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la ofensiva del ejército de salvación

Publicado: Vie, 22 Abr 2011 19:36
por Esteban Granado
Hay un nudo en el estómago del hombre
que pretende comer en la casa de beneficencia,
es un conglomerado estropajoso que anula su apetito,
una mezcla de pelo y tejidos viscerales
de cuyas hebras penden roedores muertos y larvas putrefactas:
los restos del naufragio.

El comedor revienta de actividad filantrópica
-todavía nadie ha vomitado la salsa barbacoa-
y los animosos voluntarios con sus delantales impolutos
trajinan, escuchan y se compadecen del hecho diferencial de su presunta clientela.

Un plato grande para la embarazada
(mayor aún para el sujeto con pinta de asesino en serie).


Los más viejos del lugar echan miga de pan a la sopa de lentejas;
al principio, los jóvenes asisten a la clase de supervivencia con gestos de repugnancia,
pero, al rato, reconsideran su actitud y comienzan, tímidamente,
a imitar el procedimiento;
por un instante, asumen su condición, aprenden el oficio.

El señor con traje raído convertido en símbolo de respetabilidad
manifiesta su abrumadora presencia sin inspirar interés alguno en la parroquia:
da las gracias, cede el turno, se ajusta la corbata
y, en líneas generales, actúa como si estuviese almorzando en el mejor restaurante.
A su lado, un anciano vulnerable recibe los codazos de la desnutrición con ajena elegancia,
encaja con entereza de fajador el gancho social a la mandíbula que languidece.

El nudo afloja su tenaza elástica
y al hombre se le hace la boca agua ante la perspectiva del inminente refrigerio.
Envalentonado, amplía de un bocado su horizonte de sucesos
y se permite soñar con una noche caliente en el albergue.

El ambiente posbélico del recinto
le invita a dinamizar su taxonomía de los cuerpos enjutos;
enseguida, su olfato identifica el husmo coloquial que sazona las bocas incompletas,
los claustrofóbicos efluvios del sudor patentado.

Sentado a la mesa, devora la comida sin preguntar por el sabor
(algo entre la fast food hospitalaria y el rancho cuartelero…,
con un toque sutil de sándwich en la estación de autobuses).

No dan café. Y ahora el cigarro hay que fumárselo afuera...
En la puta calle.

Publicado: Sab, 23 Abr 2011 6:24
por Abel Mata
La crítica hace su aparición en este excelente poema relato, un gusto leerlo. Felicitaciones, Esteban.

Re: la ofensiva del ejército de salvación

Publicado: Sab, 23 Abr 2011 17:32
por E. R. Aristy
Esteban Granado escribió:Hay un nudo en el estómago del hombre
que pretende comer en la casa de beneficencia,
es un conglomerado estropajoso que anula su apetito,
una mezcla de pelo y tejidos viscerales
de cuyas hebras penden roedores muertos y larvas putrefactas:
los restos del naufragio.

El comedor revienta de actividad filantrópica
-todavía nadie ha vomitado la salsa barbacoa-
y los animosos voluntarios con sus delantales impolutos
trajinan, escuchan y se compadecen del hecho diferencial de su presunta clientela.

Un plato grande para la embarazada
(mayor aún para el sujeto con pinta de asesino en serie).


Los más viejos del lugar echan miga de pan a la sopa de lentejas;
al principio, los jóvenes asisten a la clase de supervivencia con gestos de repugnancia,
pero, al rato, reconsideran su actitud y comienzan, tímidamente,
a imitar el procedimiento;
por un instante, asumen su condición, aprenden el oficio.

El señor con traje raído convertido en símbolo de respetabilidad
manifiesta su abrumadora presencia sin inspirar interés alguno en la parroquia:
da las gracias, cede el turno, se ajusta la corbata
y, en líneas generales, actúa como si estuviese almorzando en el mejor restaurante.
A su lado, un anciano vulnerable recibe los codazos de la desnutrición con ajena elegancia,
encaja con entereza de fajador el gancho social a la mandíbula que languidece.

El nudo afloja su tenaza elástica
y al hombre se le hace la boca agua ante la perspectiva del inminente refrigerio.
Envalentonado, amplía de un bocado su horizonte de sucesos
y se permite soñar con una noche caliente en el albergue.

El ambiente posbélico del recinto
le invita a dinamizar su taxonomía de los cuerpos enjutos;
enseguida, su olfato identifica el husmo coloquial que sazona las bocas incompletas,
los claustrofóbicos efluvios del sudor patentado.

Sentado a la mesa, devora la comida sin preguntar por el sabor
(algo entre la fast food hospitalaria y el rancho cuartelero…,
con un toque sutil de sándwich en la estación de autobuses).

