ENTONCES MAR
Publicado: Jue, 31 Mar 2011 13:31
Siento una nausea que recorre todo mi cuerpo, es como caminar entre el abandono,
como morir entre dos latidos perdidos….
Quiero acariciar tu cuerpo valeroso, pero la barbarie te reclama, no hay nada dentro de ti
que no sea los lamentos del martirio…
Vives en el dorso de mis manos, acariciando mis cabellos de sirena de talofita, yo solo
soy una pechina vacía, deseosa de encontrar las esporas que desborden mi cuerpo con
brazos serpenteantes de helechos…
Al vaciarse el sol, apareces reclamando tu parte de lluvia, aquella que se convierte en
cieno cuando lanzas el oro entre cara o cruz.
Pides espumas blancas… ¿Qué me das tú?
Solo desprecio entre palabras enredadas.
Sorteo los árboles como la vida misma
Pero nadie quiere llegar al otro lado del bosque.
Todos sabemos lo que eso significa…
Mis ojos abiertos ya no son sinónimo de sorpresa
El silencio te acompaña como un buen compañero
¿Por qué corres? Nadie te está esperando al otro lado
No podemos mover los árboles de sitio
¿Acaso crees que tus manos cuarteadas moverán los troncos más robustos?
Vete, vete entre la negrura, huye a tu mundo de reyes sin corona, dejando a tu paso
perlas a la deriva escupidas directamente del mar.
M.P.G.V.
Dedicado a mi amigo Abel Saldaño, réplica a su poema Mar entonces... Te quiero Abel, en mis sueños, en mis risas, en mi mente, Abel siempre Abel por tu amistad incondicional y por esas manos grandes y fuertes que tanto me obsesionan.
como morir entre dos latidos perdidos….
Quiero acariciar tu cuerpo valeroso, pero la barbarie te reclama, no hay nada dentro de ti
que no sea los lamentos del martirio…
Vives en el dorso de mis manos, acariciando mis cabellos de sirena de talofita, yo solo
soy una pechina vacía, deseosa de encontrar las esporas que desborden mi cuerpo con
brazos serpenteantes de helechos…
Al vaciarse el sol, apareces reclamando tu parte de lluvia, aquella que se convierte en
cieno cuando lanzas el oro entre cara o cruz.
Pides espumas blancas… ¿Qué me das tú?
Solo desprecio entre palabras enredadas.
Sorteo los árboles como la vida misma
Pero nadie quiere llegar al otro lado del bosque.
Todos sabemos lo que eso significa…
Mis ojos abiertos ya no son sinónimo de sorpresa
El silencio te acompaña como un buen compañero
¿Por qué corres? Nadie te está esperando al otro lado
No podemos mover los árboles de sitio
¿Acaso crees que tus manos cuarteadas moverán los troncos más robustos?
Vete, vete entre la negrura, huye a tu mundo de reyes sin corona, dejando a tu paso
perlas a la deriva escupidas directamente del mar.
M.P.G.V.
Dedicado a mi amigo Abel Saldaño, réplica a su poema Mar entonces... Te quiero Abel, en mis sueños, en mis risas, en mi mente, Abel siempre Abel por tu amistad incondicional y por esas manos grandes y fuertes que tanto me obsesionan.