Desde mi habitación
Publicado: Lun, 07 Feb 2011 10:49
Cada mañana el pensamiento de los peces,
una ruta de gárgolas, la cornisa de las estatuas
y un sol dormido entre las faldas del universo.
sin embargo hay luz o acaso un rombo de cristal
en la crisálida de tejas, en el laberinto de la geometría
perfecta.
He visto plantas sin un número y oscuros pájaros
que en diagonales exhiben su plumaje de verbos.
El edificio se vuelve fuste y arcángel y en los dorados
yo encuentro lágrimas de ardor, miserias de abril
o gnomos que han perdido su bocadillo de jueves.
Resulta fácil responder a tus pasos de sal-en mi fila
las rosas se elevan como benditos alguaciles de lo posible.-
Me llama un café, en sus ojos hay sombras vespertinas
de músculo y edad.
Soy joven como una luz que parpadea, soy la herencia
de los vértices antiguos que olvidan el nombre de los suicidios.
Pero en el maquillaje yo atisbo la nuca de los dioses
(he pedido un pan de ríos rojos, para ti, para mi).
¿y la noche infantil, en qué rebumbio los caballos,
cuál fue el ajedrez de los balcones ciegos?
Me espían los cines, la fiebre del hotel y su hambre.
¿llegó el pretérito con sus lunares de seda y sus labios
de hoja?
Eres un cisne húmedo y caliente. En tus serpentinas
veo la luz de un vaso roto. El lápiz de mi memoria.
Tu signo como un oscuro camaleón de piedra.
http://laverdadazul59.blogspot.com/
una ruta de gárgolas, la cornisa de las estatuas
y un sol dormido entre las faldas del universo.
sin embargo hay luz o acaso un rombo de cristal
en la crisálida de tejas, en el laberinto de la geometría
perfecta.
He visto plantas sin un número y oscuros pájaros
que en diagonales exhiben su plumaje de verbos.
El edificio se vuelve fuste y arcángel y en los dorados
yo encuentro lágrimas de ardor, miserias de abril
o gnomos que han perdido su bocadillo de jueves.
Resulta fácil responder a tus pasos de sal-en mi fila
las rosas se elevan como benditos alguaciles de lo posible.-
Me llama un café, en sus ojos hay sombras vespertinas
de músculo y edad.
Soy joven como una luz que parpadea, soy la herencia
de los vértices antiguos que olvidan el nombre de los suicidios.
Pero en el maquillaje yo atisbo la nuca de los dioses
(he pedido un pan de ríos rojos, para ti, para mi).
¿y la noche infantil, en qué rebumbio los caballos,
cuál fue el ajedrez de los balcones ciegos?
Me espían los cines, la fiebre del hotel y su hambre.
¿llegó el pretérito con sus lunares de seda y sus labios
de hoja?
Eres un cisne húmedo y caliente. En tus serpentinas
veo la luz de un vaso roto. El lápiz de mi memoria.
Tu signo como un oscuro camaleón de piedra.
http://laverdadazul59.blogspot.com/