Editorial Alaire

Empiezo el año haciéndome una especie de autocrítica (espero que constructiva, eso sí), o si lo queréis de otra forma, hoy me he mirado con otros ojos, los de dentro.


Tras del espejo


Estoy al otro lado del espejo
mirándome mirar, como otros días,
juzgando su expresión, asimilando
barruntos de vejez bajo las sienes.
Me cuesta estar aquí, en la trastienda
del bruñido cristal, tomando nota
de cada nueva arruga, cada signo
que muestra su figura decadente.
Un día y otro día, mientras sale
desnudo de la ducha y se prepara
a rasurar la barba en mi presencia.
Desde el azogue observo compungido
el paso de la vida y sus estragos,
la blanca piel del uso tan ajada,
la pertinaz calvicie, y esa frente
surcada de inquietudes que ayer fuera
la tersa superficie del sosiego.

Miro sus tristes ojos, apagados
de tanto encender sueños, las mejillas
hundidas bajo el lifttin compasivo
del jabón de afeitar; sus hombros lacios,
cargados con el peso responsable
de cada devenir; la prominencia
de un abdomen que grita los excesos.
Un sexo aletargado que vio lustros
de regia consistencia. Las gacelas
que fueran sus dos piernas, inservibles
para correr sin suerte más caminos.

Termina de asearse. Cuando marcha
del albornoz cubierto, noto el flujo
de un sabor agridulce en la memoria
recordando la imagen que vi fuera;
sabiendo que yo aquí, tras de mi espejo,
en mi mundo carente de tensiones,
conservo la apariencia de un chiquillo.




Mario.

¡Qué poemazo, amigo mío! Un repaso del cuerpo y los estragos de los años sobre él, descritos con la minuciosidad y la valentía de un maestro en los quehaceres poéticos. Por duro que parezca, creo que es un ejercicio sanísimo de conocimiento de uno mismo, el mejor rejuvenecedor del alma humana: después de ello, como tú muy bien dices, uno sale hecho un chiquillo.

Realmente magnífico. Uno de los mejores poemas que te he leído, te lo digo muy seriamente.

Un fuerte abrazo.

Mario acabo de dejar un c omentario a Javier en su poema de Sirenas, y tu eres el claro ejemplo a lo que me refería cuando le decia a Javier que quien domina la poesía clásica, tiene dominado todo. Que poema más bello, tan lleno de armonía y de cadencia. Cuando se lee, te sumerges en tu espejo, te vuelves uno y miras y sientes a través tuyo.
Precioso realmente. Me ha encantado. Un abrazo grande poeta.

Mario Martínez escribió:Empiezo el año haciéndome una especie de autocrítica (espero que constructiva, eso sí), o si lo queréis de otra forma, hoy me he mirado con otros ojos, los de dentro.


Tras del espejo


Estoy al otro lado del espejo
mirándome mirar, como otros días,
juzgando su expresión, asimilando
barruntos de vejez bajo las sienes.
Me cuesta estar aquí, en la trastienda
del bruñido cristal, tomando nota
de cada nueva arruga, cada signo
que muestra su figura decadente.
Un día y otro día, mientras sale
desnudo de la ducha y se prepara
a rasurar la barba en mi presencia.
Desde el azogue observo compungido
el paso de la vida y sus estragos,
la blanca piel del uso tan ajada,
la pertinaz calvicie, y esa frente
surcada de inquietudes que ayer fuera
la tersa superficie del sosiego.

Miro sus tristes ojos, apagados
de tanto encender sueños, las mejillas
hundidas bajo el lifttin compasivo
del jabón de afeitar; sus hombros lacios,
cargados con el peso responsable
de cada devenir; la prominencia
de un abdomen que grita los excesos.
Un sexo aletargado que vio lustros
de regia consistencia. Las gacelas
que fueran sus dos piernas, inservibles
para correr sin suerte más caminos.

Termina de asearse. Cuando marcha
del albornoz cubierto, noto el flujo
de un sabor agridulce en la memoria
recordando la imagen que vi fuera;
sabiendo que yo aquí, tras de mi espejo,
en mi mundo carente de tensiones,
conservo la apariencia de un chiquillo.




Mario.

