AMOR ETÍLICO
Publicado: Jue, 16 Dic 2010 0:43
AMOR ETÍLICO
La evocación es un año pasado que se queda. Esta es la noche en la que todos se ponen en los ojos la venda, por lo que viene y por lo que se queda. Y en esta maraña de ciudad emborrachada, donde va mi emoción sin compañero, me acojo a la memoria como un niño a una nana.
Satán transita por las arterias con diez latas trabadas en el rabo inventando cabriolas mientras en la gran ciudad, trastornada, la alegría de cada cual va sola. Y la tristeza, y el resuello canalla de las matronas ebrias. Vestidos de demencia mi soledad y tu recuerdo van como dos condenas. ¡Qué amargos son los frutos de la ausencia!
Y me pregunto ahora:
¿Por qué razón estoy yo aquí? ¿Qué impulso pudo más que tu amor, que me llevaba al suave destino de tu puerta? Pienso en que aún tienes retazos de antracita en tus cabellos, y esos venerados ojos, que bañaron por mí su clara pleamar en tus ojeras. Mientras en los labios se disuelven las mieles y las manos se buscan con la efusión de ser avispas en un mismo panal, los pies, en ese estanque, hacen saltar el agua fresca.
La verdad se expresa pintada en pétalos resecos y la promesa de amarnos siempre se va alargando.
¡Cómo me pierdo en los caminos hacia el fervor de tu sendero, siempre recién llovido y con pájaros exóticos!
Y a mi lado la congoja muda, toda una existencia ilógica, tiene el sufrimiento de una doncella muerta... borracha de amor.
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© Mar 13/07/2005
La evocación es un año pasado que se queda. Esta es la noche en la que todos se ponen en los ojos la venda, por lo que viene y por lo que se queda. Y en esta maraña de ciudad emborrachada, donde va mi emoción sin compañero, me acojo a la memoria como un niño a una nana.
Satán transita por las arterias con diez latas trabadas en el rabo inventando cabriolas mientras en la gran ciudad, trastornada, la alegría de cada cual va sola. Y la tristeza, y el resuello canalla de las matronas ebrias. Vestidos de demencia mi soledad y tu recuerdo van como dos condenas. ¡Qué amargos son los frutos de la ausencia!
Y me pregunto ahora:
¿Por qué razón estoy yo aquí? ¿Qué impulso pudo más que tu amor, que me llevaba al suave destino de tu puerta? Pienso en que aún tienes retazos de antracita en tus cabellos, y esos venerados ojos, que bañaron por mí su clara pleamar en tus ojeras. Mientras en los labios se disuelven las mieles y las manos se buscan con la efusión de ser avispas en un mismo panal, los pies, en ese estanque, hacen saltar el agua fresca.
La verdad se expresa pintada en pétalos resecos y la promesa de amarnos siempre se va alargando.
¡Cómo me pierdo en los caminos hacia el fervor de tu sendero, siempre recién llovido y con pájaros exóticos!
Y a mi lado la congoja muda, toda una existencia ilógica, tiene el sufrimiento de una doncella muerta... borracha de amor.
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© Mar 13/07/2005