Mécanica de Venus
Publicado: Sab, 23 Feb 2008 19:59
Mécanica de Venus
I
Tanto amor no se nace de espadas,
no se hace de independencia,
no es amorosamente democrático,
no es burgués o monarca,
anacrónico o de tiempo rodante, no,
se ordena por Alfa u Omega,
por constelaciones de besos que van a arroparte
cuando la hora se amanece
y lo eterno te nombra.
Hablo de la dicha enorme de una boca
con su escuadrón de palabras en vilo de mis labios,
que comienza por lo conocido,
llámese mujer sencillamente,
y termina por el mas lúcido sueño de una perpetua y extraña muerte.
Yo, Alejandro,
me lo condeno con todas las letras de mi verso;
esta orquídea tanto me abate,
serás hermosa,
el arte de imagen,
forma de los días.
II
Todavía asisto al funeral de la noche,
la encrucijada de los delirios que,
por mala ventura,
se ahogaron en tus cabellos
para dar raíz a las lágrimas.
Sol de renadíos,
no hay que extrañar las calles inmemoriales de los recuerdos,
los ecos que voz a voz sin vos te cantaron,
la glacial continuidad de la vida en tu vasto pecho de imperios destruidos,
corazón que sin latir conoce la sangre
y el silencio de los mundos
al dormir un casto amor de una nostalgia.
No necesito de un intempestivo invierno
eclipsado de soledades
para gritarte al universo el poderío de tu nombre,
belleza de menester martirio,
relámpago de viejas ternuras.
III
Todo nadie es una acuarela a tu paisaje de ojos encendidos,
de mañanas al alba de tus piernas.
Sacrilegio enternecido por las maravillas de un Parnaso
a la arquitectura ancestral de tu cuerpo.
Todo rumor al viento
es tu acento de voz en triste río,
aquel que nunca a mis oídos despertaron
por vivir en el ensueño de tu melódica constante,
de tu indivisible forma en un vendaval de ilusiones
ya conocidas, ya muertas y vueltas a nacer;
campanario sonoro a un bálsamo de sombras.
Toda aroma es la Paris de tus asentamientos,
la brisa marina de las olas de tu cuerpo dándose al mío,
el perfume embriagador de una Circe tiránica
sin corsé para un alma de sutil respiro y dulzura innegable.
Suspiros de mi piel,
brasa invisible que me consume a la luz de los desamparados.
Todo amor es la eternidad de un sueño,
la huida hermosa de la realidad que nos sostiene de ser amados
de tanto amar el amor que se confiesa a un amarte de ocaso,
antes que el mismo amor
esta la pureza del amante que en tu propio amor muere
murmurando por silencios: Te amo.
IV
Augusta candidez de un poema imaginado,
abandono que de morirse renace preso de un delirio,
de un ciego encanto.
Sujeto me tiene un estacionario sentimiento,
arte de erizarme,
de hacer danzar los astros por cinco puntas
a la espera de un vestigio maravilloso e innombrable de tu forma.
Intemporal a ti,
con una memoria despreciable e ingenua
voy detrás de Amor,
irreversible ceniza de lo ya sucedido,
querella de silabas de una sola palabra que,
yo, Alejandro, me bautizo a declarártela
para una tormenta que devasta la Muerte…
Tanto que me es Amor, amor mío…
Jorge Alejandro Von Düben ^^
I
Tanto amor no se nace de espadas,
no se hace de independencia,
no es amorosamente democrático,
no es burgués o monarca,
anacrónico o de tiempo rodante, no,
se ordena por Alfa u Omega,
por constelaciones de besos que van a arroparte
cuando la hora se amanece
y lo eterno te nombra.
Hablo de la dicha enorme de una boca
con su escuadrón de palabras en vilo de mis labios,
que comienza por lo conocido,
llámese mujer sencillamente,
y termina por el mas lúcido sueño de una perpetua y extraña muerte.
Yo, Alejandro,
me lo condeno con todas las letras de mi verso;
esta orquídea tanto me abate,
serás hermosa,
el arte de imagen,
forma de los días.
II
Todavía asisto al funeral de la noche,
la encrucijada de los delirios que,
por mala ventura,
se ahogaron en tus cabellos
para dar raíz a las lágrimas.
Sol de renadíos,
no hay que extrañar las calles inmemoriales de los recuerdos,
los ecos que voz a voz sin vos te cantaron,
la glacial continuidad de la vida en tu vasto pecho de imperios destruidos,
corazón que sin latir conoce la sangre
y el silencio de los mundos
al dormir un casto amor de una nostalgia.
No necesito de un intempestivo invierno
eclipsado de soledades
para gritarte al universo el poderío de tu nombre,
belleza de menester martirio,
relámpago de viejas ternuras.
III
Todo nadie es una acuarela a tu paisaje de ojos encendidos,
de mañanas al alba de tus piernas.
Sacrilegio enternecido por las maravillas de un Parnaso
a la arquitectura ancestral de tu cuerpo.
Todo rumor al viento
es tu acento de voz en triste río,
aquel que nunca a mis oídos despertaron
por vivir en el ensueño de tu melódica constante,
de tu indivisible forma en un vendaval de ilusiones
ya conocidas, ya muertas y vueltas a nacer;
campanario sonoro a un bálsamo de sombras.
Toda aroma es la Paris de tus asentamientos,
la brisa marina de las olas de tu cuerpo dándose al mío,
el perfume embriagador de una Circe tiránica
sin corsé para un alma de sutil respiro y dulzura innegable.
Suspiros de mi piel,
brasa invisible que me consume a la luz de los desamparados.
Todo amor es la eternidad de un sueño,
la huida hermosa de la realidad que nos sostiene de ser amados
de tanto amar el amor que se confiesa a un amarte de ocaso,
antes que el mismo amor
esta la pureza del amante que en tu propio amor muere
murmurando por silencios: Te amo.
IV
Augusta candidez de un poema imaginado,
abandono que de morirse renace preso de un delirio,
de un ciego encanto.
Sujeto me tiene un estacionario sentimiento,
arte de erizarme,
de hacer danzar los astros por cinco puntas
a la espera de un vestigio maravilloso e innombrable de tu forma.
Intemporal a ti,
con una memoria despreciable e ingenua
voy detrás de Amor,
irreversible ceniza de lo ya sucedido,
querella de silabas de una sola palabra que,
yo, Alejandro, me bautizo a declarártela
para una tormenta que devasta la Muerte…
Tanto que me es Amor, amor mío…
Jorge Alejandro Von Düben ^^