El encabalgamiento en el verso

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Moderador: Rafel Calle

Gabriel Socías
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El encabalgamiento en el verso

Mensaje sin leer por Gabriel Socías »

Estimado Rafel, le agradecería que hablara de su teoría del encabalgamiento en los versos, no acabo de entenderla, pero la considero muy interesante.
Agradecido y con un saludo cordial.
Gabriel Socías.
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Rafel Calle
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El encabalgamiento en el verso

Mensaje sin leer por Rafel Calle »

El problema del encabalgamiento es la pausa versal.

La pausa versal es absolutamente fundamental en el poema en verso; así mismo, en el poema en verso también existe otra detención que se llama pausa interior, con lo cual tendremos que esas dos pausas -versal e interior- , que son siempre y en todo caso absolutamente imprescindibles, hacen del poema en verso un lenguaje que es diferente a cualquier otra forma rítmica del lenguaje, incluido el poema en prosa poética.

¿Me opongo al encabalgamiento? Rotundamente, no.
No me opongo a ninguna clase de encabalgamiento, siempre y cuando permita hacer las pausas que se requieren de un poema en verso.
Como es obvio, un poema en verso, al margen de las pausas versal e interior, se lee igual que un texto cualquiera, porque un texto cualquiera también será una forma de lenguaje rítmico, podría ser primario pero sería rítmico, así que la única diferencia al leer o recitar un poema en verso, frente a todo tipo de lenguaje, es que, además de las detenciones por signos de puntuación y cesuras por cambio de sentido que son inherentes a la lectura de cualquier texto, también tenemos que respetar las pausas interior, en los versos compuestos, y versal en todos los tipos de versos.
De ahí que el poema en prosa poética no respete las pausas del verso, sencillamente, porque no son versos, pero sigue siendo un poema.

Hablemos del encabalgamiento léxico, del cual Quevedo decía más o menos que se trataba de una baratija poética. Se oponía con rudeza a ese tipo de encabalgamiento que consiste en partir una palabra al final del verso para continuar con la otra parte de la palabra en el siguiente verso.
Yo no me opongo. Y no me opongo al encabalgamiento léxico, siempre y cuando permita la pausa versal y además acabe, aunque sea figuradamente, el sentido del conjunto sintáctico de cada verso. Ese detalle, que parece insignificante -hablar de pausas, como una cuestión básica en la estructura de los versos, no parece tan importante-, es fundamental en todos los órdenes del poema, incluso en su estética semántica. Usualmente el encabalgamiento léxico se hace con una palabra compuesta, así que la primera parte de la palabra encabalgante, tiene que tener un sentido, por sí sola, con el resto del verso del cual forma parte, y pasará lo mismo que en la parte de la palabra encabalgada y con el verso que forma. Como es natural, hacer eso es bastante complicado pero es posible.
Por ejemplo:
Palabra, la hermosura fuerte
mente acechante de tu alma.

En este caso, como puede ser alguno de Fray Luis de León, admito ese tipo de encabalgamiento -aunque nunca me parezca aconsejable-, porque, al hacer la pausa versal, los dos versos, aunque figuradamente, se pueden mantener sintácticamente por sí solos, es decir, no necesitan del verso siguiente para conseguir ser una unidad sintáctica. Por lo demás, es un recurso que no pienso utilizar pero por ahora me lo callaré (no me gusta decir, “de esta agua no beberé”) por si acaso.

Ahora, hablemos del encabalgamiento sintáctico de cuyo procedimiento se han preocupado Navarro Tomás, Bousoño, Belic, Domínguez Caparrós y tantos otros.
Todos están de acuerdo en que el encabalgamiento sintáctico supone un rompimiento del verso; dentro de la estrofa, es un procedimiento traumático reconocido por todos.
Estoy de acuerdo con la apreciación de tan eminentes teóricos respecto al trauma que comentan, porque, el encabalgamiento sintáctico al que se refieren, rompe el signo de identidad del verso: la pausa versal.
TAN FÁCIL COMO BLINDARLA. YO BLINDO LA PAUSA VERSAL. ES IRROMPIBLE. SIEMPRE Y EN TODO CASO.
A diferencia de los teóricos nombrados que, a pesar de que admiten encabalgamiento&rompimiento, no se oponen claramente a ese tipo de licencias que también conllevan romper la pausa versal.

A partir de ahí, ¿me opongo al encabalgamiento sintáctico? No. Rotundamente, no.
No me opongo siempre y cuando ese encabalgamiento admita la pausa versal y que cada uno de los versos, encabalgante y encabalgado, a pesar de la detención obligada, tengan vida propia, constituyan un poema en sí mismos, y, sin embargo, el significado real y total se halle en los dos versos. El verso es una unidad del poema, la pausa versal se encarga de que sea así. Un verso, una unidad para eslabonar la cadena del poema. Todos los versos son eslabones, lo que pasa es que no tienen por qué ser todos iguales, el tipo de verso lo marca la pausa versal, de pausa versal a pausa versal está la disposición de palabras que dan nombre a cada verso cuando este se traduce por el número de sílabas que contiene. Todos los versos se llaman el número de sílabas que tienen, salvo el alejandrino.
Ejemplo de versos bien encabalgados:
“en el camino yo busco anfibios con tenaces garras
de futuro. El león se asombra, es joven como un niño
de agua, sus colmillos me rozan y yo agrieto sus fauces…”
Ramón Carballal, La traición de Dalila.

