Editorial Alaire

¿Por qué el episodio de la luz? ¿en qué senectud
se decidió el vientre? Mi fortaleza es mi duda,
en el camino yo busco anfibios con tenaces garras
de futuro. El león se asombra, es joven como un niño
de agua, sus colmillos me rozan y yo agrieto sus fauces
con temor y misterio. Algo me puede, en esta tierra
árida los árboles se acuestan como un don o una
renuncia. He visto acantos en los ojos de la miel.
Me sacio con la dulzura de la palabra, apenas
entretejida en los labios del círculo. En mis manos
el corazón late como si fuera raíz o penúltima hoja.
Ella es una mujer de piel sabia, cuando se acerca su luz
se abren los acertijos(la fortaleza o la lágrima, el néctar
o el mísero canto de la sed). Un ropaje- túnicas de lino,
camisas como jubones o miedo- me enmaraña
sin que yo conozca el crisol. ¡qué dolor cuando
las puertas de la traición me miran¡. Más allá,
en el desierto de los hombres hay bucles de oscuro,
sueños de arrebato y furor. Ellos me piden la siesta,
el rincón de la bondad y en su impío gesto un cáñamo
reluce en mis muñecas de niño. ¿por qué es tan fácil
habitar el dolor si basta la llave secreta, el animal,
su despojo para herir la misericordia? Primero engendré
el fuego sobre sus campos de oro, más tarde depuse
mi balanza que ejerció de espada y de luz. Nadie
es tan frágil como una mujer que no ama los espejos.
Su nombre huele a lienzo inmortal, sus caderas revientan
el seno de los planetas. Yo la amé como si no tuviera
brazos rojos y siempre supe de su hastío y su azul
melancolía. En las afiladas columnas de su ser encuentro
el sentido, la fe y el amargo sabor de la venganza.


http://laverdadazul59.blogspot.com/

Tremendo poeta! tremendos versos, un clima mitologico verdaderamente impresionante, amgio un placer leerte
javier

Fantástico, Ramón; lo que, por habitual, no deja de sorprender. Enhorabuena.
Salud

Poema profundo, muy sentido y culto. Enhorabuena.

Disfrutando, aprendiendo...excelencia.
Abrazos.

Admiro tu libertad, Ramon, tu prolifica y maravillosa pluma vierte sobre el papel y sobre nuestra imaginacion una cosmogonia personal, cada vez mas distintiva.

Abrazos,
ERA

javierdicenzo80 escribió:Tremendo poeta! tremendos versos, un clima mitologico verdaderamente impresionante, amgio un placer leerte
javier

Gracias por tus generosas palabras, Javier. Un abrazo.

Ramón, me entusiasman estos poemas-monólogo sobre personajes de la mitología o la leyenda. Hace poco leí tu "Minotauro" y ahora éste, y de verdad que vuelan a una elevadísima altura.

Tremendo, como dice Javier usando una palabra que aquí cobra todo su sentido.

Un fuerte abrazo.

He disfrutado plenamente de este poema Ramón. Te lo agradezco.

Un abrazo.

Julio González Alonso escribió:Fantástico, Ramón; lo que, por habitual, no deja de sorprender. Enhorabuena.
Salud

Gracias, Julio, por tus generosas palabras. Te mando un fuerte abrazo.

Ramón Carballal escribió:

