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ZURI (revisado)

Publicado: Vie, 28 Ene 2011 17:56
por José Manuel Sáiz
Este poema ha sido modificado

Publicado: Vie, 28 Ene 2011 18:06
por Josefa A. Sánchez
No se si todos, en alguna medida, somos como ese perro, tan acostumbrados a nuestra cadena que no sabemos ir más allá del territorio que nos marca y que, muchas veces es el territorio de nuestra felicidad. Magnifico tu poema, tu mirada poética y tu dimensión humana. Me congratulo de llevarme este cero, amigo mio.
Un abrazo.
Pepa

Publicado: Vie, 28 Ene 2011 18:09
por Gabriela Cobian
José Manuel, por un momento he sentido deseos de llorar, amo a los perros y no concibo que se tenga uno y se le maltrate, se le prive de su libertad al punto en que ya no la busca, se acostumbra a la rutina, a lo acostumbrado, aplaudo lo que haces por él, es un gesto noble y eso te hace grande. Me ha gustado muchísimo, aunque senti al leerlo un nudo en el estómago.
Abrazos
Gabriela

re: ZURI (revisado)

Publicado: Vie, 28 Ene 2011 19:55
por Pilar Morte
Ya lo había leído y me encantó entonces. Hoy al releerlo me ha parecido tan bello como entonces. Subrayo lo dicho por mis compañeras
Abrazos
Pilar

Re: ZURI (revisado)

Publicado: Vie, 28 Ene 2011 23:45
por Gabriel Vidal
José Manuel Sáiz escribió:ZURI


Le llamo Zuri. Pero en realidad
no sé su nombre.

Zuri es un perro blanco, delgado;
de raza indeterminada.

Desde que me mudé a mi nueva casa -de esto hace ya
casi un año- siempre le vi atado a una cadena (día y noche
atado a una cadena; en invierno y verano, atado a una cadena;
de lunes a domingo, atado a su cadena).

Zuri no ladra.
Zuri sólo alcanza a ver un prado, la ruina de un Land Rover
y la puerta de mi casa.

Cada mañana, al ir a mi trabajo,
acostumbro a darle un par de bocaditos
que tanto gustan a los perros.
Pienso que es el único momento del día
en que ese perro muestra
un poco de felicidad.

Ayer le encontré tumbado, como siempre;
pero en un lugar distinto al de costumbre.
Al verme, se acercó a mí, estaba libre;
se había roto la cadena. Ahora podría –pensé-
ir libremente donde quisiera. Sin embargo
no conseguí hacerle andar más allá
de ese par de metros que determinaba, hasta entonces,
el diámetro de su atadura.

Hoy, como todas las mañanas,
lo encontré tumbado y atado a su cadena.
Al verme movió el rabo, como siempre,
y esperó ansioso a que le diera esos bocaditos
que tanto gustan a los perros.

Zuri no ladra.
A Zuri le gusta ver un prado, la ruina de un Land Rover
y estar tumbado.

…Y le gusta verme a mí
cuando entro y salgo de mi casa.


--oOo--




Zuri (blanco en euskera).


Pues no sé que decir. el poema me gusta en trozos

En la casa de mi suegra, ella tenia amarrado un perro que se llama Jerry durante cinco años Pues una noche fui por él y me lo lleve a escondidas. Era un perro casi amarillo Para mi sorpresa al bañarlo descubri que es blanco como la espuma. Hace tres años que vive conmigo
poco a poco aprendio a caminar al principio sólo hacia los movimentos que antes le permitian la cadena poco a poco se fue soltando, y acercandose a mi Hoy su mirada no es tan triste aunque hay días que si, pero se le ve más feliz corre y sale a enamorar a las perras.

Tambien hay que hacer algo ¿de que le sirve el poema al perro?. Un buen cierre seria Le di la libertad. ¡Bueno pero yo recojo cada animal de la calle!


Un abrazo.

Re: ZURI (revisado)

Publicado: Sab, 29 Ene 2011 1:34
por E. R. Aristy
José Manuel Sáiz escribió:ZURI


Le llamo Zuri. Pero en realidad
no sé su nombre.

Zuri es un perro blanco, delgado;
de raza indeterminada.

Desde que me mudé a mi nueva casa -de esto hace ya
casi un año- siempre le vi atado a una cadena (día y noche
atado a una cadena; en invierno y verano, atado a una cadena;
de lunes a domingo, atado a su cadena).

Zuri no ladra.
Zuri sólo alcanza a ver un prado, la ruina de un Land Rover
y la puerta de mi casa.

Cada mañana, al ir a mi trabajo,
acostumbro a darle un par de bocaditos
que tanto gustan a los perros.
Pienso que es el único momento del día
en que ese perro muestra
un poco de felicidad.

Ayer le encontré tumbado, como siempre;
pero en un lugar distinto al de costumbre.
Al verme, se acercó a mí, estaba libre;
se había roto la cadena. Ahora podría –pensé-
ir libremente donde quisiera. Sin embargo
no conseguí hacerle andar más allá
de ese par de metros que determinaba, hasta entonces,
el diámetro de su atadura.

