Editorial Alaire

José Manuel Sáiz escribió:COMPRO UNA PRIMAVERA


Igual que la moneda que se invierte
para tiempos escasos de recursos,
así yo, precavido ante el futuro,
contuve mi pasión adolescente.

Monedita que guardo en mí escondida
como lozana flor de primavera,
que en mitad del otoño sólo puedo
regar con el ardor de mi presente.

¡Ay si yo pudiera comprar al menos
la pasión avalada en su momento!
pero mis esperanzas son empeños
que escapan como el agua de una fuente:
el amor que al instante no se bebe
es nimia calderilla por el suelo,
se desprecia el valor de su pasado,
se deja su interés para el recuerdo.

Compro una primavera, ¿quién la vende?
a cambio les entrego mi moneda...
y el tiempo que me queda en el invierno.



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E. R. Aristy escribió:

José Manuel Sáiz escribió:COMPRO UNA PRIMAVERA


Igual que la moneda que se invierte
para tiempos escasos de recursos,
así yo, precavido ante el futuro,
contuve mi pasión adolescente.

Monedita que guardo en mí escondida
como lozana flor de primavera,
que en mitad del otoño sólo puedo
regar con el ardor de mi presente.

¡Ay si yo pudiera comprar al menos
la pasión avalada en su momento!
pero mis esperanzas son empeños
que escapan como el agua de una fuente:
el amor que al instante no se bebe
es nimia calderilla por el suelo,
se desprecia el valor de su pasado,
se deja su interés para el recuerdo.

Compro una primavera, ¿quién la vende?
a cambio les entrego mi moneda...
y el tiempo que me queda en el invierno.



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Standing ovasion, Jose Manuel, me han crecido flores en el pecho al leer este magnifico poema! Bellisimo!

Abrazos,
ERA

Pilar Morte escribió:A gusto te vendería una y mil primaveras si pudiera, aunque creo que tú las guardas en tí sin remedio.
Me gustó el poema, es original y hermoso.
Abrazos
Pilar

José Manuel Sáiz escribió:COMPRO UNA PRIMAVERA


Igual que la moneda que se invierte
para tiempos escasos de recursos,
mismamente pensando en el futuro,
contuve mi pasión adolescente.

Monedita que guardo así escondida
como lozana flor de primavera,
que llegando al otoño la quisiera
regar con el ardor de mi presente.

¡Ay si yo pudiera comprar al menos
la pasión avalada en su momento!
pero mis esperanzas son empeños
que escapan como el agua de una fuente:
el amor que al instante no se bebe
es nimia calderilla por el suelo,
se desprecia el valor de su pasado,
se pierde su interés como recuerdo.

Compro una primavera, ¿quién la vende?
a cambio les entrego mi moneda...
y el tiempo que me queda en el invierno.



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Ignacio mincholed escribió:Encuentro muy dificil conjugar estos elementos que tratas, aparentemente sencillos, para conformar una lírica brillante y que asome la belleza sin flecos ni puntillas. Felicidades.
Un abrazo,
Ignacio