No dan café. Y ahora el cigarro hay que fumárselo afuera...
En la puta calle.



Cuando no hay trabajo, no hay techo, no hay ducha para banarnos, no hay cama, cuando se han roto o hemos rajado todo lazo afectivo con nuestros familiares y amigos, cuando la verguenza nos haga escondernos de nosotros mismos, y se hace cada dia mas patetica el rompimiento con la sociedad, es casi increible encontrar un chulo cigarrillo y un cafe, al mismo tiempo, y en la misma puta calle.

Tu poema nos presenta un lugar inhospito que deberia ser una transicion, aqui le llaman "shelters", Salvation Army, food pantries, "half way houses". Creo que muy pocos nos acordamos de esa gente.

Un placer leerte, todo por la justicia social.

ERA

Publicado: Dom, 24 Abr 2011 8:12
por Miguel Iervolino
Un hermoso, interesante y bien construido poema. Lo felicito. Un saludo.

re: la ofensiva del ejército de salvación

Publicado: Dom, 24 Abr 2011 10:02
por Pilar Morte
y a mí se me pone el nudo en el estómago de leerte. Un poema crítico con toda la crudeza de la realidad. Por otro lado me ha encantado
Abrazos
Pilar

Publicado: Lun, 25 Abr 2011 18:46
por Borja Martínez
Excelente trabajo. Me gusta el tono que empleas, esa acidez. Un gusto leerte. Felicitaciones y un cordial saludo.

Publicado: Mar, 26 Abr 2011 18:20
por Israel Liñán
Un poema que expone la realidad, me gusta que el poeta se moje, es algo personal por supuesto.

Saludos.

Publicado: Vie, 29 Abr 2011 8:15
por Esteban Granado
Un cierto espíritu crítico, amigo Abel, es necesario en estos tiempos que corren (yo diría que siempre).

Gracias por el comentario y un abrazo.

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El mundo de los comúnmente llamados "sin techo" (a los que antes nos referíamos como vagabundos) es extremadamente duro y, sin embargo, ejerce una fascinación sobre el resto del cuerpo social. A menudo, miramos a esos hombres y mujeres como si fueran extraterrestres, como si su desgracia no pudiera nunca rozar nuestro cómodo estilo de vida.

Gracias por el comentario, amgia ERA. Y un abrazo.

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Gracias, Miguel, te diré que la descripción del comedor social es una recreación de una experiencia que viví en mi primera juventud.

Un abrazo.

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Para hablar de ciertos asuntos, amigo Borja, es ineludible dotar al discurso de una cierta acidez.

Gracias por el comentario y un abrazo.

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Gracias, Israel. En efecto, podría decirse, como de algunas películas, que el poema está "basado en hechos reales".

Un abrazo.

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Esteban

Publicado: Sab, 30 Abr 2011 12:38
por Hallie Hernández Alfaro
Me ha encantado el sentimiento suprabrillante que has logrado en la miseria del escenario; converge el hambre tan cerca del hombre, el desamparo tan abrigado por la insolencia de algunos pocos. Felicitaciones, querido amigo.

Un beso grande y aplausos!!

Hallie

Publicado: Dom, 01 May 2011 17:09
por Tristana del Solar
Excelente poema. Te felicito, Esteban, consigues versos que transmiten mucho.
Un saludo.

Publicado: Mar, 03 May 2011 10:47
por Esteban Granado
Gracias, Hallie. Es un placer recibir tus impresiones.

Besos.

Esteban

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Gracias por el comentario, Tristana, y un abrazo.

Esteban

Publicado: Jue, 05 May 2011 17:02
por Armando del Río
Tremendo poema por la crítica feroz que encierra, y hermoso por la forma en que lo escribes, un gusto leerlo.
Saludos.

Publicado: Dom, 08 May 2011 8:28
por Esteban Granado
Gracias por el comentario, Armando.

En mi adolescencia, en un comedor de Cáritas, en Lérida, tuve ocasión de observar a ese hombre del traje del que hablo en el poema; a veces es necesario perder el juicio para conservar la dignidad.

Un abrazo.

Esteban

re: la ofensiva del ejército de salvación

Publicado: Dom, 08 May 2011 9:32
por Ramón Ataz
A veces, la simple y objetiva descripción de la realidad se convierte en la forma más honesta de tomar partido. Como de costumbre en tu poesía, hay aquí brillantez e inteligencia. Me ha gustado de verdad.

Un abrazo.

Publicado: Vie, 13 May 2011 17:38
por Antonia Salmerón
He disfrutado este poema, se palpa el ambiente, todo.
Un saludo.