Mario, me fascina el tema y me encanta el poema.
La piel muestra sus signos, tambièn el alma, pero èsta a diferencia de aquella, es la que tiene el poder de renovarse.
El calendario es un accidente, la juventud es otra cosa. Es un tema difìcil cuando uno intenta buscar alguna explicaciòn, quizàs sòlo la poesìa puede hacerlo.
Un beso, Luna.´-

Un poema muy valiente, pocos son capaces de desnudarse así para los demás, y mucho menos, para uno mismo. A pesar de todo, sigo pensando que cada arruga es una medalla ganada al tiempo. Me ha encantado. Un abrazo.

Muy logrado Mario, con esa visión de uno mismo
que se agranda cuando se es sincero.Creo en la transparencia
como en la luz, uno tiene mucho que decirse.
Me llegó tu gran poema amigo.


abrazos.


lázaro

Coincido con los compañeros. Un poema valiente, original y sincero, impecablemente escrito. Un privilegio estar.
Feliz Año.
Un abrazo.
Pepa

Mario.

Me uno a los comentarios elogiosos del poema. Me ha parecido una pasada. Tu dominio del endecasílabo es abrumador.

"mirándome mirar"

Da la impresión que lo haces de corrido y eso te permite olvidarte de la forma para concentrarte en el fondo. Un fondo que rebosa humanidad y nostalgia. El tema del espejo, que da tanto juego, ni mucho menos está agotado, lo has demostrado.

Un auténtico placer.

Ya te han hecho ver los compañeros la maravilla de poema que nos has dejado. Me sumo al elogio general y te envío un abrazo y mi admiración.

Hola J. J.

Bueno, el poema, aunque publicado ahora, ya tiene un par de años o quizá más, asi que, amigo mío, imagino que el deterioro físico a ido a más

Bueno, aparte de bromas, que me halaga que digas que es de lo mejor que me has leído, aunque yo creo que no es de lo mejor que he escrito. Sí quizá de lo más sincero y haciendo una profunda introspección en mí mismo.
Gracias por dejarme tu halagador punto de vista compañero. Espero que sigáis bien.

Un abrazo.
Mario.

Muy hermoso poema, amigo Mario, lleno de la eterna vigencia que lustra la sinceridad de quien lo firma. Aunque el lenguaje podría pecar de demasiado literario, no es menos cierto que es tan diabólicamente cotidiano que percute en las entrañas del lector, se hace uno con él, y se produce una simbiosis espectacular entre verso y receptor, en lo que nombro la función más importante del poema: la transmisión.

Estoy de acuerdo con Ferreiro, este poema es para recordar, luego, independientemente de que sea la mejor, es una de tus obras más importantes.

También estoy de acuerdo con Pablo, tienes una habilidad especial para el endecasílabo, como también la tiene Esteban. Le das un tratamiento que bebe en el manantial de la cotidianidad, huyes de la rimbombancia, de las metáforas imposibles. En cualquier caso, en mi opinión, el secreto se llama equilibrio. Por ejemplo, los autores que trabajan el símbolo, tienen que equilibrar el poema desde el punto literario, en cambio, los poetas de tu estilo creo que deben equilibrarse trabajando una metáfora que combine por lo menos un elemento inaprensible; a partir de ahí se crea lo que llamamos polisemia. En fin, en la dosis está la verdad.

Ha sido un placer leerte, felicidades por el poema.
Un cordial abrazo.

Nada envejece en los indestructibles, es decir aquellos que como tu han sabido sobrepasar la imagen que decae frente los espejos. Sin duda tu poema es hermoso, valiente, vivo en la profundidad del ser que goza del auto-amor, y que se siente comodo en sus propias temporales carnes, y quien se puede separar y verse conquistando asi la esencia espiritual de la vida.

Mi admiracion y respeto, Mario.

ERA

Excelente Mario. Esa dualidad de la que todos estamos hechos. Excelentemente expresado en no menos magníficos endecasílabos. Un abrazo.Pepe Junco

Gracias Alejandra por dejarme tu halagador y cálido comentario.
Y no creas, aún defendiéndome un poco con lo clásico, me cuesta horrores hacer poemas en libre, todos estamos aprendiendo, siempre. Un abrazo, amiga mía.
Mario.

Gracias Luna. me alegra saber que el poema te gustó. Un abrazo, amiga mía.
Mario.