Voy...
Publicado: Vie, 08 Abr 2011 21:59
Hoy que podría amarte con la violencia del fuego...
transitan por tu pechos dioses lascivos
que la fruta del sexo te devoran,
por eso voy a quitarme esta máscara falsaria
que a la integridad de mis miserias adultera.
Su mentira quedará desprotegida y ebria la luz
del desengaño, en plenitud, incediará a este silencio
y se hará mi garganta un grito incandescente
hasta que la palabra quede enterrada entre ceniza.
Ahora que improviso este ritual, infecto de melancolía,
por que el vino no logra restañar las cicatrices del alma
contra el olvido el cierzo se hace afrenta,
y los aljibes de mis labios de ternura están vacíos,
una partitura húmeda me llega del fondo de la lluvia,
su melodía se conviete en mar y me seduce.
La pasión de su sal, su fogosidad líquida, a mí se entregan.
Todo es inútil : en la matriz de mis raíces yermo crece
el germen de los sueños que nacerán en tierra adentro.
Nada espero a esta hora en que ansiosa la nostalgia
se interna por mi voz y profana el templo de la vida:
en mi boca muere el lenguaje callado de algún cuerpo.
La orfandad del tacto contra la carne se rebela
y en pulso herido el vértigo del deseo se transforma .
Sobre la la piel del corazon se queda tatuado
el abismo donde se ahondan mis ausencias y este dolor
de hombre deshabitado que con harapos de recuerdos
cubre la soledad desnuda que a su futuro asedia.
transitan por tu pechos dioses lascivos
que la fruta del sexo te devoran,
por eso voy a quitarme esta máscara falsaria
que a la integridad de mis miserias adultera.
Su mentira quedará desprotegida y ebria la luz
del desengaño, en plenitud, incediará a este silencio
y se hará mi garganta un grito incandescente
hasta que la palabra quede enterrada entre ceniza.
Ahora que improviso este ritual, infecto de melancolía,
por que el vino no logra restañar las cicatrices del alma
contra el olvido el cierzo se hace afrenta,
y los aljibes de mis labios de ternura están vacíos,
una partitura húmeda me llega del fondo de la lluvia,
su melodía se conviete en mar y me seduce.
La pasión de su sal, su fogosidad líquida, a mí se entregan.
Todo es inútil : en la matriz de mis raíces yermo crece
el germen de los sueños que nacerán en tierra adentro.
Nada espero a esta hora en que ansiosa la nostalgia
se interna por mi voz y profana el templo de la vida:
en mi boca muere el lenguaje callado de algún cuerpo.
La orfandad del tacto contra la carne se rebela
y en pulso herido el vértigo del deseo se transforma .
Sobre la la piel del corazon se queda tatuado
el abismo donde se ahondan mis ausencias y este dolor
de hombre deshabitado que con harapos de recuerdos
cubre la soledad desnuda que a su futuro asedia.