Hoy, como todas las mañanas,
lo encontré tumbado y atado a su cadena.
Al verme movió el rabo, como siempre,
y esperó ansioso a que le diera esos bocaditos
que tanto gustan a los perros.

Zuri no ladra.
A Zuri le gusta ver un prado, la ruina de un Land Rover
y estar tumbado.

…Y le gusta verme a mí
cuando entro y salgo de mi casa.


--oOo--




Zuri (blanco en euskera).




Creo que Zuri esta ahi para que tu lo ames y nada mas. Es un poema hermoso y sugerente, al romperse nuestras cadenas, nos quedamos cerca de ellas, porque habremos perdido algo en el cautiverio, alg asi como la iniciativa, o el espiirtu aventurero, o porque simplemente nos acostumbramos...tu poema, Jose Manuel, encandila mi imaginacion porque los animales suelen convertirse en una compania espirtual. Tus viviencias son el arte de la vida, y me alegra leerte.

ERA

Josefa

Publicado: Sab, 29 Ene 2011 11:29
por José Manuel Sáiz
Josefa A. Sánchez escribió:No se si todos, en alguna medida, somos como ese perro, tan acostumbrados a nuestra cadena que no sabemos ir más allá del territorio que nos marca y que, muchas veces es el territorio de nuestra felicidad. Magnifico tu poema, tu mirada poética y tu dimensión humana. Me congratulo de llevarme este cero, amigo mio.
Un abrazo.
Pepa


Certero tu comentario Josefa. El poema trata de una realidad, pero es estrapolable a muchas circunstancias de la vida y de los hombres.
Muchas gracias por tu humano comentario.
Un abrazo.
J. Manuel

Gabriela

Publicado: Sab, 29 Ene 2011 11:31
por José Manuel Sáiz
Gabriela Cobian escribió:José Manuel, por un momento he sentido deseos de llorar, amo a los perros y no concibo que se tenga uno y se le maltrate, se le prive de su libertad al punto en que ya no la busca, se acostumbra a la rutina, a lo acostumbrado, aplaudo lo que haces por él, es un gesto noble y eso te hace grande. Me ha gustado muchísimo, aunque senti al leerlo un nudo en el estómago.
Abrazos
Gabriela


Gabriela, tu comentario da en el clavo de lo que trato de expresar con este poema. Ni yo mismo lo hubiese expresado mejor al dar su sentido. Muchas gracias, amiga.
Un abrazo.
J. Manuel

Re: re: ZURI (revisado)

Publicado: Sab, 29 Ene 2011 11:32
por José Manuel Sáiz
Pilar Morte escribió:Ya lo había leído y me encantó entonces. Hoy al releerlo me ha parecido tan bello como entonces. Subrayo lo dicho por mis compañeras
Abrazos
Pilar


Gracias Pilar. Recuerdo tu comentario anterior. Gracias por pasar de nuevo querida amiga.
Un abrazo.
J. manuel

Re: ZURI (revisado)

Publicado: Sab, 29 Ene 2011 11:38
por José Manuel Sáiz
Gabriel Vidal escribió:
José Manuel Sáiz escribió:ZURI


Le llamo Zuri. Pero en realidad
no sé su nombre.

Zuri es un perro blanco, delgado;
de raza indeterminada.

Desde que me mudé a mi nueva casa -de esto hace ya
casi un año- siempre le vi atado a una cadena (día y noche
atado a una cadena; en invierno y verano, atado a una cadena;
de lunes a domingo, atado a su cadena).

Zuri no ladra.
Zuri sólo alcanza a ver un prado, la ruina de un Land Rover
y la puerta de mi casa.

Cada mañana, al ir a mi trabajo,
acostumbro a darle un par de bocaditos
que tanto gustan a los perros.
Pienso que es el único momento del día
en que ese perro muestra
un poco de felicidad.

Ayer le encontré tumbado, como siempre;
pero en un lugar distinto al de costumbre.
Al verme, se acercó a mí, estaba libre;
se había roto la cadena. Ahora podría –pensé-
ir libremente donde quisiera. Sin embargo
no conseguí hacerle andar más allá
de ese par de metros que determinaba, hasta entonces,
el diámetro de su atadura.

Hoy, como todas las mañanas,
lo encontré tumbado y atado a su cadena.
Al verme movió el rabo, como siempre,
y esperó ansioso a que le diera esos bocaditos
que tanto gustan a los perros.

Zuri no ladra.
A Zuri le gusta ver un prado, la ruina de un Land Rover
y estar tumbado.

…Y le gusta verme a mí
cuando entro y salgo de mi casa.


--oOo--




Zuri (blanco en euskera).


Pues no sé que decir. el poema me gusta en trozos

En la casa de mi suegra, ella tenia amarrado un perro que se llama Jerry durante cinco años Pues una noche fui por él y me lo lleve a escondidas. Era un perro casi amarillo Para mi sorpresa al bañarlo descubri que es blanco como la espuma. Hace tres años que vive conmigo
poco a poco aprendio a caminar al principio sólo hacia los movimentos que antes le permitian la cadena poco a poco se fue soltando, y acercandose a mi Hoy su mirada no es tan triste aunque hay días que si, pero se le ve más feliz corre y sale a enamorar a las perras.

