Editorial Alaire

El invierno de soles mansos es metamorfosis,
es cristal y barrio de paredes difusas.

Miro la fotografía en el relámpago, bajo el insomnio,
y aún están las huellas del pensamiento,
en pretérito se llama nostalgia el azul en la mirada.
Cada vez que abro el verbo leo el concierto en la sangre,
siento el aroma infinito
y se aquieta entonces la sombra de cicatrices nocturnas.

Mientras no se lamente mi libro he de volver al signo inequívoco,
y cada vez que suene mi voz entre las páginas,
habrá de escribir sola y en soledad la tinta de rubios cristales
hacia el trazo límpido
de un punto final.

Para mi querido amigo José Manuel Sáiz, quien generosamente me obsequió su espléndido, bello y especial libro de poemas

También es muy bello tu poema, Liz. Me ha encantado leerlo. Un beso y felices fiestas.

Vaya!, otra sorpresa. Veo que tengo excelentes amigos en este foro que me regalan, o dedican, hermosos versos.
Y los tuyos lo son, querida amiga. Un detalle muy bonito por tu parte que te agradezco muchísimo.
Un abrazo muy, muy fuerte.
J. manuel

y cada vez que suene mi voz entre las páginas,
habrá de escribir sola y en soledad la tinta de rubios cristales
hacia el trazo límpido
de un punto final. Bello poema mi Liz...estos versos son una maravilla. Un fuerte abrazo querida amiga. javi

Bellos versos Liz, para un extraordinario poeta. La afinididad de La Belleza ha crecido!

Abrazos,

Roxane

Ojalá hubiesen sido para mí

Es un chiste..En verdad me emociona ver
como lo bueno va tomando aciertos,
Se distinguir el sincero reconocimiento
y me atrae más cuando es a alguien como José.

muy bello Liz

abrazos

lázaro

Qué preciosidad de poema lo he disfrutado mucho. Aplaussos.
Un abrazo, poeta.

Excelente dedicatoria Liz.
eso es poesía! Te aplaudo.
angel

Magnifico poema de luminoso trazo que trasmite sensaciones como solo puede hacer lo un buen poeta. Un placer de lectura.
Un abrazo.
Pepa

Me parece excelente tu poema, un gusto leerte. Felicidades.
Un abrazo, poeta.

Bello poema, Liz, para un excelente poeta.
seguro que disfrutaste con el libro de José Manuel, es pura poesía. Abrazos.
Mario.