoba a la soledad seduzco cada noche,
la entrego a la sucia ternura del deseo,
y al amanecer escrito me deja su dolor
sobre la mortaja que envuelve a mi diario.
es un adagio con su cadencia triste
que suena sobre arpegios de espuma.
Contra mi cuerpo las notas se concentran
y siento el filo de sal de sus cuchillos
que en la carne me dejan tatuada
la derrota que va dejando el tiempo
cuando ante el espejo se burla de nosotros;
porque , de lo que fuimos, permenece
sólo el vacío escribiendo su epitafio.
Por la vida transito llorando esta elegía,
con la fiebre insurrecta del recuerdo
que me lleva en busca de reliquias
de tantas luchas que amamos y perdimos.
De la última utopía nada consta,
ni del hombre que en mi vivió rebelde
porque nunca encuentra su coraje.
Ahora sólo queda de mis sueños escombros,
envejecida su rabia me asalta la nostalgia,
y este eclipse de oscurecidos nombres
sobre un tiempo de amnesia irreversible.
Nada le cuesta a mis ojos ser sollozo
porque llevan el luto ancestral de los suicidas,
esos que a todo o nada se juegan su futuro.
En mi alcoba a la soledad seduzco cada noche,
la entrego a la sucia ternura del deseo,
y al amanecer escrito me deja su dolor
sobre la mortaja que envuelve a mi diario.