- Un cuento-
Publicado: Dom, 10 Abr 2011 16:04
En un lejano país de hermosos acantilados,
malvivía de su sudor un hermoso granjero,
dedicaba el luminoso día a sus quehaceres,
y de noche bajaba a la orilla
para bailar con la espuma de las olas.
Pasaron los años
y el rey protector requirió de sus servicios,
allende los mares un tirano de piel clara
y ojos quebrados por el odio,
quiso esparcir la semilla del progreso
por los campos de la tierra.
El granjero embarcó llorando,
sus lágrimas hablaban de primaveras,
de la luz de la vida, del calor del mar
cuando se fundía con su cuerpo.
Guerra, dolor, desesperación,
fueron enemigos primero, aliados después,
amantes desconsolados
que perdieron el rumbo.
Y bendecido por la locura tiñó de rojo la espuma del mar.
Terminó la guerra,
satisfechos reyes, nobles y curas,
regresaron los hombres a casa
vacíos o muertos.
Nunca más volvió el granjero a los acantilados,
nunca más bailó al refugio de la noche
con las olas del mar.
Fue el triste final de un hombre bueno.
malvivía de su sudor un hermoso granjero,
dedicaba el luminoso día a sus quehaceres,
y de noche bajaba a la orilla
para bailar con la espuma de las olas.
Pasaron los años
y el rey protector requirió de sus servicios,
allende los mares un tirano de piel clara
y ojos quebrados por el odio,
quiso esparcir la semilla del progreso
por los campos de la tierra.
El granjero embarcó llorando,
sus lágrimas hablaban de primaveras,
de la luz de la vida, del calor del mar
cuando se fundía con su cuerpo.
Guerra, dolor, desesperación,
fueron enemigos primero, aliados después,
amantes desconsolados
que perdieron el rumbo.
Y bendecido por la locura tiñó de rojo la espuma del mar.
Terminó la guerra,
satisfechos reyes, nobles y curas,
regresaron los hombres a casa
vacíos o muertos.
Nunca más volvió el granjero a los acantilados,
nunca más bailó al refugio de la noche
con las olas del mar.
Fue el triste final de un hombre bueno.