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ENTONCES MAR

Publicado: Jue, 31 Mar 2011 13:31
por Maria Pilar Gonzalo
Siento una nausea que recorre todo mi cuerpo, es como caminar entre el abandono,

como morir entre dos latidos perdidos….

Quiero acariciar tu cuerpo valeroso, pero la barbarie te reclama, no hay nada dentro de ti

que no sea los lamentos del martirio…


Vives en el dorso de mis manos, acariciando mis cabellos de sirena de talofita, yo solo

soy una pechina vacía, deseosa de encontrar las esporas que desborden mi cuerpo con

brazos serpenteantes de helechos…

Al vaciarse el sol, apareces reclamando tu parte de lluvia, aquella que se convierte en

cieno cuando lanzas el oro entre cara o cruz.

Pides espumas blancas… ¿Qué me das tú?

Solo desprecio entre palabras enredadas.

Sorteo los árboles como la vida misma
Pero nadie quiere llegar al otro lado del bosque.
Todos sabemos lo que eso significa…
Mis ojos abiertos ya no son sinónimo de sorpresa

El silencio te acompaña como un buen compañero
¿Por qué corres? Nadie te está esperando al otro lado
No podemos mover los árboles de sitio
¿Acaso crees que tus manos cuarteadas moverán los troncos más robustos?


Vete, vete entre la negrura, huye a tu mundo de reyes sin corona, dejando a tu paso

perlas a la deriva escupidas directamente del mar.

M.P.G.V.

Dedicado a mi amigo Abel Saldaño, réplica a su poema Mar entonces... Te quiero Abel, en mis sueños, en mis risas, en mi mente, Abel siempre Abel por tu amistad incondicional y por esas manos grandes y fuertes que tanto me obsesionan.

Re: ENTONCES MAR

Publicado: Mar, 12 Abr 2011 11:29
por Begoña Egüen
Maria Pilar Gonzalo escribió:Siento una nausea que recorre todo mi cuerpo, es como caminar entre el abandono,

como morir entre dos latidos perdidos….

Quiero acariciar tu cuerpo valeroso, pero la barbarie te reclama, no hay nada dentro de ti

que no sea los lamentos del martirio…


Vives en el dorso de mis manos, acariciando mis cabellos de sirena de talofita, yo solo

soy una pechina vacía, deseosa de encontrar las esporas que desborden mi cuerpo con

brazos serpenteantes de helechos…

Al vaciarse el sol, apareces reclamando tu parte de lluvia, aquella que se convierte en

cieno cuando lanzas el oro entre cara o cruz.

Pides espumas blancas… Qué me das tú?

Solo desprecio entre palabras enredadas.

Sorteo los árboles como la vida misma
Pero nadie quiere llegar al otro lado del bosque.
Todos sabemos lo que eso significa…
Mis ojos abiertos ya no son sinónimo de sorpresa

El silencio te acompaña como un buen compañero
¿Por qué corres? Nadie te está esperando al otro lado
No podemos mover los árboles de sitio
¿Acaso crees que tus manos cuarteadas moverán los troncos más robustos?


Vete, vete entre la negrura, huye a tu mundo de reyes sin corona, dejando a tu paso

perlas a la deriva escupidas directamente del mar.

M.P.G.V.
Muy melancólico y profundo tu sentir. Que pena del hombre que no ve... la blancura del alma de la mujer. No sé si mi comentario es correcto o no, pero como cada persona es un mundo, este poema tiene varias interpretaciones ,según mi criterio. Un placer haberte leído.
Mi felicitación más sincera.
BEGOÑA.

Publicado: Mar, 12 Abr 2011 20:11
por Maria Pilar Gonzalo
Debo decirte que este escrito oculta un pequeño secreto...

En cualquier caso, muchas gracias por pasarte y comentar.

Un abrazo compañera de letras