Editorial Alaire

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Nace esta (pre)moriencia
con el ánimo decidido de la sangre,
ahora que el azul ha perdido su azulidad
y el cielo es opaco y torvo.

Nace esta enésima ansia de morir,
de dejarse caer
sobre el costado de una hora
-una única hora- que nos cobije
frente a esta marea viva
de una vida a destiempo, siempre rechazada.

Galeote uncido al tenebroso remo
de una nave enloquecida,
sin rumbo, sin pasión, sin puerto.
Varado en el dolor inutil de latir
no sé cuántas veces por minuto
con el propósito inícuo de ver
el orto de un sol de acero, frío.
Cómitre cruel, cadáver
naciente, de un corazón desfallecido

2011

Andrés.

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de dejarse caer
sobre el costado de una hora



Buen poema.

Me gustó el poema a pesar del pesimismo que desprende
Abrazos
Pilar

Duelen estos versos de profunda desolación. Son tan tristes como bellos.
Un abrazo poeta

Bienvenida a mis versos, Marta.

Gracias por tu comentario.

Un saludo,

Andrés

Uy, ¡qué desolador! Pero qué claro pega en la certeza de saberse en un mundo que no tiene ya remedio y en el que en loco frenesí arrastra al abismo a la criatura humana.

Duele en su bellleza en su verdad.

Ayy Andrés si supieras cuánto y en qué medida me han gustado estos tus versos. Somos tantos los que (antes) azulados hemos perdido hasta la azulidad. Cuánta desolación en nuevos tiempos, cuántos desfallecidos. GRACIAS, mi tarde noche ha dado entre tanta bella oscuridad de tu palabra un rayito de luz a mi conciencia(no sé cómo, pero lo ha hecho) Un abrazo.

Es que lo desolado puede ser narrado
con belleza poética y tu lo haces Andrés.

un abrazo

lázaro

Este poema me ha parecido fascinante en su profundo dolor. Un gran poema.

Saludos, Andrés.

Tan amable como siempre, Pilar.

Gracias.

Un beso,

Andrés.

Bellisimo en su tristeza.
Un abrazo.
Pepa

Gracias Liz, por el abrazo.

Un beso,

Andrés