H u m a n i t a s
Publicado: Vie, 04 Feb 2011 16:15
H U M A N I T A S
Dignitas
quien se conozca a sí mismo empezará a sentir que hay algo divino en él; pensará que su espíritu es una imagen consagrada en el templo de su cuerpo; sus obras y sentimientos serán dignos de un tal don de la divinidad; y una vez que se haya estudiado y visto a fondo, comprenderá qué bien provisto por la naturaleza vino él al mundo, y de cuántos medios dispone para alcanzar y apropiarse de la sabiduría, ya que, después de empezar por tener en su inteligencia unos conceptos como difuminados de todas las cosas, se percata de que, con la guía luminosa de la sabiduría, llegará a ser un hombre de bien, y, por ello mismo, dichoso”
[49]
. Todo lo cual le lleva a concluir que el hombre es lo más perfecto de toda la naturaleza creada, es decir que “fue engendrado por el altísimo dios con una condición verdaderamente privilegiada”.
Cicerón
LAS iSLAS
Emociones,
estados de alumbramiento en las oscuras aguas del mar fecundo.
Extrapolables mundos y subreinos donde el alma emigra hecha polvo en la marea del viento.
Amasijo de lenguas y pies,
inaccessible al tacto de la tarde irisada,
negado a oír el alarido,
el raer desgarrador de la noche que arrostra su exordio a fingidos dioses.
Desposeído, caes conmigo al paroxismo brutal del sufrido expolio.
Prima grávida expresión,
en la entraña de la bestia,
tu corazón de éter,
tu inmarcersible flor se desolla,
y quema el pecho;
yermo muerto,
incultivado,
te vas a ser otra isla entre las aguas heladas de ríos invertebrados,
otro universo de cal.[/b]
ISTMO
Nacer no es suficiente.
En los espacios,
entre las brechas de rocas crecientes,
se desliza el viaje.
Pájaro que en tu pico trae la rama idónea,
en la jaula del pajarero, te arrancas - neurótico - las alas.
Pero, ¿cuándo, en qué momento se abrieron los cráteres,
la boca inanimada del precipicio?
¿ Con qué atrezzo subiras del abisal suspiro de las horas?[/b]
«avE y nadA»
Nada te sujeta dentro de las soledades que auspician tu viaje axial de intermitencias.
Naces para fallecer en cada mirada que anula del alma su existencia,
para vivir por siempre en cada flor que ignora su belleza.
En cada pared de cartílago que se erige para guardar la médula,
reclina la tarde su desconsolado asombro;
ver la muerte emboscar la cerviz,
darnos a luz, envueltos de sombras.
E. R. Aristy
Dignitas
quien se conozca a sí mismo empezará a sentir que hay algo divino en él; pensará que su espíritu es una imagen consagrada en el templo de su cuerpo; sus obras y sentimientos serán dignos de un tal don de la divinidad; y una vez que se haya estudiado y visto a fondo, comprenderá qué bien provisto por la naturaleza vino él al mundo, y de cuántos medios dispone para alcanzar y apropiarse de la sabiduría, ya que, después de empezar por tener en su inteligencia unos conceptos como difuminados de todas las cosas, se percata de que, con la guía luminosa de la sabiduría, llegará a ser un hombre de bien, y, por ello mismo, dichoso”
[49]
. Todo lo cual le lleva a concluir que el hombre es lo más perfecto de toda la naturaleza creada, es decir que “fue engendrado por el altísimo dios con una condición verdaderamente privilegiada”.
Cicerón
LAS iSLAS
Emociones,
estados de alumbramiento en las oscuras aguas del mar fecundo.
Extrapolables mundos y subreinos donde el alma emigra hecha polvo en la marea del viento.
Amasijo de lenguas y pies,
inaccessible al tacto de la tarde irisada,
negado a oír el alarido,
el raer desgarrador de la noche que arrostra su exordio a fingidos dioses.
Desposeído, caes conmigo al paroxismo brutal del sufrido expolio.
Prima grávida expresión,
en la entraña de la bestia,
tu corazón de éter,
tu inmarcersible flor se desolla,
y quema el pecho;
yermo muerto,
incultivado,
te vas a ser otra isla entre las aguas heladas de ríos invertebrados,
otro universo de cal.[/b]
ISTMO
Nacer no es suficiente.
En los espacios,
entre las brechas de rocas crecientes,
se desliza el viaje.
Pájaro que en tu pico trae la rama idónea,
en la jaula del pajarero, te arrancas - neurótico - las alas.
Pero, ¿cuándo, en qué momento se abrieron los cráteres,
la boca inanimada del precipicio?
¿ Con qué atrezzo subiras del abisal suspiro de las horas?[/b]
«avE y nadA»
Nada te sujeta dentro de las soledades que auspician tu viaje axial de intermitencias.
Naces para fallecer en cada mirada que anula del alma su existencia,
para vivir por siempre en cada flor que ignora su belleza.
En cada pared de cartílago que se erige para guardar la médula,
reclina la tarde su desconsolado asombro;
ver la muerte emboscar la cerviz,
darnos a luz, envueltos de sombras.
E. R. Aristy