enrique sanmol escribió:No basta el cielo, ni este crepúsculo que todo parece abarcar, ni ese sonido de violoncello más humano que la tragedia de nuestra voz. Nada nos nombra, en realidad nada puede nombrar nada por más que nos empeñemos en interrogar a ese sol ya caído, o a las nubes que persisten y al espacio y al momento y a esta tierra ávida de nosotros, a esta tierra ávida de todo.
Gracias por el poema, Luna y mis excusas por la deriva de este comentario.
No basta el cielo,
ni este crepúsculo que todo parece abarcar,
ni esesonido de violoncello
más humano que la tragedia de nuestra voz.
Nadanos nombra,
en realidad
nada puede nombrar nada
por más que nosempeñemos en interrogar
a ese sol ya caído,
o a las nubes que persisten
y al espacio y al momento
y a esta tierra
ávida de nosotros,
a estatierra ávida de todo.
Las derivas son mutuas, y en este caso las excusas se podrìa decir que tambièn.
En realidad Enrique te lo agradezco, agradezco tu voz poètica y tu gentileza.
Un abrazo para ti, Luna.-