“Tenía barro en la mirada,
y su densa humedad
acababa por delatar aquellos ojos grandes”
J. J. M. Ferreiro, Miedo.

“Si es un sueño no quiero que nada me despierte
-decías con El ángel que nos mira en la mano
y corriendo bajo la lluvia-…”
Benjamín Prado, 4 de octubre en Landmark Hotel



Ejemplo de versos que tal y como se encabalgan hacen del poema una forma de prosa poética:
“…En sus manos el adobe
es un músculo y las margaritas un altar de
hierbabuena y almíbar. Se arrodilló con el
vientre lánguido, en sus venas los astros refulgen…”
Ramón Carballal, Como si fuera San Francisco de Asís.

“…de chocolate con 13 coloreadas colombinas en la
cima
suficiente por demás para un ex-católico
y un admirador de los calientes y jóvenes y
no usados ya más
afligidos culos de las mejicanas.”
Charles Bukowski, Cálidas nalgas.

“¿estará bien darnos todos al todo/sin
ser parte de nada/ni siquiera del vuelo que

te lleva?/¿piensan hermanas y hermanos”
Juan Gelman, Comentario I.

Ejemplos de encabalgamientos que no son más que un tributo a la rima y/o a la métrica y que por lo tanto no son en absoluto recomendables. En estos casos no se puede hablar de que se convierten en prosa poética porque suelen ser combinaciones de versos monométricos, luego, diremos que son encabalgamientos poco afortunados por la sencilla razón de que no han podido pasar el corte del metro y/o de la rima, si no es recitando un verso junto a una parte o la totalidad del que sigue, de lo cual se deduce que la combinación que tan bien habían planificado, a la hora del recitado, se les va al garete.
“…refrena el pressuroso passo, (en tanto)
que de mi dolor grave el largo llanto
a abrir comiença esta honda vena;”
Fernando de Herrera, ¿Dó vas? ¿dó vas, crüel, dó vas?; refrena...

“Pero tanto sofoco en el (vacío)
cesará. Gozaré de apariciones
que atajarán el vergonzante empeño

de henchir tu ausencia con mi desvarío.
¡Realidad, realidad, no me abandones…”
Jorge Guillén, El hondo sueño.

“Mis ojos, sin tus ojos, no son ojos,
que son dos hormigueros solitarios,
y son mis manos sin las tuyas (varios)
intratables espinos a manojos.”
Miguel Hernández, Mis ojos, sin tus ojos, no son ojos…

En definitiva, los encabalgamientos léxico o sintáctico y sus distintas variedades, que no permitan la pausa versal, los desapruebo tanto como cualquier otra licencia métrica, como pueden ser la sinalefa entre signos de puntuación, el propio encabalgamiento en el interior del verso coincidiendo con cualquier detención, el hipérbaton como panacea para la cuadratura silábica y/o la rima, y todas las demás licencias métricas.
En el verso multimétrico (verso llamado libre), hablando de encabalgamientos, aún los desapruebo más porque, cuando no admiten la pausa versal, las combinaciones dejan de ser versales en beneficio de la prosa poética. Dicho esto, me parece espléndido que en las combinaciones que no están sujetas a un metro determinado, se aprovechen las figuras retóricas, tales como el encabalgamiento, pero este deberá ser cualitativamente correcto.
Y he dicho aprovechar las figuas retóricas, porque, en el verso multimetrico (libre) al no existir cuadraturas silábicas ni rimas, el encabalgamiento, hipérbaton, etc., de licencias métricas pasan a convertirse en recursos retóricos plenipotenciarios. Esa es la gran diferencia y no solo en el verso multimétrico, sino en todo tipo de combinaciones versales.
En contra de su propio significado, yo digo que el encabalgamiento no tiene por qué suponer un rompimiento, en beneficio de una figura retórica más, es decir, como un recurso que emplea el autor para embellecer lo que quiere expresar; y no para cuadrar el número de sílabas de un verso. No es un apaño, es un procedimiento versal, como cualquier otro.

Por otro lado, también me parece espléndido que se escriba un poema sin ninguna restricción, pero, tendremos que tener muy claro que ese poema se convertirá en un poema en prosa poética. Lo dicho no es baladí porque parte de la base de que el verso multimétrico o libre, no es el hermano feo de los demás versos, sino un verso exactamente igual que los otros.
Muchos creen que se puede hacer lo que se quiera en las combinaciones que no están sujetas a una combinación urdida de antemano, pero no es así. Todos los versos son iguales y están sujetos a las mismas reglas. Lo que cambia es la combinación que hacemos con ellos y entre ellos.
Lo dicho, si no hay reglas versales, naturalmente aparece la prosa poética que es una forma rítmica del lenguaje con el mismo tratamiento que cualquier poema, excentuando las pausas versal e interior.

Por cierto, en contra de Quevedo, que decía que el hipérbaton es un recurso de bajura, yo digo que también se puede utilizar siempre y cuando haya una razón cualitativa y no una imposición cuantitativa.

Termino diciendo que, en poesía, la excepción de las reglas se llama genialidad.
De todo lo dicho, no hay nada que sirva ante aquello que traspasa lo que se puede ver.
Ha sido un placer. Seguiremos, compañero.
Un cordial abrazo.
Hernán Correa
Mensajes: 92
Registrado: Vie, 15 Jul 2011 12:01

Mensaje sin leer por Hernán Correa »

Excelente análisis. Opuesto a las teorías de versificación clásicas, sale usted airoso del lance.Lo felicito, Rafel, con un cordial saludo.
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