¿Por qué el episodio de la luz? ¿en qué senectud
se decidió el vientre? Mi fortaleza es mi duda,
en el camino yo busco anfibios con tenaces garras
de futuro. El león se asombra, es joven como un niño
de agua, sus colmillos me rozan y yo agrieto sus fauces
con temor y misterio. Algo me puede, en esta tierra
árida los árboles se acuestan como un don o una
renuncia. He visto acantos en los ojos de la miel.
Me sacio con la dulzura de la palabra, apenas
entretejida en los labios del círculo. En mis manos
el corazón late como si fuera raíz o penúltima hoja.
Ella es una mujer de piel sabia, cuando se acerca su luz
se abren los acertijos(la fortaleza o la lágrima, el néctar
o el mísero canto de la sed). Un ropaje- túnicas de lino,
camisas como jubones o miedo- me enmaraña
sin que yo conozca el crisol. ¡qué dolor cuando
las puertas de la traición me miran¡. Más allá,
en el desierto de los hombres hay bucles de oscuro,
sueños de arrebato y furor. Ellos me piden la siesta,
el rincón de la bondad y en su impío gesto un cáñamo
reluce en mis muñecas de niño. ¿por qué es tan fácil
habitar el dolor si basta la llave secreta, el animal,
su despojo para herir la misericordia? Primero engendré
el fuego sobre sus campos de oro, más tarde depuse
mi balanza que ejerció de espada y de luz. Nadie
es tan frágil como una mujer que no ama los espejos.
Su nombre huele a lienzo inmortal, sus caderas revientan
el seno de los planetas. Yo la amé como si no tuviera
brazos rojos y siempre supe de su hastío y su azul
melancolía. En las afiladas columnas de su ser encuentro
el sentido, la fe y el amargo sabor de la venganza.


http://laverdadazul59.blogspot.com/

Versos fantásticos, como siempre. Sin embargo veo desconexión entre unos y otros, puede que sea yo, y otros son sublimes.
Es un placer leerte.

Nada tan indefenso como un hombre invencible atado por las trenzas de seda de una mujer. Tu poema estremece.
Un abrazo.
Pepa

Marisa Peral escribió:

Ramón Carballal escribió:

¿Por qué el episodio de la luz? ¿en qué senectud
se decidió el vientre? Mi fortaleza es mi duda,
en el camino yo busco anfibios con tenaces garras
de futuro. El león se asombra, es joven como un niño
de agua, sus colmillos me rozan y yo agrieto sus fauces
con temor y misterio. Algo me puede, en esta tierra
árida los árboles se acuestan como un don o una
renuncia. He visto acantos en los ojos de la miel.
Me sacio con la dulzura de la palabra, apenas
entretejida en los labios del círculo. En mis manos
el corazón late como si fuera raíz o penúltima hoja.
Ella es una mujer de piel sabia, cuando se acerca su luz
se abren los acertijos(la fortaleza o la lágrima, el néctar
o el mísero canto de la sed). Un ropaje- túnicas de lino,
camisas como jubones o miedo- me enmaraña
sin que yo conozca el crisol. ¡qué dolor cuando
las puertas de la traición me miran¡. Más allá,
en el desierto de los hombres hay bucles de oscuro,
sueños de arrebato y furor. Ellos me piden la siesta,
el rincón de la bondad y en su impío gesto un cáñamo
reluce en mis muñecas de niño. ¿por qué es tan fácil
habitar el dolor si basta la llave secreta, el animal,
su despojo para herir la misericordia? Primero engendré
el fuego sobre sus campos de oro, más tarde depuse
mi balanza que ejerció de espada y de luz. Nadie
es tan frágil como una mujer que no ama los espejos.
Su nombre huele a lienzo inmortal, sus caderas revientan
el seno de los planetas. Yo la amé como si no tuviera
brazos rojos y siempre supe de su hastío y su azul
melancolía. En las afiladas columnas de su ser encuentro
el sentido, la fe y el amargo sabor de la venganza.


http://laverdadazul59.blogspot.com/

Versos fantásticos, como siempre. Sin embargo veo desconexión entre unos y otros, puede que sea yo, y otros son sublimes.
Es un placer leerte.

Me extraña que te parezca que hay desconexión entre los versos. El poema tiene muchos defectos pero no creo que sea ese uno de ellos. Agradezco tu lectura. Un saludo.

Como siempre, magníficos versos para detenerse y deleitarse
Abrazos
Pilar

Marta Núñez escribió:Poema profundo, muy sentido y culto. Enhorabuena.

Gracias, Marta, me alegra que te guste el poema. Un abrazo.