Editorial Alaire

NADVILLE EN LA MEMORIA

Estaba yo en Nadville considerando
del hombre y la mujer sus circunstancias:
el vientre henchido de un dolor muy viejo,
la terca obstinación con que se abren
caminos imposibles en las nubes,
el gélido temblor que mortifica
cada momento de la dicha y clava
rejones en el lomo a la alegría.

Estaba yo en Nadville dándole hilo
a la cometa de un papel muy frágil:
buscar una casita solariega
con vistas hacia un mar embravecido
donde espuma y rumor se dan la mano,
el árbol cede su resina y deja
un aroma que cala hasta los huesos
y allí se aloja desprendiendo vida.

Estaba yo en Nadville poniendo a prueba
el temple y la ilusión de ser felices
sólo mirando al sol cuando se pone
y deja atrás tantísimos recuerdos.
Sólo meciendo el cuerpo con ternura,
arando expectativas de un futuro
que hemos pactado para muy, muy tarde
y hemos trucado para hallar la risa.

Estaba yo en Nadville muerto de miedo,
esa forma benigna de la muerte
en la que su concepto está al alcance
y cabe respirar y haciendo un gesto
volver indemne a la corriente mansa,
hacer una túnel con las despedidas,
ponerle un traje a tanto pena y duelo,
zarpar de nuevo con la suave brisa.

jose junco escribió:NADVILLE EN LA MEMORIA<xml><o></o>
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Estaba yo en Nadville considerando
del hombre y la mujer sus circunstancias:
el vientre henchido de un dolor muy viejo,
la terca obstinación con que se abren
caminos imposibles en las nubes,
el gélido temblor que mortifica
cada momento de la dicha y clava
rejones en el lomo a la alegría.
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Estaba yo en Nadville dándole hilo
a la cometa de un papel muy frágil:
buscar una casita solariega
con vistas hacia un mar embravecido
donde espuma y rumor se dan la mano,
el árbol cede su resina y deja
un aroma que cala hasta los huesos
y allí se aloja desprendiendo vida.
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Estaba yo en Nadville poniendo a prueba
el temple y la ilusión de ser felices
sólo mirando al sol cuando se pone
y deja atrás tantísimos recuerdos.
Sólo meciendo el cuerpo con ternura,
arando expectativas de un futuro
que hemos pactado para muy, muy tarde
y hemos trucado para hallar la risa.
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Estaba yo en Nadville muerto de miedo,
esa forma benigna de la muerte
en la que su concepto está al alcance
y cabe respirar y haciendo un gesto
volver indemne a la corriente mansa,
hacer una túnel con las despedidas,
ponerle un traje a tanto pena y duelo,
zarpar de nuevo con la suave brisa.
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Josè, el poema todo, y especialmente esa ùltima estrofa, casi podrìa decir un poema en sì misma, me ha encantado, por còmo describe suavemente los avatares del vivir, las ilusiones, los miedos. Recibe un afectuoso saludo, Luna.-

Me encantó todo el conjunto José, pero al igual que Luna, la última estrofa me llegó especialmente.

Un abrazo.

Coincido con los que me preceden en el comentario y te alabo tambien el ritmo que imprimes a todo el poema. Un acierto.
Un abrazo.
Pepa

Gracias Luna, Israel y Josefa por vuestros comentarios. Salud.Pepe Junco

Hola Pepe.
Unos bellos endecasílabos para un poema que arrastra con su ritmo en la lectura.

Todo un recorrido por la vida y sus avatares, amigo mío.
Me encantó leerte. Abrazos.
Mario.

Y volver a empezar, siempre. Me han gustado tus versos
Abrazos
Pilar

Gracias Mario y Pilar por vuestro generoso comentario.Salud.Pepe Junco

jose junco escribió:NADVILLE EN LA MEMORIA

Estaba yo en Nadville considerando
del hombre y la mujer sus circunstancias:
el vientre henchido de un dolor muy viejo,
la terca obstinación con que se abren
caminos imposibles en las nubes,
el gélido temblor que mortifica
cada momento de la dicha y clava
rejones en el lomo a la alegría.

Estaba yo en Nadville dándole hilo
a la cometa de un papel muy frágil:
buscar una casita solariega
con vistas hacia un mar embravecido
donde espuma y rumor se dan la mano,
el árbol cede su resina y deja
un aroma que cala hasta los huesos
y allí se aloja desprendiendo vida.

Estaba yo en Nadville poniendo a prueba
el temple y la ilusión de ser felices
sólo mirando al sol cuando se pone
y deja atrás tantísimos recuerdos.
Sólo meciendo el cuerpo con ternura,
arando expectativas de un futuro
que hemos pactado para muy, muy tarde
y hemos trucado para hallar la risa.

Estaba yo en Nadville muerto de miedo,
esa forma benigna de la muerte
en la que su concepto está al alcance
y cabe respirar y haciendo un gesto
volver indemne a la corriente mansa,
hacer una túnel con las despedidas,
ponerle un traje a tanto pena y duelo,
zarpar de nuevo con la suave brisa.

Maravilloso poema que describe un tiempo aparte, un recreo, un descanso quiza. Un tiempo que sabes decribir y que nos transporta a ese punto de la meditacion automatica, donde se esclarece todo en suspenso. Un tiempo aparte de resolver emociones de despedidas, En el mismo comienzo del final y sin embargo remoto, fuera de todo lo demas. Jose, me ha maravillado tu poema.
ERA

Gracias ERA por tus comentarios tan acordes con mis pretensiones previas a la escritura del poema.Un beso.Pepe Junco

Poema muy bello, escrito con maestría, un gusto leerte, José.
Un saludo.

Gracias Andrés por recorrer estos versos. Un abrazo.Pepe Junco

[quote="jose junco"]NADVILLE EN LA MEMORIA

Precioso poema, Pepe, proyectos de futuro, repaso de una vida y todo perfectamente sintetizado en hermosos versos.
Un abrazo.

Te agradezco tu comentario.Un beso.Pepe Junco

Estupendos versos endecasílabos, me han gustado mucho, José. Un aplauso y mis saludos.