Tambien hay que hacer algo ¿de que le sirve el poema al perro?. Un buen cierre seria Le di la libertad. ¡Bueno pero yo recojo cada animal de la calle!


Un abrazo.

Gracias Gabriel por tu comentario.
Al perro, como tú dices, mi poema no le sirve de nada.
Le sirve mi presencia, un poco.

Pero el poema no trata de lo que yo hago por ese perro.

El perro no me pertenece, pero mi cariño hacia él sí.
No me puedo convertir, aunque me gustaría, en el superman que lucha contra todas las injusticias del mundo ¿porqué sólo ésta?.
Sin embargo
Yo podría comprar el perro;
podría también pedirle a su amo que me deje sacarlo a pasear un rato.
Pero él, el propietario, ni quiere ni me deja.
Estoy seguro que si me llevo al perro, él volvería donde su amo. La extraña fidelidad de estos animales nunca la llegaremos a entender.
También puedo cerrar los ojos y pasar de largo ante Zuri cada mañana.
O puedo abrirlos e intentar que al menos 5 minutos de su vida tenga algo de ilusión.
También puedo callarme y no decir nada.
También puedo hacer un poema que exprese lo que tan bien ha expresado mis compañeras, tu tocaya Gabriela, Pilar, Josefa, Era...
La responsabilidad de ese destino, de esa vida no es mía.
Si yo viera un maltrato denunciable lo denunciaría. Este no es el caso. El perro es un perro de caza, y en contra de lo que digo en mi poesía, sale en determinadas épocas los fines de semana a cazar. El resto está atado.
Pero existen perros que sí llevan esa vida. Y hombres encadenados a sus vicios y rutinas sin cadenas.
La poesía a menudo se basa en una realidad a medias para dar un mensaje metafórico.
Mi poema habla no sólo de ese perro. El comentario de mis compañeros interpretan correctamente lo que trato de expresar en él.

Por eso no puedo acabar mi poema como un bonito cuento. Ojalá fuera así.

Tu comentario habla sin embargo de tu buen corazón y de tus buenos sentimientos. Zuri tendría un buen vecino, un gran amigo en ti. Sin duda alguna.

Un abrazo, compañero.
J. Manuel

Publicado: Sab, 29 Ene 2011 12:21
por Rafel Calle
ZURI


Le llamo Zuri. Pero en realidad
no sé su nombre.

Zuri es un perro blanco, delgado;
de raza indeterminada.

Desde que me mudé a mi nueva casa -de esto hace ya
casi un año- siempre le vi atado a una cadena (día y noche
atado a una cadena; en invierno y verano, atado a una cadena;
de lunes a domingo, atado a su cadena).

Zuri no ladra.
Zuri sólo alcanza a ver un prado, la ruina de un Land Rover
y la puerta de mi casa.

Cada mañana, al ir a mi trabajo,
acostumbro a darle un par de bocaditos
que tanto gustan a los perros.
Pienso que es el único momento del día
en que ese perro muestra
un poco de felicidad.

Ayer le encontré tumbado, como siempre;
pero en un lugar distinto al de costumbre.
Al verme, se acercó a mí, estaba libre;
se había roto la cadena. Ahora podría –pensé-
ir libremente donde quisiera. Sin embargo
no conseguí hacerle andar más allá
de ese par de metros que determinaba, hasta entonces,
el diámetro de su atadura.

Hoy, como todas las mañanas,
lo encontré tumbado y atado a su cadena.
Al verme movió el rabo, como siempre,
y esperó ansioso a que le diera esos bocaditos
que tanto gustan a los perros.

Zuri no ladra.
A Zuri le gusta ver un prado, la ruina de un Land Rover
y estar tumbado.

…Y le gusta verme a mí
cuando entro y salgo de mi casa.

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Quizá rito, si no fuese un poema con los mimbres más precisos del lenguaje que cala, la rebelión de la hermosura sola, un ardid pasional en históricas cadenas, urbanita o rural, son procesiones del alma limítrofes del albur en los vericuetos que ladran.

Te estás haciendo mayor en ese estilo tuyo tan bien plantado. En fin, yo también digo que la narración debería ser obvia en el poema, independientemente de la polisemia. Se narra, se entienda o no, siempre se narra que es igual a transmitir por medio del lenguaje.

En cuanto a la estética versal, la tuya cada día se complementa mejor con una buena evolución semántica, o sea, estética semántica por y para traducir un ritmo. El ritmo está en la mente, tiene que estar antes que el verso porque el pensamiento se traduce en una forma de ritmo. La palabra es ritmo.
Lo que pasa es que cuantos más ritmos sepas, mejor se adaptará tu cerebro a la forma rítmica más adecuada para cada pensamiento.

Ha sido un placer leerte. Felicidades por el poema.
Un cordial abrazo