UNA NOCHE CUALQUIERA
Publicado: Lun, 17 Ene 2011 19:32
Son las cuatro de la mañana, el maquillaje ya no aguanta en mi rostro y las luces sombrías del cuarto de baño revelan la edad que tengo...
Unos algodones se deslizan por los churretones de rímel pringoso, solo intentan escapar de la leche que embadurna mis ojos.
Unos minutos antes me colocaba mis ligueros sentada encima de la cama, corregía las arrugas del vestido y subía mi ropa interior sin tocar los tacones que tanto te gustan.
Hace tiempo que dejé de pensar en el bien y el mal, en lo humano y en lo divino, en ti y en mí.
Ahora solo pienso en terminar cuanto antes, en que salgas de mi cuerpo y apagues la luz cuando te gires en la cama.
Hace tiempo que dejé de soñar con princesas de cuento que encuentran a su amado y viven felices para siempre.
Hace demasiado tiempo que solté la arena de mi corazón entre los lobos que caminan en la noche.
Ahora solo parpadeo cuando estoy segura de algo, sonrío solo si hay beneficio y brindo cuando tú estás lejos de mí.
Me gusta cómo suena el tintineo de los hielos en mi vaso ancho de alcohol, refrotar mis pechos en las sábanas un domingo lleno de luz y saber y creer que la vida puede ser mejor.
Siempre fui una perdedora, por qué molestarse en cambiar tu destino, sobre todo si nadie quiere entrar en él.
Brindo por los hombres cobardes, por los que no tienen complejos y por todos los que me dieron una parte de su alma mientras estaban entre mis piernas.
Que todos encontremos en nuestra codicia el motivo para seguir donde estamos.
Salud.
Unos algodones se deslizan por los churretones de rímel pringoso, solo intentan escapar de la leche que embadurna mis ojos.
Unos minutos antes me colocaba mis ligueros sentada encima de la cama, corregía las arrugas del vestido y subía mi ropa interior sin tocar los tacones que tanto te gustan.
Hace tiempo que dejé de pensar en el bien y el mal, en lo humano y en lo divino, en ti y en mí.
Ahora solo pienso en terminar cuanto antes, en que salgas de mi cuerpo y apagues la luz cuando te gires en la cama.
Hace tiempo que dejé de soñar con princesas de cuento que encuentran a su amado y viven felices para siempre.
Hace demasiado tiempo que solté la arena de mi corazón entre los lobos que caminan en la noche.
Ahora solo parpadeo cuando estoy segura de algo, sonrío solo si hay beneficio y brindo cuando tú estás lejos de mí.
Me gusta cómo suena el tintineo de los hielos en mi vaso ancho de alcohol, refrotar mis pechos en las sábanas un domingo lleno de luz y saber y creer que la vida puede ser mejor.
Siempre fui una perdedora, por qué molestarse en cambiar tu destino, sobre todo si nadie quiere entrar en él.
Brindo por los hombres cobardes, por los que no tienen complejos y por todos los que me dieron una parte de su alma mientras estaban entre mis piernas.
Que todos encontremos en nuestra codicia el motivo para seguir donde estamos.
Salud.