Planes de emergencia para inclemencias temporales
Publicado: Lun, 14 Mar 2011 15:45
PLANES DE EMERGENCIA PARA INCLEMENCIAS TEMPORALES
Después del vendaval y el aguacero,
cuando el sol luce sus brillos en la prestancia del ocaso
regresan las preguntas, las pobres miserias cotidianas
con las que no es posible volver a la esperanza.
Esa noche fue una y todas las noches,
con el viento llegaba tu llamada y mi nombre
escrito en cada página sin letras, sin palabras.
Me hice arcilla en tus manos,
dejé que moldearas mi piel y hasta mi vida,
y quemamos las naves y el mar y las mareas.
Supimos del vértigo sediento del amor a degüello.
Esa noche fue una, y la última noche.
Ya es viernes.
De nuevo se nos llenan las palabras de escarcha.
Por delante otro fin de semana salpicado de olvido,
tareas cotidianas, la compra, las quinielas...
y oculto en el bolsillo, por las dudas, un décimo de lotería,
única esperanza hacia los sueños. "La Libertad".
Esa noche, fue todas y ninguna.
Se apagaron las palabras, las letras no llegaron,
se quedaron en blanco los papeles y nos crecieron selvas de silencio.
El barro se hizo carne y la carne sangre, tu mirada fue niebla
y témpanos de hielo surgieron de tus labios,
mientras, entre los desperdicios y una mueca de asombro,
yo hilvanaba esos "Veinte Poemas De Amor Desesperados"
No sirvieron de nada los planes de emergencia.
Siguieron las mentiras y las inclemencias temporales
alargaban las horas sin puntos cardinales,
quedaron los deshechos, y la cruda certeza de la ausencia.
Por tanto desatino,
Por tanto afirmar, negar y silenciar,
Yo...
... Te Condeno A Vivir
Sin Mí
Y Conmigo.
---
©MAR – Abril 2002 / Poema finalista en un concursito
Después del vendaval y el aguacero,
cuando el sol luce sus brillos en la prestancia del ocaso
regresan las preguntas, las pobres miserias cotidianas
con las que no es posible volver a la esperanza.
Esa noche fue una y todas las noches,
con el viento llegaba tu llamada y mi nombre
escrito en cada página sin letras, sin palabras.
Me hice arcilla en tus manos,
dejé que moldearas mi piel y hasta mi vida,
y quemamos las naves y el mar y las mareas.
Supimos del vértigo sediento del amor a degüello.
Esa noche fue una, y la última noche.
Ya es viernes.
De nuevo se nos llenan las palabras de escarcha.
Por delante otro fin de semana salpicado de olvido,
tareas cotidianas, la compra, las quinielas...
y oculto en el bolsillo, por las dudas, un décimo de lotería,
única esperanza hacia los sueños. "La Libertad".
Esa noche, fue todas y ninguna.
Se apagaron las palabras, las letras no llegaron,
se quedaron en blanco los papeles y nos crecieron selvas de silencio.
El barro se hizo carne y la carne sangre, tu mirada fue niebla
y témpanos de hielo surgieron de tus labios,
mientras, entre los desperdicios y una mueca de asombro,
yo hilvanaba esos "Veinte Poemas De Amor Desesperados"
No sirvieron de nada los planes de emergencia.
Siguieron las mentiras y las inclemencias temporales
alargaban las horas sin puntos cardinales,
quedaron los deshechos, y la cruda certeza de la ausencia.
Por tanto desatino,
Por tanto afirmar, negar y silenciar,
Yo...
... Te Condeno A Vivir
Sin Mí
Y Conmigo.
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©MAR – Abril 2002 / Poema finalista en un concursito